Sesión 138 del 2.0 NG

La sesión comienza con la aparición de Nayru y Stille para apoyar ambos frentes en el territorio del inicio de la cordillera central. Por un lado Nayru se enfureció frente a Lambert y, ante la retirada de este, la chica le siguió sin miramientos ni escuchar a los de su equipo, a los que tan solo dijo que usasen la poción y se fuesen. Por otro lado Stille, junto a sus amigas, confrontaron a Sergeyevich bajo las recomendaciones de Summer para poder derribarlo y tirarlo al lago, fracturando el lago helado.

Lambert logró reagruparse con un grupo bastante numeroso de las personas que tenía controladas, así que de esa forma podía volver a contraatacar. Nayru, con uno de los sellos activo sobre ella, no era capaz de hacerle nada, ya que el villano esquivaba sus ataques sin problema alguno. Ellie fue sorprendida por varias de las personas controladas y marcada por otro sello, que eliminó enseguida arrojando ácido sobre la ropa y su piel. Las explosiones por el conflicto de los dos sellos comenzaron, dejando a Nayru algo tocada, pero aún podía luchar. Su furia se vio calmada por el intento de Ellie de que huyesen, que no eran rival para Lambert en aquel momento, así que la recogió con el grifo que invocó previamente y se fueron de vuelta hacia el grupo principal. David, que acababa de llegar, después de que acertase con fortuna el suero que debía inyectarse en Luthor, tuvo que volver por su propio pie, pero entonces Lambert usó una técnica no vista antes: invocó casi dos decenas de manos, la mitad con el sello del sol y la otra mitad con el de la luna. Esto casi provoca la muerte de David, ya que las manos lograron con sus explosiones acorralar al chico. Nayru pudo sacarlo de allí y reagruparse con el grupo, que se había retirado a las ruinas que sobresalían por el precipicio, siendo el sitio más idóneo para cruzar al otro lado. El plan consistió en arrojar la lanza mágica de Ellie, que podía variar su tamaño, junto con una cuerda atada. La lanza variaría su tamaño hasta colosal y les serviría como muelle para llegar hasta él tras trepar con la cuerda. Nayru pudo aguantar lo suficiente mientras se preparaban y empezaban a pasar, hasta que David le dijo que se fuese y él aguantaría como último bastión. Tuvo que lanzar la capa que le regaló su padre para distraer a las personas controladas y ser el último que se enganchó a la cuerda. Sidney, al otro lado del precipicio, usó la ballesta de Ellie para cortar la cuerda y que no pudiesen seguirles, aunque eso casi provocó que David cayese al precipicio. Y cuando todo parecía haber acabado Nayru, con uno de los sellos en ella, sacó involuntariamente de su abrigo la jeringuilla que quería usar Lambert en Luthor y estuvo a punto de inyectársela, aunque falló gracias a la maestría elemental de viento de Ellie. Lambert logró, en el caos del combate, colocar la jeringuilla en el inventario de la chica para que ella hiciese el trabajo sucio mediante el sello con el que fue marcada.

De vuelta al lago helado, tras unos golpes de las chicas de primer curso que resultaban ineficaces para poder tumbar o dañar siquiera a Sergeyevich. Después de un esfuerzo titánico entre todas, lograron tumbarlo, a lo que Summer aprovechó para apresarlo y poder arrojarlo con fuerza sobre el hielo, que se terminó de fracturar haciendo que el operador de Heisenberg se hundiese. Pero este, que estaba volviendo a recobrar las fuerzas poco a poco, mutó por completo debido al Fitch. Decenas de tentáculos surgieron del agua, algunos de ellos dando vueltas incontroladamente, otros se anclaron a la orilla para poder mantener el monstruo en el que se había convertido, y uno enorme estaba preparado para aplastar el grupo. La inexperiencia y diferencia de poder entre el grupo de primer curso y Sergeyevich provocó que dos de ellas se quedasen inconscientes de inmediato con el menor de los impactos. Summer se puso delante para protegerlas y que no muriese ninguna, resistiendo el feroz impacto del tentáculo enorme hasta por dos veces. Entonces, encontraron una oportunidad para contraatacar, cercenando varios de los tentáculos que mantenían al monstruo anclado a la orilla. El último de ellos sería destrozado por la silueta de una chica con espadón que apareció, resultando ser Winter. Las hermanas lucharon juntas para terminar con el clon de Sergeyevich de una vez por todas, con un gran combo final de Winter que volvió a congelar el lago con su poder. Tras el combate, Winter dijo que había llegado la hora de hablar. Empezó diciendo que todo lo hace por las hermanas, a pesar de que se enfadó cuando ocurrió lo del pétalo, ya que una hermana debe recriminar a la otra si esta hace algo mal. Aunque no entendió del todo qué ocurre cuando se perdió el pétalo, sabe que es algo crítico. Dijo que ella también era una víctima de los marionetistas que la crearon, como a todas, y remarcó que quiere cuidar de todas. Engañó a Summer para poder conseguir ella la flor, ya que le aseguró que podía recuperarle el pétalo. Tras conseguirlo, la chica volvía a tener dos ojos y ahora era Winter quien tenía la flor en su ojo izquierdo. Le dijo que la flor en realidad estaba lastrando su crecimiento, su desarrollo, la volvía estéril y además terminaría por consumirla, matándola. Winter se despidió de sus hermanas y mandó a todas a cruzar el precipicio tras envolverlas en una cúpula brillante.

El grupo se reunió y se sorprendieron por ver a Summer con dos ojos y por ver a alumnas de primer curso en un lugar tan peligroso. Igualmente viajaron un poco hacia el oeste para refugiarse en una cueva, que aunque no era muy profunda, podían protegerse bien del frío porque ya se habían alejado de la falla dimensional, la cual empezó a absorber parte del territorio en su vorágine central. Dafne se encargó de cuidados sanitarios a los que estaban inconscientes, pero Arrow y Gabriella no parecían encontrarse bien del todo, pero ella no podía diagnosticarlo. Encendieron un fuego y con el acogedor calor, aprovecharon para echarse unas horas y descansar. Fueron sorprendidos por Kara y un grupo de Evo Raiders, quienes habían logrado dar con el grupo debido a que Ellie aún conservaba el puñal que cogió aquel día para desatarse. Resultaba que el cuchillo tenía una baliza GPS y gracias a eso pudieron rastrear su posición para encontrarlos y poder rescatar a Sidney. Este, demostrando que realmente quería ayudar al grupo, pidió que les llevasen en coche, pero era imposible porque no cabían, a lo que el chico pidió entonces dejarles algo de comida y agua. Después de eso se marcharon y por fin pudieron descansar sin otro percance. Despertaron al anochecer y se pusieron en marcha hacia el este para salir de la cordillera.

Fueron sorprendidos de nuevo, pero en esta ocasión por Michelle e Hina, que por fin habían llegado en coche. No obstante, seguían sin caber todos ya que era un solo vehículo así que optaron porque Hina se llevase a los heridos y a las chicas de primer curso. Viajaron entonces con una nueva integrante, Michelle, hacia el exterior de la cordillera. No fue hasta el amanecer que se encontraron fuera del territorio de las montañas nevadas. En ese momento, recibieron una transmisión de radio de parte de Louise, teniente del escuadrón militar de Aslind, junto con los pelotones que habían desperdigados por la zona. Existía cierto peligro por la zona debido a la actividad de monstruos, a pesar de que Heisenberg ya se había retirado del territorio y la teniente Louise dio la orden de retirada de vuelta a Aluarte, remarcando un par de puntos como el de que se encontraba Florence en Dareldral o que las naves de Heisenberg de la base habían sido saboteadas recientemente. Esto fue recibido con mucha incertidumbre en el grupo, ya que empezaron a sospechar e hipotetizar sobre la posibilidad de que la banda de Adam Cole estuviese haciendo de las suyas y hayan logrado infiltrarse entre las tropas del escuadrón militar por tal de encontrar a Kunzita. 

La sesión acabaría en lo alto de un monte cercano a la torre de comunicaciones más cercana, con la que lograron ver lo que había a su alrededor. A destacar dos sucesos, uno al oeste que resultaron ser dracotauros y otro al norte, una hilera de humo oscuro cuya fuente no podían ver debido a la lejanía.