14 oct 2025

Sesión 241 del 2.0 NG

La sesión comienza con los Guardianes Fénix Unicornios llegando a la Iglesia del Sol, que se encontraba bajo ataque de los engendros de la Corte del Velo Nocturno, que aporreaban las puertas que conducían hacia el mausoleo, donde se refugiaban los últimos supervivientes. Con la intervención del grupo, pudieron arrasar con los engendros y salvar a esa pobre gente, entre la que se encontraba el aprendiz de la Alta Pontífice Amaila, el Prelado Aurelitos. 

Este les ofreció un descanso sobrenatural y reparador al grupo, para que recuperasen sus fuerzas antes del siguiente paso, mientras sacaba los cadáveres de los engendros y les ofrecía un entierro digno a las víctimas veirmenses. Tras aquello, respondió a las preguntas de los Unicornios. Amaila había sido capturada y llevada al último punto sagrado de la isla, con la intención de destruir y profanar ambos a la vez. La Corte del Velo Nocturno llevaba semanas asediando la isla, después de haber tomado el Bastión Alzamar en primer lugar, el bastión más importante de la isla. Desde entonces, Amaila levantó una protección para proteger a las poblaciones supervivientes, pero sin ella ahora estaban desprotegidas, incluyendo la del norte, Eryndral, el cual no había sido socorrido por los Guardianes Fénix ni por las tropas de Taneir, los cuales llegaron a la iglesia junto a Jhin, Nayru, Alice y Luthor. Tras debatir los siguientes pasos, Jhin optó por viajar hacia el norte para ayudar al pueblo de Eryndral; dejó que organizasen el grupo como quisiesen, así que lo dejaron tal cual estaba. Pero antes de que el mismo grupo que socorrió Caelinth partiese hacia el sur, Michelle le preguntó a David si tenía un momento para hablar.

La chica había vivido un calvario por la incertidumbre durante las casi dos semanas que había esperado a una respuesta de David, que le pidió un tiempo ya que se sentía que no era suficiente por no haber estado a la altura para protegerla de lo que le ocurrió. Michelle, que seguía alegando que ella veía en David a un poderoso caballero, más que digno de ser su protector, comentó también que lo que había sucedido era el lado negativo de ser especial como lo era ella, pero que ya no habían más sorpresas porque la primera y segunda Michelle no habían dejado un fragmento de alma en su interior; y el fragmento de la tercera se estaba desintegrando lentamente, a la espera de que se le proporcionase un cuerpo como le prometieron. En cualquier caso, Michelle quería continuar junto a él, ya que lo amaba, pero necesitaba una respuesta en ese momento, ya que aquellas dos semanas habían sido casi dos meses, mucho peores que los seis que había estado dominada por la tercera. David, tras un breve silencio, comentó que sí que quería seguir con ella y que quería protegerla, al contrario de lo que había hecho anteriormente, por lo que también advirtió que si volvía a fallar se sentiría inmerecedor de estar junto a ella y se separarían. Michelle, entre lágrimas, le comentó que eso no volvería a pasar nunca y, agarrados de la mano, volvieron junto al grupo.

Partieron a caballo hacia el sur, en pleno atardecer sombrío. Tendrían que atravesar Albardrian para llegar hasta el lugar al que llevaron a Amaila, aunque la primera parte, en las afueras del poblado, fue tenebrosamente tranquila. Los vampiros habían colocado trampas máginas tras las puertas y ventanas de las casas para que al abrirlas, una nube negra los envolviese y quedasen inconscientes, como le pasó a Alveria. Continuaron por la ciudad y hallaron varias plagas de sanguijuelas vampíricas, las cuales decidieron exterminar para limpiar el camino y eliminar la amenaza. Posteriormente, en el sur, hallaron el punto en el que retenían a Amaila, en el lugar sagrado conocido como la Fuente del Pesar de Sirandrae.

Allí, tras aniquilar un engendro que pretendía alertar a todos los enemigos a la redonda, consiguieron salvar a Amaila, a pesar del intento de una extraña criatura voladora por llevársela. La Alta Pontífice, tras despertar, comentó que estaba preocupada por el gobernador y su hermano, de los cuales no sabía nada porque el Bastión Alzamar fue el primer lugar en ser atacado, donde ellos estaban. Comentó que la Corte del Velo Nocturno pretende llevar a cabo un ritual para potenciar sus huestes y para eso habían secuestrado a mucha de la gente de la isla. Intentaron acelerar el proceso con unos ingredientes, pero hubo uno, las plumas de pegasos, que no pudieron conseguir. Y por último, les comentó que también querían llevar a cabo un segundo ritual, para revivir a una dragona obsidiana cuyos restos estaban en un refugio subterráneo y montañoso. Apremió al grupo para que fuesen a detenerlo, mientras ella volvería a la Iglesia del Sol a recuperar fuerzas antes de poder sumarse a la contienda.

Así que, con un nuevo objetivo en mente, el grupo se preparó para partir, de nuevo, hacia el sur.

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