Acto seguido llegaron Lucía y Zeryen, que habían llegado de comprar provisiones y recursos para sus respectivas misiones, a lo que David ya se fue del estudio tras quedar con Tomoe para hablar. Esta le felicitó por la victoria de las BlackOlimpiadas pero también hizo hincapié en volver a los entrenamientos matutinos. Este se defendió diciendo que al día siguiente partirían hacia Taneir por una misión oficial de los Guardianes Fénix, así que Tomoe fue hacia el estudio de Ellie para unirse a la agrupación. Al final consiguió ir también al viaje aunque no fuese en calidad de miembro oficial, por lo que saliéndose con la suya, despertaría a David al siguiente día MUY temprano para entrenar.
Ellie, por su parte, recibió la visita de su madre Anabelle, su hermano Rafael junto con su pareja Saika. Estuvieron poco tiempo pero llegaron para felicitarle por los éxitos que había tenido últimamente, siendo el más reciente el de las BlackOlimpiadas. Para celebrar dicho éxito le regalaron un sobre que contenía las llaves de un vehículo, enteramente para ella.
Al día siguiente partieron en tren hacia Taneir el equipo de los Guardianes Fénix conformado por David, Ellie, Logan y Victoria, junto con Tomoe. Victoria les había conseguido un documento que actuase como licencia provisional para que pudiesen llevar armas y actuar sin problemas en caso de necesidad.
El viaje se hizo ameno y lleno de bromas y risas, además de que repasaron algunos temarios de la Academia a los cuales casi todos prestaron suma atención. Horas más tarde llegaron a Tydoras, capital del reino de Taneir, del cual contemplaron el impresionante castillo real, en el islote que se unía con el cabo donde se situaba la ciudad. Tras asegurarse de que allí no podrían conseguir encontrar pegasos para obtener sus plumas, ingrediente necesario para el ritual de invocación de Michelle, se montaron en el siguiente tren, destino a Ridores.
Pasado mediodía llegaron al extremo oriental de Taneir, a la ciudad de las tres rosas, Ridores; o como también se conocía, la ciudad de los mil gremios. La ciudad se dividía en dos niveles de altura, con una gran plataforma sobre la que se alzaban edificios más importantes, entre ellos los gremios más destacados e influyentes. En el núcleo de la ciudad se hallaba la torre central, un enorme edificio del que salían muchas pasarelas y puentes que llevaban a distintas calles e incluso a otras localizaciones más allá. Allí fue donde estacionó el tren, en la estación del interior. Acababan de llegar y ahora debían conseguir los dos ingredientes: el pétalo lunar y la pluma de pegaso.
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