- Se... Señora -. Balbuceó el Protector -. Su... Su espada...
- No se relaje Elentir, no me reincorporaré a la guerra pero aún podéis prestar ayuda desde el buque. Prepare los Destructores -. Ordenó Sumia.
- ¡De inmediato, señora! -. El Elentir hizo una leve inclinación y se marchó de inmediato del puente del barco.
Desde donde se encontraba Sumia, una plataforma elevada, podía ver con facilidad el resto de la sala del puente, con sus hombres monitorizando los escuadrones de Protectores que embarcaban tanto en las lanchas marítimas como en las voladoras para digiriese a la ciudad de Tydoras, pero aún más allá podía ver a través del enorme ventanal el paisaje de paisaje de la playa a través de la cúpula protectora que habían alzado los enemigos. Aunque durante un momento todo el paisaje se transformó; el cielo nublado se volvió denso y oscuro, dejando tras sí una gran precipitación y tormenta; La antesala para ver a Rainforce en los cielos con todo su poder.