16 jun 2021

Sesión 130 del 2.0 NG

 La sesión comienza con la transmisión de radio que recibió David. Arrow comunicó los últimos movimientos que hubieron en el norte, incluyendo los refuerzos que recibieron, el avance hacia el sur por el este de la Cadena Kanzhar y la separación del grupo debido al caos reciente, entre ellos, Luthor y Samuel, que están en paradero desconocido. Al mismo tiempo, Ellie recibió la llamada de Petyr para aceptar las disculpas que en su momento le ofreció la chica. A la mañana siguiente, después de poner al grupo al día de la transmisión de Arrow, se prepararon para llevar a cabo el plan de ir a las ruinas en busca de tesoros. 


Los que iban a formar parte del grupo de expedición hicieron un leve turno de guardia, momento en el que empezó la fabricación del brazo mecánico de David, con las pautas de Priscilla y la colaboración directa de los empleados de Cahors, que dedicarían el día entero para ello.

Horas más tarde ya estaban en el vehículo David, Ellie, Priscilla, Summer e Yvette, camino a Eodana para buscar los tesoros en las ruinas antes de que formase parte de la propiedad de Benasque. Fueron por el norte con la intención de dejar el coche en el puente destruido y atravesarlo con el poder de Priscilla, pero se encontraron con el puente parcialmente reparado con tablones de madera, lo que les dio para pasar sin mayores problemas. El resto del camino lo aprovecharon para hablar sobre las pautas para avanzar y explorar, cuya líder de operación sería Ellie después de que David le pidiese una segunda oportunidad tras los hechos del pasado, donde hubieron tiranteces entre ambos en las operaciones.

Al llegar a Eodana pudieron comprobar que era un lugar que ya había sido estudiado por alguien antes, tratándose de una antigua edificación para presentar respetos a personalidades importantes fallecidas de la civilización de los Zatzil. Llegaron a la conclusión de que si existía un lugar así, debía haber una cripta o algo parecido por los alrededores. Así lo avistó Priscilla, a la que le pidieron que sobrevolase los alrededores en búsqueda de algún tipo de edificación así. Acabó avistando dos; un descenso en forma de escalinata en espiral y una estructura más lejos, en el horizonte. El grupo acabó decidiendo acercarse al primero de los lugares y descubrieron la entrada a la cripta real de los Zatzil, al que entraron después de comer.

En la primera de las cámaras habían múltiples inscripciones de la población de Zatzil hacía el más glorioso de los reyes que tuvieron, Sindarín. En algunas de esas inscripciones habían una cifras que posteriormente, tras la aparición de un espectro que formó parte del sequito de Sindarín, servirían para el primero de los desafios del lugar. Tras pensar un rato y conectar las pistas, lograron hallar el número que les pedía el espectro para avanzar a la siguiente localización. Este les avisó de que su compañero sería mucho más agresivo allí abajo, algo que pronto descubrirían.

Grindriel, que era como se hacía llamar dicho compañero, les propuso un desafío en forma de combate, donde se tendrían que dividir para luchar contra los soldados más importantes y cercanos a Sindarín. Tendrían que hacerse un corte frente a un pedestal y la sangre vertida serviría como barrera para que los soldados se potenciasen rápidamente, pero existía un problema. Eran cinco y habían seis pasadizos, de manera que habrían soldados que se potenciarían sin ningún tipo de freno. Igualmente aceptaron el desafío y lucharon contra ellos. No eran muy poderosos, pero presentaron un mínimo de problemas al grupo que se tradujo en perdida de tiempo, algo que le daba ventaja a los que se potenciaban a toda prisa. David fue afectado gravemente con maldiciones de una hechicera, y cuando llegó Ellie para ayudar, también fue maldecida, manteniendo los dos obstaculizados. Summer, por su parte, casi cae contra los dos a los que tocó enfrentar, hasta que llegó Yvette para sanar sus heridas. Al final, lograron vencer y resultaba que no había combate contra los soldados potenciados. Grindriel les dijo que esa era la verdadera prueba de valor, ya que si conocían de antemano esa desventaja, quizás hubiesen preferido dar media vuelta, demostrando cobardía.

Tuvieron acceso a la cámara final, con el propio Sindarín hablándoles. Les ofreció sabiduría y tesoros a cambio de desafíos de ajedrez. El grupo lo quería todo, así que se enfrentarían a todos los desafíos de Sindarín. El primero, referenciando a la amada esposa de Sindarín, Arrien, lo resolvieron con presteza, moviendo la dama en un tablero de nueve casillas con cuatro movimientos; más problemas tuvieron con el siguiente, donde tendrían que colocar quince caballos blancos y quince negros en el tablero de ajedrez, de manera que cada uno amenazase a tres fichas contrarias, ni más ni menos. Esto referenciaba el poderío de la caballería de los Zatzil en la rebelión de los Zeghur, donde la caballería de ambos bandos se enfrentaron entre sí. Tras casi tres horas de pensar, lograron dar con la tecla y avanzar al siguiente desafío. En el último se honraría el dicho de que la caballería tardase 41 días en atravesar la Ciénaga Negra, de manera que tendrían que completar el enorme tablero con el movimiento del caballo en 41 movimientos, ni más ni menos. Aunque les llevó un rato, lo resolvieron sin problema y tuvieron acceso a las cámaras de la esposa e hijos de Sindarín, con sus tesoros sobre las tumbas. 

Sindarín les ofreció además responder a tres preguntas. La primera fue que describiese las aptitudes mágicas de los objetos que habían recogido, pero solo pudo responder para describir los de su mujer, ya que sus hijos se convirtieron en guerreros posteriormente a su muerte, desconociendo las aptitudes mágicas de dichos objetos. Con la segunda, descubrieron información sobre el terreno al este de la tumba, que podría venirles bien para el asalto final contra la banda de Heisenberg. Y, finalmente, preguntaron por Ozphrunova, aunque Sindarín no pudo responder del todo, ya que sabía que el proyecto de dicha construcción iba a ser un refugio, pero todo se dio después de su muerte. No obstante, descubrieron que había otra edificación ligada a dicho refugio y era una perteneciente a los Utgarde.

Tras cogerlo todo y volver al coche, pusieron rumbo de vuelta a la torre. Todo el camino fue con total tranquilidad y sin ningún incidente, aunque regresaron más tarde de lo que esperaban.

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