11 jun 2019

Sesión 56 del 2.0 NG

La sesión comienza unos minutos después de la derrota contra Kiritos, de alias Phantom. En el proceso de vuelta a la normalidad de los aldeanos de Ribe a su propia aldea, Hamill acompañó al grupo hasta la casa donde viven él y su padre, el posadero. Allí, pudieron reposar y recuperarse fisica y anímicamente de lo que acababa de pasar. Hamill empezó a hacerles el mapa, mientras que explicaba la ruta que estaba tomando Liv Tao Zan; atravesar las minas de la cordillera del Valle Tristiva, para poder atajar y llegar al norte, al asentamiento de la corporación TrestCO. Mientras tanto, Samuel fue a avisar a la otra parte del grupo, de que se iban a retrasar debido a que tenían que descansar aquel día. En el momento en el que se quedaron a solas, Lilith apoyó a Summer en todo lo que necesitó, a pesar de que la segunda elogiaba a la chica por su agilidad y reflejos.


Llegaron a confirmar que los Evo Raiders ayudaron en la defensa del poblado; también que el soldado que había sacrificado su brazo por tal de salvar a Summer se encontraba perfectamente bien; y por último, que la Guardia Lumi seguían en la búsqueda de los alumnos. Para reforzar la operación, Beatrice comunicó que enviaría como apoyo a su mano derecha, Dante. Apremió al líder de la operación, Isac, a que lo completase cuanto antes, pues explicó que el gobierno de Aldmet habían enviado cargos para solucionar la situación de Reposo de Taliyah, y su rango era mayor que el que poseía ella para dirigir una situación a nivel social-militar.

Mapa de las minas en mano, el grupo partió más allá de la Aldea Ribe, aunque seguían teniendo a la Guardia Lumi pisándoles los talones. Casi les llegó a pillar un jeep de ellos, pero se escondieron a tiempo y Samuel pudo manipular el agua de la nieve para camuflar las huellas de sus pisadas. Poco después, se reunieron con el resto del grupo: Garley, Giovanni y Sakurako, que habían sido heridos en una emboscada que les tendieron los Evo Raiders en la otra aldea, pero no tenían nada de gravedad. Comieron juntos, mientras planeaban sus siguientes movimientos para alcanzar a Liv cuanto antes. Sin embargo, Lilith logró escuchar el ruido de otro jeep, aunque este no se estaba acercando a su posición. Resultó ser el jeep de los Evo Raiders, que se detuvo en mitad de un sendero.

Un herido y vendado Kiritos salió del vehículo junto con sus hombres y se quedaron esperando. El grupo sopesó la idea de que fuese una trampa o que se iban a reunir con alguien más, lo que provocó la incertidumbre y la duda sobre si aprovechar para atacar ahora que tenían la oportunidad de capturar al cabecilla de los Evo Raiders, o esperar antes que cometer un paso en falso. Finalmente, aunque esperaron, Lilith mandó a Giovanni al vehículo para ver si podía conseguir algo. Y entonces llegaron otros dos vehículos al lugar. Descubrieron a otro de los posibles responsables de lo ocurrido recientemente en la banda de Magrid: Denek Perenolde. Pero lo realmente sorprenderte de él fue que en todo momento, durante su estancia en la Academia de Héroes de Reposo de Taliyah como alumno de intercambio, se hacía pasar por alguien totalmente diferente. En realidad era una chica de pelo largo y negro, unos ojos azules fulgurosos, vistiendo un atuendo de cuero de tonos azulados oscuros. Según dijo, su nombre era Anyssa de Gwynt y controlaba el Poder del Eterno de Veneno. Dio una advertencia a Kiritos y, tras eso, se marcharon todos en los vehículos. El problema fue que Giovanni no pudo salir a tiempo del vehículo, así que también se marchó con ellos.

El grupo reanudó el viaje después de comentar los detalles sobre Anyssa y su reunión con Kiritos. Llegaron al enorme lago Oku, que debido al temporal se encontraba completamente congelado, como si fuese un espejo cristalino. Decidieron rodearlo más que atravesarlo, por el posible riesgo que podría acarrear atravesar un lugar tan delicado y sin ningún tipo de cobertura o lugar en el que esconderse. Horas más tarde, llegaron a la Cuenca Verdina, que comenzaron a atravesar para llegar cuanto antes a la cordillera. Durante el trayecto, se encontraron con unas arañas enormes que asaltaron al grupo. El enfrentamiento fue nimio y fácil de sobrellevar, pero Summer no se fio ni un instante en el posible veneno de las arañas, así que empezó a succionar la herida que le produjo una de ellas, e insistió con Sakurako, que también fue picada. Los motivos que tenían para desconfiar eran obvios, pues encima habían descubierto que las arañas tenían un dispositivo mecánico para potenciar el veneno de estas, seguramente ideado por la propia Anyssa.

Pero no fue la única trampa con la que se encontraron; Lilith pudo advertir a tiempo una trampa de dardos con la que pudo echar al suelo a Sakurako. Los dardos venenosos, además, estallaron al chocar contra las rocas y los árboles, todo para evitar que se pudiese obtener el veneno y que así no se pudiese contrarrestar. Por último, de nuevo Lilith pudo ver en la oscuridad con un poder sobrenatural y avistó un pequeño escarabajo mecánico con una cámara. Lo destrozó a tiempo y evitó que pudiese llevar la grabación a los Evo Raiders o quien fuese, ya que mediante señal era imposible enviarlo con  aquel temporal.

Bien entrada la noche, llegaron a la entrada de la mina. Sobre un edificio en ruinas se encontraba el cadáver de un Ettin, que por las heridas que tenía, todo apuntaba a que fue asesinado por las cornadas gigantes de Liv. Samuel explicó sobre la naturaleza de dichas criaturas, aunque Sakurako le corrigió en que realmente eran criaturas crueles, sádicas y completamente malvadas. A continuación, procedieron a descansar, aunque Lilith meditó antes de irse a dormir. Extrañamente, no alcanzó la sala donde estaba su otro "yo" sino que miraba a través de los ojos dorados de un chico joven que tenía serpientes completamente negras reptando por su cuerpo, mientras se miraba en un espejo. El chico habló con los animales con el mismo idioma que Lilith había escuchado en la sala de losas blancas y negras, aunque no logró reconocer ni una sola palabra. Mientras tanto, Summer soñó de nuevo con un laboratorio. Estaba siendo perseguida por la misma persona que intentó atacarla en su último sueño. Comprobó que tenía un hueco en su ojo izquierdo, propiciado por un soporte mecánico. El sueño pasó abruptamente a uno donde Don Hamburguesón volvía a hacer de las suyas, justo antes de despertar del todo.

Al día siguiente, entraron en las minas. Tras recorrerlas durante casi todo el día, se encontraron con una hoguera apagada y latas vacías a su alrededor, además de un cartón de leche que estaba intacto, sin abrir. Se acordaron de que a Liv dijo que no le gustaba nada la leche, de manera que, sin lugar a dudas, en aquel lugar había estado ella. Iban en buen camino y Samuel lo plasmó en unas palabras en las que motivó al grupo, terminadas por las de Summer para terminar de alentar a todos, mirando hacia la oscuridad de la mina, el lugar al que iban.

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