20 dic 2015

Sol quemado

El sol y la brisa entrando por la ventana del hospital fueron un gran alivio después del dolor que había tenido que soportar aquella noche del parto, aunque pronto se vio compensado y desbordado por la más absoluta felicidad: Alanne Barlis había dado luz a su hija, Annie.


Alanne incluso pudo, después de varios días, levantarse de la cama durante unos cinco minutos para asomarse por el balcón del hospital cuyas vistas daban a la hermosa playa de la capital de Taneir y así disfrutar del paisaje, hasta que una enfermera la sorprendió de improvisto y la mandó de nuevo a la cama por su bien. Al fin y al cabo, el parto aunque exitoso, fue un proceso más complicado y delicado de lo normal para los enfermeros del hospital y todo ello debido seguramente a la naturaleza excepcional de Annie. Como Fred Marc le recordó una y otra vez, su hija es algo único en el mundo; Jamás en la historia conocida se había dado el caso de que un ser cuya alma y esencia de origen artificial como por ejemplo Akshael, Raenia o cualquier otro de los que hay en el mundo, hubiesen tenido descendencia de manera satisfactoria. Recordó lo que él le dijo de que lo más complicado estaría al llegar ahora, ya que al estar fuera de su útero, Alanne no podría usar su propio cuerpo como contenedor protector para detener el poder bruto desatado de la pequeña criatura, pero la princesa pondría todo su esfuerzo en protegerla por todos los medios que fuesen necesarios. Ahora tan solo tocaba disfrutar por ser madre, relajarse y recuperarse para volver a estar al cien por cien.

Cierta mañana, Alanne estaba incorporada en su cama cuando recibió la respuesta de la persona de la que estaba enamorada, Akshael; mientras escribía una nueva respuesta, que mandaría junto con una foto en la que salían Annie y ella para calmar la descreencia de su prometido, el doctor llamó a la puerta de su habitación.

- ¿Se puede? -. Preguntó él como venía haciendo cada mañana.

- Por supuesto -. Dijo Alanne dejando la pluma y las cartas en la mesa auxiliar asegurándose de que estas quedaban fuera del alcance visual de cualquiera que quisiese leerlas. El doctor, ya entrado en años y con una tenue barba canosa, recorrió la habitación y se acercó a la cuna con equipamiento especialmente habilitado para mantener a Annie en un entorno seguro.

- Veo que Annie está igual de bien -. El doctor revisó su carpeta con el acta médica de Alanne y su hija -. Y también que su madre está progresando adecuadamente.

- Eso parece -. Fue la respuesta de Alanne esbozando una sonrisa y mirando de reojo a una permanentemente dormida Annie.

- Bien, bien... Vayamos al grano, princesa Alanne. Como ya sabe usted, en el parto hubieron consecuencias imprevistas que retrasaron el proceso e incluso, la hirieron en su interior. Afortunadamente, su hija está en un estado excepcional, de hecho su actividad neuronal está muy por encima de la media; Pero sin embargo y no es por asustarla, princesa Alanne, me sigue preocupando su estado.

- ¿Qué quiere decir, doctor? -. Alanne estaba totalmente tranquila puesto que ella misma había notado como incluso llegó a quedarse inconsciente las horas posteriores al parto y sabía que algo no cuadraba, pero también notó como estaba casi recuperada y quizás en un par de días podría volver a la normalidad (y a la misión).

- No son malas noticias ni mucho menos lo que pretendo comunicarle, princesa. Tan solo se trata de una serie de sucesos que ocurrieron durante su parto... Una serie de pautas que no había visto antes en mi vida profesional. Revisé nuevamente tu registro de sus constantes vitales del proceso y habían segmentos en los que no lograba comprender qué estaba ocurriendo. Eso me llevó a consultar a un profesional de las artes que a mi se me escapaban, la rama sobrenatural. El Padre Karzkart, de la Casa de la Luz... Cuando le expliqué todo, jamás había escuchado que repitiese tanto una frase; Decía una y otra vez "es un milagro" -. Cuando el doctor le contó todo esto a Alanne, la princesa no pudo evitar soltar una pequeña carcajada. Lo que el doctor no sabía es que la princesa conocía mínimamente al Padre Karzkart como para saber que su devoción por la Luz era tan alta que lo relacionaría con algún tipo de suceso metafísico.

- ¿Estás diciendo que ahora soy una... Ascendida o algo así? -. Preguntó aún arrastrando parte de la risa que no pudo contener, sin embargo el doctor se mostró serio e impasible en todo momento.

- Princesa Alanne... Durante su parto llegó a estar muerta científicamente hablando -. Aquellas palabras fueron más que suficiente para borrar la sonrisa de Alanne. La princesa volvió a mirar a Annie, volvió a recordar las palabras de Fred Marc y aún así, no esperaba que algo así pudiese ocurrir -. Durante tres segmentos de la secuencia cardiaca que revisé lo estuvo, princesa.  Once segundos, ocho segundos y quince segundos... Separados cada uno por una frecuencia cardiaca estable de unos cinco y diez minutos aproximadamente. Así que no puedo decirle nada más, usted está viva, mejor cada día y sin embargo, por algún extraño motivo, murió en tres ocasiones.

Los dos se quedaron sin saber qué decir durante unos segundos. Alanne ahora tenía la mirada perdida intentando buscar una explicación posible dentro del razonamiento que Fred Marc le había presentado en el pasado, pero no pudo. El doctor, en cambio, hizo además para irse y fue en ese preciso momento cuando llamaron a la puerta. 

- Ah, alégrese princesa Alanne -. Le dijo él en cuanto abrió la puerta -. Tiene visita. Disfrute y trate de no hacer esfuerzos innecesarios, la veo esta tarde para la prueba de resistencia.

Por la puerta entró The Miz y la princesa se aseguró de que en su rostro no quedasen secuelas de lo que le acababa de comunicar su doctor. Su fiel guardia traía el periódico del día y unos bollos para desayunar que la princesa no probó debido a que había perdido el apetito, aunque aparentase que estaba perfectamente. Pero él no se sentó en una silla en cuanto dejó las cosas.

- Pricesa Alanne... Has estado estos días con tu hija, recuperándote de las secuelas que has sufrido pero... ¿Estás preparadaaaaaaaa? -. Preguntó como si estuviese haciendo una de sus promos al mismo tiempo que se acercaba de nuevo a la puerta de salida.


- ¿Qué? ¿Qué ocurre? -. Fue lo único que atinó a decir debido a lo extraña que era la situación.

- Te pregunto si estás preparadaaaaaaaaa para estoooooooooo -. Y abrió la puerta mientras él continuaba hablando -. Proveniente de la capital del territorio Salerton, tenemos a un gran amigo de Akshael y tuyoooooo: RURKROOO.

- ¡Rurkro! -. Verdaderamente se alegraba. Debido al tiempo que estuvo fuera Alanne y que desde que llegó no ha parado de estar ocupada con el tema de la investigación y su ahora estancia en el hospital, llevaba casi un mes sin ver al arquitecto.

- Hombreeeee -. Decía este al mismo tiempo que se acercaba a ella con los brazos abiertos para darle un abrazo que la princesa le devolvió desde la cama -. Vayaaa la pequeña Annie, que monada de criatura. Me alegro mucho por ti, Alanne ¡Y también me alegro de verte! 

A la princesa no le dio tiempo a contestar nada porque The Miz prosiguió con su "espectáculo".

- ¡Princesa Alanne! -. Seguía él aún sujetando el pomo de la puerta, totalmente abierta -. ¿ESTÁS TAMBIÉN PREPARADA PARA ESTOOOOOOOOOOOOOO? -. Y por la puerta entró una mujer, una mujer a quien no veía desde hace muchísimo más tiempo que a Rurkro y que durante la aventura que estaban teniendo se convirtió en una gran amiga suya -. Proveniente de no se dondeee pero antigua residente de Villa Laneir... Tenemos a....

- No puede ser... -. A Alanne se le saltaron las lagrimas e hizo el intento de levantarse de la cama pero fue la mujer la que fue hasta ella para abrazarla fuertemente -. ¡Nikkitaaaa! 

- ¡Alanne! ¡Cuantísimo tiempooooo! -. Los ojos de Nikkita también estaban inundados en lágrimas  de felicidad -. Os he echado tantísimo de menos... Tantísimo... A todos. 

- Pero ya estás aquí... Ya estás con nosotros... -. Agradeció Alanne.

Nikkita lloraba.
Alanne lloraba.
Annie dormía
Rurkro aplaudía.
Y The Miz quien seguía en la puerta aún sujetando la puerta pero ahora sujetando un bebé, siguió hablando antes de que la princesa fuese a preguntar por el niño.

- No se si me has entendido, princesa Alanne... ¿¡ESTÁS PREPARADAAAAAAAAAAAAAAA!? 

- ¡Cállate ya o te echo del hospital! -. Le dijo una enfermera que se le acercó desde el pasillo por el tremendo ruido que estaba provocando.

- Perdón, perdón, no volverá a pasar. Bueno, princeasa Alanne... ¿Estás preparadaaaaaaa? -. Preguntó con un tono bajo que hizo que los tres se rieran. Pero la sonrisa de Alanne se convirtió rápidamente en sorpresa cuando entró la última persona (puesto que The Miz ya cerró la puerta en cuanto esté pasó a la habitación) -. Proveniente también de no se donde y... Residente de... No se... Tenemos aaaaaaaaaa...

- ¡Kpuuum! -. Exclamó Alanne aunque le costó reconocer al que fuera pirata por su renovada y afinada apariencia. Él también se acercó a abrazarla y a felicitarla por Annie-. Gracias a los cielos a que también has podido volver... ¡Akshael se alegrará aún más que yo de tu regreso!

- El jefe de la marina no puede dejar su puesto así como así ¿No? -. Bromeó él mientras sonreía.

- Bueno, si es que se te puede seguir llamando así -. Dijo este mirándole de arriba a abajo -. Maaadre mía el galán.

Kpum se había afeitado hasta dejar su barba perfectamente recortada, se había pelado hasta dejar su pelo corto y brillante debido a algún tipo de loción e iba vestido con un excepcional traje de chaqueta de color violeta oscuro con una vistosa pajarita turquesa.

- Oh, no, no... -. Se apresuró a decir él mientras los demás reían -. Esto es solo temporal, el precio a pagar para que los Protectores no me persiguiesen como a un pirata más. 


Durante la siguiente media hora se pusieron al corriente de todo lo que había pasado durante estos meses según la vivencia de cada uno. The Miz tuvo que arreglarselas en torneos poco honorables poniendo incluso su cinturón en juego para recaudar dinero y poder volver. Nikkita escapó por la costa de El Primer Puño y se escondió en una de aldeas junto con el grupo de supervivientes que fueron ayudados por Evolution hasta que se retomó la actividad marítima habitual en la isla y viajó con un barco pesquero. Contó como tuvo que ser prisionera de los restos de los piratas que aún quedaban por los mares de Aldmet cuando estos atacaron el barco pesquero. La llevaron lejos, más allá de la ciudad cónclave de Reouhnuo y en una ciudad de mala muerte estuvo a punto de ser vendida como esclava a algún asqueroso señor noble cuando tuvo la oportunidad de escapar cierta noche junto con algunos prisioneros, entre ellos una madre con su pequeño bebé. No obstante, la madre no pudo superar la enfermedad que le acosó por la falta de cuidados por parte de los esclavistas y fue Nikkita la que trató de que aquel niño no corriera la misma suerte gracias a sus dotes culinarias. Kpum, en cambio, nunca pensó que se alegraría tanto de sus conocimientos sobre barcos cuando ocurrió todo el caos en la ciudad. En cuanto aparecieron los Protectores se tiró rápidamente al agua justo antes de que el barco donde se encontraba fuese bombardeado. Haciendo uso de su gran capacidad de nado y buceo, se aproximó a uno de los buques de guerra y trepó hasta una de las escotillas que se usaban para sacar las bocas de cañón y tener apoyo lateral en combate marítimo. Kpum rezó para que la plataforma de apertura siguiese la misma mecánica que la de un barco pirata, o al menos en parte. Y así fue. Logró entrar dentro, incapacitar a uno de los Protectores y adueñarse de su ropa para hacerse pasar por él. Sabía que no duraría demasiado hasta ser descubierto por irregularidad en las tropas así que intentó desembarcar en la ciudad para volver junto con el resto de Evolution pero no pudo ser, el barco en el que se encontraba tenía como orden no acercarse a la ciudad sino cubrir el perímetro exterior. Así que se escondió asegurándose de que el tipo al que había dejado inconsciente no despertara nunca más (tirandolo por la borda atado a un barril para que se hundiera) y aguantaría hasta llegar a la isla de los Protectores. Allí descubrió que había una ciudad, Nirbhula, que aprovechó para cambiar su aspecto al que tiene ahora y se aprovechó de la gran amabilidad de sus habitantes para salir de allí, aunque le llevó tiempo por los barcos de viaje que se acercaban a las islas de los Protectores, pero tras tanta espera consiguió llegar.

Alanne se encontraba en una nube, todo el impacto que recibió su mente debido a la noticia que el doctor le había dado se disipaba más y más cuanto más hablaba con todos ellos. Pero cuando ya terminaron, les tocaba a ellos hablar. Le contaron la actualidad del reino y cuál era la misión de Alanne y The Miz.

- Ayudaremos -. Dijo Kpum sin dudar un segundo.

- No -. Rechazó Alanne -. Acabáis de llegar y esto es muy peligroso.

- ¿Por qué crees que queríamos llegar aquí? -. Preguntó Nikkita mientras le daba el biberón al niño que sostenía -. ¿Para estar de vacaciones? 

- Incluso la reina de Taneir murió -. Advirtió The Miz -. No deberíais implicaros, es lo mejor.

- No -. Fue Rurkro el que habló ahora -. Akshael estaría contento de que todos y cada uno de los miembros de Evolution participasen en algo tan cercano a él como lo es el traidor que acosa la seguridad de su hogar. Él... Estaría contento de que todos vosotros os unieseis y así venguéis la muerte de la reina y de su amigo, Kpam, que murió también por esto.

Todos callaron y fue Nikkita la que tras un momento, rompió el silencio.

- No es que pueda ser de mucha ayuda en combate o investigando algo pero... Soy también de Evolution ¿No? -. Sonrió -. Podré encargarme de tu hija mientras estés fuera, Alanne.

- Yo... Gracias, Nikkita. Te lo agradezco mucho.

- Para que estés más segura aún -. Continuó Rurkro -. Podriamos resguardar a Annie en el templo de Thor de Akshael y poner a Kpum y Max Power de guardaespaldas.

- No, en el templo no... -. Se apresuró a decir Alanne -. Es un lugar demasiado llamativo. Nuestros enemigos ya saben que pertenece a Akshael y podrían aprovecharse de eso para sacar ventaja. Nos alojaremos en una posada cerca de aquí, al sur de la ciudad, bajo el nombre de Nikkita y Kpum. Eso retrasará a nuestros enemigos de que detecten dónde nos hospedamos.

- Estoy de acuerdo -. Afirmó el pirata.

- Vale, pero... -. The Miz sonrió y para relajar la situación, dijo -. ¿Estarán los accionistas de tu empresa internacional conformes con que dejes tu puesto de trabajo? -. Una vez más, todos rieron.

- No se, consultaré la agenda a ver si tengo un hueco.

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Habían pasado tres días desde el reencuentro con Rurkro, Nikkita y Kpum. Alanne había sido dado de alta en el hospital de Tydoras, se despidió de algunas enfermeras que tanto cuidaron de ella y del doctor que tanta atención y dedicación le había prestado durante su estancia en el centro. La princesa echó un último vistazo a la playa para observar el atardecer mientras sostenía a Annie con su vestidito de niña ya puesto. Se preguntó si la ciudad volvería a tener un atardecer tan bonito como aquel, se preguntó si Akshael, Raenia y todos los que se hallaban en la misión estarían apreciando esa preciosa puesta de sol en este preciso instante, se preguntaba dónde se encontraban Fred Marc y los demás consejeros, dónde se encontraba Kpim ¿Continuarían luchando? Se preguntaba cuánto tiempo quedaba para que volviese todo a la normalidad. 

Metiendo a Annie en el carrito que le compró Akshael y con la ayuda de The Miz y Kpum, recorrieron el paseo marítimo de la ciudad desde el hospital hasta El Pegaso élfico, la posada quedaba cerca de la muralla exterior de la ciudad y por tanto, el grupo tampoco estaba tan lejos del templo de Thor en caso de necesidad. Siguiendo el consejo de Alanne, Nikkita y Kpum ya tenían la habitación preparada para la estancia de Annie, con todo lo necesario para que tuviese alimento y pañales de sobra. Cuando ya entraron en la habitación y empezaron a dejar las cosas, Alanne se alegró ver que estaba todo lo que le pidió a The Miz que comprara con el dinero al que Akshael le había dado acceso. Incluso habían ciertos artilugios que pidió que comprara a ultima hora que brindarían una protección extra sobre las habitaciones de la posada. Alanne le dio un beso a Annie antes de que fuera Nikkita la que la cogiera.

Llegó el momento. Alanne se quedó a solas en la habitación con todo el equipo delante suya, preparado para ser puesto.


Durante su vida, Alanne había soñado con convertirse en una excelente soldado. Entrenó desde muy pequeña el uso de la espada pero años más tarde se dio cuenta de que tenía más agilidad que porte a la hora de luchar. El que fuera por entonces su amigo Schwarz le ayudó a desatar un leve potencial mágico ligado a un colgante que actuaría de foco, y eso sumado a su gran destreza llevó a que Alanne diseñara su propia indumentaria de operaciones especiales, todo bajo secreto ante su padre. La indumentaria le proporcionaba una excelente movilidad y estaba compensada para que la protección que le brindaba fuese más que aceptable. Fue con eso con lo que sorprendió a Akshael en el pasillo de su habitación tras tanto tiempo sin verle, fue con eso con lo que ayudó en las Artes de Sangre. Pero entonces, cuando escapó de su ciudad natal, se fue sin su foco y su agilidad no era suficiente para compensar la carencia que en aquel momento era latente. Volvió de nuevo a portar un gran arma, como hacía de pequeña cuando practicaba espadas, pero esta vez se trataba de un hacha. A pesar de su gran potencial de combate, resultaba evidente la falta tanto de una ofensiva real como la que portaba el dueño real del hacha, Ryan Fordreigon, como de una defensa propia de una lucha tan directa como la que poseía Akshael gracias a sus poderes de paladín. Estuvo durante tanto tiempo impotente por no poder ayudar en combate que pensó que jamás podría ser capaz de estar a su altura o la de Raenia... Tanto tiempo perdida en una bruma sin fin hasta que llegó Fred Marc, la recondució y revivió en ella las ascuas casi apagadas de recuperar su lugar en el mundo.

- Uno de tus puntos fuertes es la agilidad, pero al contrario que Raenia, no tienes una buena combinación de rapidez y ataque -. Recordaba ella que le dijo Fred Marc durante los entrenamientos en la casa de Magdalena -. Sin embargo, me comentaste que tu magia estaba sujeta a un foco. Schwarz te ayudó a designar un objeto querido de tu infancia como un catalizador que reforzase tu afinidad mágica, un parche rápido para lo que debía de ser un duro entrenamiento de muchos años de duración. Y entonces lo perdiste y no pudiste usarla... Era como tratar de cavar sin una pala, esa herramienta te hacía falta y solo podías escarbar en busca de tu potencial mágico. Pero entonces empezaste a desarrollar a tu hija en tu interior y eso propició el descubrimiento de un poder del eterno. Gracias a que has dominado la tormenta que se desataba en tu cuerpo debido al proceso de adaptación, una de las ventajas que ha traído ese cambio es que tu poder ha vuelto a despertar en ti y esta vez sin necesidad de un intermediario como era tu colgante. Ahora, debes desarrollar ese poder como nunca antes lo has hecho. Esta vez no eres una mera ilusionista capaz de engañar a tus oponentes para favorecer tu juego de acrobacias y de golpes con espada. Esta vez estás manejando esencia mágica de verdad, capaz de crear grandes cosas... O de destruirlas. Es más, si te esfuerzas en ello podrías llegar a ser más grande que cualquiera de las creaciones artificiales que ya conoces: Akshael, Raenia... Todo gracias a que tu alma originalmente es de procedencia natural y con eso podrás evitar situaciones de inestabilidad como las que están teniendo ellos ahora -. Cuando Fred le contaba esto, ya estaba al corriente de lo que le habían comunicado ellos sobre los extraños y peligrosos sueños -. y todo sin perder el margen de mejora que ellos podrían llegar a ganar si tienen éxito en esos sueños. Resumiendo, tienes lo bueno de ser como ellos y de ser natural... Y nada de lo malo. 

Alanne se quitó la ropa hasta quedar prácticamente desnuda y la apartó hacia un lado. Lo primero que cogió fue la túnica de una tonalidad general de color oro pálido, aunque con muchos adornos y bordados de color azul eléctrico, detalles que encargó hacer para portar con ella la creencia de su primer y único amor en la vida. La túnica, al contrario que las que llevaba un mago o un cura de la Luz, no era ancha  y larga hasta el suelo, sino que quedaba algo ajustada para que no le restase u obstaculizase su movilidad. Continuó equipándose con un cinturón grueso de cuero con muchos remaches y huecos; Con unas botas también de cuero de color ocre,; Con unos brazales estrechos que no cerraban del todo sino que tenían dejaban una banda entre ambas piezas de cuero para únicamente llenarla de nudos; Colocó en su espalda un enorme carcaj que no estaba preparado para portar flechas, sino los bastones que puso en su interior; Se colocó también una daga junto a su funda en su cinturón seguido de varios estuches con sus correspondientes pergaminos dentro en los huecos del cinturón. También preparó una pequeña bolsa en la parte del cinturón de su espalda, con algunos frascos de pociones y demás aceites. Por último, se incorporó, se puso unos guantes de tela elástica que cubría sus manos pero no sus dedos, se puso la capucha de su túnica y, aunque le gustaba demasiado, la situación lo requería así que se colocó una máscara blanca con hermosos garabatos dorados en la zona derecha que casi parecían brillar. La máscara cubría toda su cara menos su boca, la necesitaba con total libertad para conjurar.

Alanne se quedó frente al espejo alargado que reflejaba toda su figura, desde los pies hasta su cabeza ¿Lo había conseguido? ¿Después de tanto había conseguido lograr alcanzar su verdadera rama para luchar? ¿Podría ahora ser de verdadera ayuda para Akshael? No tardaría demasiado en descubrirlo.

Llamaron a la puerta, se trataban nuevamente de The Miz y Kpum, Ambos quedaron de piedra en cuanto vieron el nuevo aspecto de la princesa y Alanne se apartó la máscara hasta el lateral de la capucha para hablar con ellos.

- Joder, intimidas más que el consejero de este reino -. Sonrió The Miz.

- Te refieres a Vance Tiver. Sí, la verdad es que me siento demasiado extraña con esta ropa pero... Es perfecta -. Alanne se miraba una y otra vez al espejo y a ella misma al mismo tiempo que se estiraba hacia un lado y hacia otro para comprobar la movilidad, se sentía igual que con su traje de operaciones especiales.

- Bueno, al menos me alegro saber que no he sido el único que ha cambiado de look. Princesa, estoy preparado para la protección de su hija -. Declaro Kpum, decidido. 

- Bien, gracias de nuevo, Kpum. Akshael estará orgulloso cuando esté al tanto de tu gran implicación. Toma -. Alanne le dio los objetos que había encargado para la protección de las habitaciones -. Tienen las instrucciones y todo detalladas, haz buen uso de ello.

- Lo haré -. Aceptó Kpum -. Bueno ¿Estáis preparados? He llamado a los guardaespaldas de mi empresa para que os escolten -. Dijo mientras sacaba pecho. Realmente Kpum parecía un importante miembro de la nobleza y los tres rieron.

- Jajajaja... Anda, no tardes en volver a ser como antes que si no, más que como jefe de la marina te veré como accionista del iMóvil -. Bromeó The Miz.

Tras ese momento de tranquilidad, Kpum los dejó a solas en la habitación y fue a la contigua junto con Nikkita para iniciar la protección sobre Annie.

- Bueno ¿Estás preparado? 

- Como siempre, princesa. Llegó la hora -. The Miz se abrochó su cinturón de campeón en torno a la cintura y comprobó todas y cada una de sus cuchillas secretas de la armadura.

- Sí -. Afirmó ella colocándose nuevamente la máscara. Esta vez también se puso el anillo con el que Akshael le pidió matrimonio, lo usaría de amuleto para la misión. 

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Bien entrada era la noche cuando dos figuras aparecieron de la nada en las calles desiertas del distrito industrial, en la zona norte de Tydoras. Alanne había usado su invisibilidad con ella y The Miz desde que salieron de la misma habitación de la posada. Ahora se encontraban a dos calles del enorme edificio que decidieron que investigarían aquella noche. Se trataba de nada más y nada menos que uno de los almacenes generales de la ciudad: En él, se guardaban las posesiones que la gente necesitara como si fuese una cámara acorazada de un banco, pero al contrario que en esta, tanto la seguridad como el proceso para obtener una de las parcelas eran mucho más rudimentario y fácil de sobrepasar. El lugar perfecto para esconder algo que nadie más quisiese ver. 

Obviamente, ninguno de los consejeros sería tan estúpido para poner una de esas parcelas a su nombre así que ir al edificio de gestión central a revisar la lista de nombres era inútil aunque igual de inútil era revistar cada uno de los almacenes uno por uno (había un total de cinco). Sin embargo, al que iban parecía estar relacionado con la producción de la sustancia ilegal, tal y como descubrieron en la investigación previa al parto de Alanne. Con suerte, encontrarían información en la zona de maquinarías camuflada y con más suerte aún, la parcela del consejero traidor. 

- Si es verdad que uno de esos consejeros abrió su propia "cuenta" en uno de los almacenes, debe de tenerla bajo protección mágica -. Susurró The Miz mientras avanzaban por las calles lo más sigilosos que podían -. Si tan precavido ha sido como hasta ahora estoy seguro de que ese cabrón habrá puesto todo tipo de auras alrededor de sus pertenencias.

- No será tan fácil -. Comentó Alanne aunque le gustaría que estuviese equivocada -. Al igual que una persona puede ponerse invisible, también lo puede hacer un hábil lanzador de conjuros con un aura mágica. "Aura mágica de Nystul" es el sortilegio. Con ello, podría alterarla para que mi detección mágica no funcionase... 

- Esperemos que se le pasase entonces... -. Dijo The Miz con sarcasmo y desesperanza. 

Se acercaron por parte trasera al enorme edificio, cuyo tamaño era parejo al del hospital donde Alanne había pasado tantos días. Se aproximaron a las ventanas y al asomarse vieron uno de los tantos pasillos que tendría el complejo, lleno de verjas metálicas a ambos lados que protegían cada una de las parcelas de los clientes que solicitaban su hueco en el almacén. No se sorprendieron demasiado cuando vieron luces aproximarse desde uno de los extremos: Había una seguridad bastante estricta en el edificio.

- Si esto está vigilado como lo está... Los vigilantes deben de estar relacionados con la producción de la sustancia, sería imposible que no lo estuvieran -. Puntualizó The Miz -. Podría coger a uno y hacerle hablar.

- Hazlo -. Aceptó Alanne que hizo un pasaje mágico a través de la pared del edificio y le explicó como funcionaba: Podría pasar de un lado a otro sin problema a pesar de que visualmente la pared seguía igual.

The Miz esperó entonces a que un guarda pasase por ese pasillo para entrar rápidamente y, pillándolo desprevenido, aplicarle su famosa llave para dejarlo indefenso. Asegurándose antes de no que no haría ninguna tontería, The Miz arrastró al guardia hasta el exterior y allí le interrogaron hasta que, sin mucha dificultad, le sacaron lo que querían saber. El guardia confesó que una de las parcelas llevaba a un oculto sótano donde elaboraban la sustancia. Cuando dejó de ser útil, The Miz le agarró de nuevo pero está vez terminó su movimiento estámpandolo en el suelo para dejarle inconsciente.

- Ala, ya sabemos dónde están.

- Tengo un mal presentimiento... -. Confesó Alanne. Había algo en todo esto que no le daba buena espina -. Pero continuemos.

Entraron en el edificio y prefirieron no usar nuevamente la invisibilidad en caso de que hubiese algún aura oculta que la disipara y les dejara desprevenidos en mitad de un pasillo lleno de guardias que pudiesen alertar a más enemigos. Así que recorrieron el pasillo, dejando fuera de combate a todos y cada uno de los guardias gracias a la pericia de The Miz. A medida que avanzaban, Alanne intentaba detectar algún aura en alguna de las parcelas pero no fue así. Llegaron hasta el lugar indicado y se aseguraron antes de que no había alguna trampa preparada.

- Si Raenia estuviese aquí, sería mucho más fácil -. Admitió Alanne -. Creo que es seguro ¿Ves algo?

- Nope, nada. O le damos confiando en que no ocurra nada o nos volvemos ¿Qué hacemos?

- Dale, ábrelo.

The Miz reventó la cerradura con un fuerte golpe de su espada, que no hizo ruido gracias al previo sortilegio que la princesa había generado en torno a la cerradura y la verja. Al abrirla, comprobaron que lo que les había dicho el guardia era cierto, en lugar de haber cajas o taquillas en su interior, había una enorme trampilla de metal provista de un sistema de poleas justo encima, en el techo,  para ayudar en el transporte de la mercancía. Abrieron la trampilla y bajó primero The Miz seguido de Alanne. 

- No se escucha nada, la maquinaria no está en funcionamiento -. Supuso The Miz.

- Mantente alerta, puede seguir habiendo alguien igualmente.

Bajaron hasta sumirse en la más absoluta oscuridad pero Alanne prefirió no encender ningún tipo de luz mágica por si acaso eso llamaba la atención de alguien no deseado. Por fin pusieron pie firme en el suelo y se encontraban en las mismas, todo era oscuridad a su alrededor. La princesa esperó unos segundos y fue entonces cuando generó una luz en el cinturón de The Miz y otro foco su guante derecho. Se encontraban en uno de los laterales de una enorme sala rectangular llena de una cantidad enorme de maquinas como las que habían en el templo de Thor. Allí producían la misma sustancia pero en una cantidad desmesurada y la almacenaban en cajas camufladas en las esquinas contiguas a la escalera que da al exterior.

- Investiga la zona, espero que haya algo por aquí que nos sirva -. Tras decir esas palabras, Alanne atravesó toda la zona de maquinaría para llegar hasta el otro lado del recinto.

Allí ya no había tanto cachivache mecánico sino alargadas mesas con instrumental químico donde seguramente analizaban la calidad del producto. Prefirió no tocar aquello sino buscar algún tipo de documento o algo que les ayudase a seguir tirando del hilo. Investigó los cajones pero en ellos no habían nada más que más instrumentos y vidriera para las correspondientes pruebas. Tras un rato y entre tanto matraz volumétrico, pudo ver la mesa que se encargaba de la gestión de la mercancia. Empezó a leer los documentos por encima: La gran mayoría eran informes sobre la carencia de determinados ingredientes en intervalos de varias semanas para su repuesto y continuación del trabajo. Nada de eso le servía puesto que no había nada extraño en las sustancias que usaban como base para crear el líquido.

- Debe de haber algo... -. Susurró para si misma -. Algún ingrediente que nunca les falte. Eso debe de ser lo que provoca el verdadero efecto sobrenatural... 

Pero por más que investigó, no encontró nada que le guiara sobre ese componente restante que le pudiese servir para conectarlo todo. Sin embargo, hubo un documento que aunque a priori pasó por alto y siguió investigando, recapacitó y se dio cuenta de que algo fallaba en lo que ponía... 


- The Miz, ven y mira esto -. Le dijo ella repasando una y otra vez lo que ponía. No detectó magia en él pero ya supuso que podría ser perfectamente viable.

- ¿Qué ocurre? -. Preguntó él acercarse desde la maquinaría.

- Mira -. Le tendió el papel.

Se trataba de un documento donde se detallaba en unos tres párrafos, el modus operandis del transporte de la mercancia. Cada cuanto salía y hacía donde se destinaba: El puerto de la ciudad.

- Esto es... Así que lo ¿Exportan? 

- Eso pensaría cualquiera... De hecho lo vi y pensé en comentártelo más tarde pero... -. Alanne intentó ordenar sus pensamientos y calmarse, necesitaba estar centrada por si su hipótesis era cierta -. Mira la fecha.

- 12 de Marzo... Eso fue hace poco más de dos meses ¿Qué pasa con eso? -. The Miz no lo entendía.

- Nada, no pasa exactamente nada... Y eso es lo que me extraña. Akshael y Raenia nos comunicaron que la sustancia ilegal estaba produciéndose en la ciudad desde el año pasado como mínimo. De hecho en las facturas de los ingredientes hay fechas anteriores a esa así que queda descartado que este centro de operaciones fuese "inaugurado" el 12 de marzo... 

- Ajam... ¿Y? -. The Miz seguía sin entender.

- ¿Si llevan tanto tiempo haciendo esto por qué necesitan este documento que data del 12 de Marzo? ¿Acaso se les estaba olvidando donde tenían que dejar la sustancia? -. Preguntaba Alanne a The Miz de la misma forma que ella se preguntó eso mentalmente cuando se dio cuenta de lo extraño de la situación -. Es más, si fuese un cambio de dirección lo detallaría también, pero todo lo escrito lo detalla como si fuese el proceso habitual. 

- ¿Entonces... Qué es esto? -. Preguntó The Miz que a pesar de que ya lo pillaba seguía sin entender adonde quería llegar la princesa con lo que estaba diciendo. Alanne volvió a coger el documento y lo repasó.

- Pueden ser muchas cosas. Pero lo más viable es que sea un mensaje secreto. Y si lo es... Parece que se les escapó un pequeño detalle al dejar la fecha: Un error del traidor en toda esta trama perfecta que está manteniendo. 

- Pues veamos lo que pone de verdad... 

- Eso es lo que me preocupa -. El animo de Alanne cambió cuando recapacitó sobre la más que posible protección del papel en caso de que estuviese en lo cierto -. Si de verdad esconde un mensaje y fuerzo la protección mágica sin... No se, por ejemplo, decir la palabra secreta... -. Alanne miró a The Miz, preocupada. Pero este puso su mano encima del hombro de la princesa.

- Yo lo haré. Yo actuaré de cebo.

- ¿Estás seguro? No sé qué podría pasar...

- Seguro -. Sonrió él tocando su cinturón de campeón de las Artes de Sangre 23 -. Si he llegado a conseguir esto, no será tan fácil que un papel me detenga.

- Yo... -. Alanne se fijó en la determinación de The Miz y tragó saliva -. Está bien, prepárate. 

Fue The Miz el que sujetaba el documento con las dos manos, como si lo estuviese revisando. Alanne estaba frente a él, concentrándose en el sortilegio. 

Por favor, que funcione... 

Lo ejecutó, hubo un destello.
Seguido de un estallido que hizo que The Miz saliese volando hasta chocar contra la pared.

- ¡The Miz! -. Alanne se acercó a él para comprobar los daños que había causado.

- Estoy bien... Estoy bien -. Decía este mientras tosía. Al parecer tenía razón, se encontraba como si acabase de recibir una explosión en toda su cara pero su fortaleza interna fue suficiente para soportarlo -. Mira a ver... Si ha funcionado...Dame un minuto. 

Alanne recogió el papel y gritó un gran "YES!".


"El próximo 18 de Marzo hay una inspección en el almacén, aseguraos de que cubrís perfectamente la parcela 37 para que no se vea la trampilla. Ni tengo que mencionar el sistema de poleas ¿Verdad? Retomad la tarea en cuanto se os ordene, estaré al tanto de las reuniones en el consejo para descubrir cuándo acaba toda esta tontería"

Alanne no se lo podía creer, estaba sujetando una carta del mismísimo consejero traidor. Pensó que tal vez podrían dar con quien era si se investigaba la caligrafía o tal vez investigar los movimientos de las reuniones del Consejo durante esos días. Alanne sentía como estaba más cerca del traidor que nunca. Continuó leyendo la carta con el corazón en un puño.

"Haced lo mismo con la parcela 82 sin que se os escape ni un solo detalle. Cuando terminéis de leer esto, llevad la carta al maestre de vuestro refugio y que trate de ocultarla hasta nueva orden.

Att. Dardo Rojo"

- Dardo Rojo... The Miz ¡Es él! Es el traidor. Se hace llamar así... ¡Vamos, rápido! ¡Tenemos que ir a la parcela 82, puede que allí esté el veneno que usó con la reina! -. Alanne se acercó a The Miz para ayudar a que se incorporase pero este ya no parecía necesitar ayuda. Mientras salían de allí, Alanne le contó con todo detalle lo poco que había en la carta.

- ¿Por qué no optaron por destruir la carta en cuanto supieron la información? -. Preguntó él extrañado mientras ambos subían la escalera de vuelta hacia el almacén.

- Porque no podían. Si tan solo tuviese un sortilegio de escritura ilusoria si que podrían haberlo hecho pero al necesitar una palabra secreta para desvelar el contenido, lo que el papel tenía era un hechizo de sellado que convertía el documento en algo indestructible. Si era avistado por quien no debía tan solo descubrirían un sector más donde producían el líquido de todos los que hay... Y probablemente lo del muelle sea mentira. Y si se intentaba forzar para ver lo que ponía probablemente si que se hubiese autodestruido con la explosión resultante... 

- ¿Y por qué no ha pasado eso entonces?

- Porque... Protegí el documento con abjuración al mismo tiempo que disipaba la protección. Ese "Dardo Rojo" jamás pensó que el documento fuese a caer en alguien que fuese tan diestro en la magia... Como por ejemplo, en Vance Tiver.

- No se que me da más miedo, si todo esto o que de repente pareces otra persona hablando tan diestramente de la magia.

- Realmente lo aprendí hace años en las bibliotecas del GOET, pero es cierto que este nuevo equipo ayuda a expandir mis conocimientos... 

Continuaron ascendiendo hasta llegar de nuevo a la parcela 37 y se tranquilizaron al ver que todo estaba como antes, así que se apresuraron a recorrer los pasillos para llegar cuanto antes a la parcela 82. Quizás estuviese tan protegida mágicamente que ni siquiera pudieran llegar a entrar pero tenían que intentarlo.

Y allí estaban, frente a la verja metálica.

- Por más que lo intento, no detecto nada -. Se resignó Alanne -. Y si intento disipar la posible protección forzándolo nuevamente, esta vez el resultado desencadenante podría ser mucho peor y como mínimo destrozar las pertenencias del interior y como máximo, alertar a toda la ciudad.

- La protección debe de poder ser removida de alguna forma -. Conjeturó The Miz -.Si no ¿Qué pasó en la inspección? -. Llevaba razón. Si el consejero mandó la carta donde se detallaba todo aquello, quiere decir que, o no existe protección alguna o que alguien más es capaz de levantarla y restablecerla -. ¿Quieres que volvamos cuando encontremos una forma más segura? 

- Lamentablemente, no volveréis... 

Ambos se giraron y aunque Alanne no sabía si a The Miz le había pasado, pero a ella se le había salido el corazón del pecho del susto. Frente a ellos había un sujeto que portaba una enorme indumentaria negra provista también de capucha, la cual llevaba puesta para tapar su rostro. La ropa era idéntica a la que llevaba Fred Marc, de hecho aquel individuo se encontraba fumando un enorme puro en ese momento; Pero a diferencia del consejero, este era más corpulento, más bajo y entre su rostro tapado dejaba escapar unos mechones de su pelo grisáceo.

- ¿¡Quién eres tú!? -. Preguntó The Miz llevando sus brazos hacia atrás, preparado para cargar y apresar a su rival.

- Yo... Yo se quien es -. Alanne empezó a sudar de los nervios pero mantuvo la compostura -. Eres el que aprovisionó al traidor con los puros de Fred Marc... Fuiste su compañero junto con Wartor Brav y demás miembros de los Protectores del Ojo pero os separasteis de la organización.

- Alguien ha estado haciendo sus deberes... Bien -. El sujeto llevó su mano hasta la altura de su rostro para recoger su puro y exhalar el humo de su boca -. Pero no sería justo que tan solo yo me lleve todo el protagonismo. Has estado jugando demasiado, princesa Alanne.

Eso no pilló desprevenida a Alanne, quien llevó su mano derecha a uno de los bastones de su enorme carcaj dispuesto a sacarlo.

- ¡No te creas que me sorprendes con tus palabras baratas, me alegro de que sepas quien soy porque yo, princesa y futura reina de Aldmet, como aliada e implicada con nuestro eterno aliado, Taneir, detendré esta locura que has causado en esta tierra! -. Alanne sacó un bastón negro con una esfera diamantina engarzado en su extremo y apunto amenazante a su enemigo.

- Oh, no te preocupes. Me gusta jugar... Si con estas palabras no te he impresionado, déjame intentarlo de nuevo... Habitación siete y ocho de El Pegaso élfico... Era así ¿Verdad?


Sin querer, Alanne bajó levemente el bastón. Una onda de choque invadió su corazón y se extendió por todo su cuerpo hasta la punta de los dedos de sus manos y pies. Incluso The Miz cambió su rostro enfurecido al de un terror absoluto y se giró mirando a la princesa.

- ¿He dado en el clavo ahora? Se ve que si... -. El sujeto sacó un pequeño reloj de agua del interior de su indumentaria y consultó la hora -. Debe de estar a punto de ocurrir. Si os apresuráis, podéis llegar a tiempo... No os preocupéis, no os perseguiré. Tan solo quiero que no entréis ahí -. Terminó diciendo señalando a la parcela que Alanne y The Miz tenían tras ellos. 

- Alanne... -. The Miz tenía la respiración agitada, no podía ocultar sus nervios. 

Alanne trató de razonar con calma pero era imposible. Incluso cuando intentó pensar en si tan solo era una treta para dejar libre la parcela y que el sujeto se llevase lo de su interior. Había demasiado riesgo aunque tan solo la posibilidad de que fuese cierto fuese un 1%... No pondría en peligro las vidas de Nikkita, de Kpum... Y por supuesto, no arriesgaría la vida de su hija. Miró hacia atrás, hacia la parcela... 

Tan cerca y a la vez tan lejos... 

- The Miz, vayámonos de aquí... ¡Ya! -. Y salió corriendo por uno de los pasillos hacia el pasadizo mágico que había creado en la pared trasera del almacén sin ni siquiera mirar si el guerrero la seguía, aunque comprobó que así fue cuando no paraba de escuchar el tintineo metálico producido por su armadura. 

Salieron hacia el exterior, corrieron lo más que pudieron. No importaba que estuviesen casi a oscuras en las nocturnas calles de Tydoras, tan solo recorrían toda la ciudad hacia el sur para llegar hasta la posada. Entonces, escuchó a The Miz, entre jadeos.

- Princesa Alanne... Siga usted... -. Alanne se giró y vio como el guerrero caía derrotado por el cansancio al suelo. Jadeaba y sudaba muchísimo más de lo normal, cosa que jamás había visto la princesa en él.

- ¿The Miz? -. Preguntó rápidamente. Sabía que podía dejar al guerrero allí y seguir ella pero los sudores que estaba teniendo la asustaron por encima de toda la tensión que ya tenía encima.

- Debe de ser... El pergamino... No te preocupes... ¡Ve!

Alanne dudó un segundo en pensar que hacer. Pero para entonces, ya fue demasiado tarde... 

Algo se clavó en The Miz y le dejó totalmente inmóvil. No solo eso, sino que la tonalidad de su cuerpo se disipó, como si se hubiese quedado en blanco y negro.

- Otra extraña amapola fuera del jardín... -. Dijo una voz melódica desde la espalda de Alanne, desde el lugar al que estaba corriendo para ir al sur y que ahora estaba obstaculizado por un nuevo sujeto.

La princesa se dio cuenta de lo que se había clavado en The Miz al mismo tiempo que se giraba, una carta. Ante ella, había un nuevo individuo provisto de una capa que cubría su torso hasta la cintura, vestido con unos pantalones de cuero negros y unas botas con plataformas del mismo color. Su rostro estaba salpicado por una frondosa barba y melena recogida por una coleta y tapada por un sombrero de copa alta. En su mano derecha sujetaba con sus dedos un par de cartas.

- El asesino del póker... Espera, eres tú. El guardia que investigaba el caso... -. Alanne parecía que iba a acabar desmayada por tanta tensión acumulada, justo en el peor momento posible aparece alguien así.

- Ironías de la vida ¿Verdad? Al igual que lo que estoy contemplando ahora. Una princesa... Sola. 

Ese tipo llevaba razón. Por primera vez en la vida de Alanne, estaba en una situación de peligro... Personas importantes para ella estaban en una situación de peligro... Su hija estaba en peligro... 
Y lo debía afrontar todo ella sola. Por primera vez en su vida sabría si de verdad está hecha para lo que quiere ser, si de verdad puede ser una heroína como lo son Akshael, Raenia, Raeric... 

Durante un instante cerró los ojos y le vino a la cabeza la imagen de Granja Fertl celebrando el fin de la tiranía de Ganston Fertl... Con ellos siendo vitoreados y aplaudidos... Donde ella no pudo hacer nada, tan solo ser rescatada, como en Tilos.... Como siempre.

Nunca más... 


El cuerpo de Alanne comenzó a brillar con una tonalidad dorada, al igual que en su entrenamiento con Fred Marc. 

Llegó el momento de probarme a mi misma... Por Evolution... Por ellos... Por ti... Por nuestra hija... 

El brillo se hacía cada vez más fuerte hasta que incluso el suelo llegó a temblar levemente y algunos pedruscos se alzaban del suelo debido a la intensidad mágica. No obstante, el Asesino del Poker no parecía impresionado.

- Bonito espectáculo. Que marav... 

- Te lo diré una sola vez -. Alanne hablaba con una voz más potente de lo normal. Abrió sus ojos y estos estaban completamente bañados del mismo brillo dorado -.  Da media vuelta... O muere ahora. No tengo tiempo que perder.

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