6 sept 2016

La casa del truhán y el filibustero


- ¿Qué te parece? -. Preguntó Kpum acariciando la madera del mástil central -. ¿Está bien, eh?

- ¿De verdad hacía falta comprarlo? -. Respondió Nikita con otra pregunta.

- La cosa es que no podemos ir al sitio al que vamos con un transporte de Taneir, necesitamos ser más discretos o nos coserán a balazos.

No hacía tantos meses desde la última vez que Kpum había salido a alta mar pero desde luego lo echaba enormemente de menos. Para él, casi toda su vida la había pasado en ese entorno, rodeado de agua salada, bestias marinas, amarras y barriles. Y aunque últimamente se estaba asentando en tierra firme junto con sus seres queridos, lo cierto era que no se había terminado de acostumbrar del todo a esa nueva vida.


Pero aunque su sitio estaba en el mar, anteriormente viajaba con gente de baja calaña y ahora lo hacía junto al amor de su vida y llevando a cabo una misión de su nueva familia, Evolution. Debía viajar hasta el lugar donde todo comenzó, al sitio donde se reunían los piratas de todo el mundo, Cala Hundida.

Y ahora se había encargado de comprar un bonito velero solo para ellos dos, que les llevaría hasta allí. Durante semanas habían viajado hacía el sur en el barco de Taneir, en una de las ciudades de Rimbrey fue donde Kpum compró el navío y todo lo que necesitaba para volver con sus antiguos camaradas. Evidentemente la indumentaria era importante, necesitaría alejarse de su atuendo arreglado y formal para volver a los antiguos harapos descuidados y camisas de cuello abierto.

- Vale, lo de la ropa lo entiendo -. Comentó Nikita minutos después, mientras que Kpum manejaba las velas para ponerlas a favor del viento. Obviamente ella también llevaba ropa nueva para la ocasión -. Y lo de la comida es lógico ¿Pero todo esto?

- Instrumental necesario, cariño. Catalejos, brújula, mapas...

- ¿Y estas armas? -. Nikita sacó de una caja de madera unas esplendidas armas de fuego.

- Eso -. Kpum se acercó a ella y las cogió -. Es para nuestra seguridad.

- ¿Pero no se supone que allí habían compañeros tuyos? -. Se empezaba a notar un tono de preocupación en el voz de la mujer.

- No te creas que vamos a una lugar normal y corriente, vamos a una ciudad conflictiva. No se si se puede decir que hay una especie de gobierno allí, pero el que dirige también es un pirata así que imagínate lo descuidado que es para todo eso. Las leyes brillan por su ausencia.-. Kpum advirtió que Nikita pasaba de estar preocupada a temerosa -. No te preocupes, por eso llevamos esto. Toma, esta es la tuya -. Kpum le tendió una de las dos armas de fuego, que era una pequeña carabina -. Tiene propiedades mágicas pero tranquila, no me he gastado todo el dinero de mi primer sueldo en esto -. Terminó con una sonrisa.

Kpum dedicó la siguiente media hora a enseñar cómo se usaba el arma de fuego que había adquirido para ella. Luego, le explicó la propiedad mágica de la carabina, que según lo que vio en la tienda tenía el poder de que la bala disparada podía seguir la trayectoria visual del tirador durante varios segundos antes de que cayese al suelo. Esa cualidad le venía perfecta a alguien como Nikita, que aunque ya había disparado en el pasado se le notaba aún la falta de experiencia; Tan solo necesitaría disparar y mirar uno a uno a sus enemigos y la bala recorrería el aire acertando y atravesando a cada una de sus víctimas. Kpum, en cambio, había escogido una pistola de mecha negra con cargador ampliado.

- ¿Y bien, cuál es tu plan para conseguir el favor de los piratas? -. Se interesó Nikita horas más tarde desde que practicaron con las armas.

- Pues... -. Kpum se sentó en el mástil de proa y miró al horizonte tratando de pensar, eso incrementó la duda en Nikita -. Por lo pronto tenía pensado de tirar de las amistades que tenía allí y quizás, con algo de suerte, pueda convencer a Barbanegra. Él es uno de los grandes piratas de Cala Hundida -. Añadió al ver que Nikita estuvo a punto de formularle la pregunta -. Tiene el control de la mayoría del ejército y gestiona los movimientos y directrices de la ciudad. Pero no será fácil... Me seguirá viendo como el marinero de Barbacafé que fui.

- Pues tendrás que imponerte ¿No?

- Algo tendré que hacer, sí.

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Después de más de un mes de travesía por los mares del sur, el viaje pareció ser casi unas vacaciones para la pareja, pues fueron parando por las ciudades costeras de los reinos de Rimbrey, posteriormente, de Kabrey, hasta las últimas semanas que abandonaron el continente para meterse de lleno en el Gran Archipiélago de Cristal.



- El Gran Archipiélago de Cristal... -. Soltó Kpum como un suspiro mientras disfrutaba de la reacción de Nikita, pues estaba maravillándose del paisaje por el que navegaban. El mar era de un hermoso color celeste y estaba adornada con decenas de islas: algunas tan pequeñas que solo cabían apenas una decena de palmeras; otras eran tan grandes que cubrían de tierra de horizonte a horizonte y de las que se podían ver claramente la vegetación e incluso, alguna que otra ciudad, todo debido a que la tierra empezaba a alzarse rápidamente desde la costa hasta el relieve central, normalmente ocupado por un volcán o pequeña cadena de montes -. No es solamente el nombre geológico de este paraíso, sino también del propio reino.

- No había escuchado hablar nunca de este lugar -. Soltó Nikita intentando contener la emoción. Realmente parecía un lugar del que no querría salir nunca.

- Normal, está bastante alejado de los continentes y su rey es muy despreocupado con los temas mundiales. No participó ni en la Alianza del Ojo ni en la de la Tormenta en la guerra por la formación de los Protectores; y tampoco se digna a cuidar sus propios territorios lo que da lugar a que la mayoría de las islas sean lugares sin ley o estén directamente conquistadas por algunos de los reinos más grandes. Mientras no toquen las principales ciudades paradisíacas del rey Tarek, él se siente bien. Por eso los piratas se sienten aquí más cómodos que en ningún otro sitio para ubicar su base, Cala Hundida, en una isla de las cientos que forman el Gran Archipiélago de Cristal.

- Con el dinero que tienes podríamos comprar una casa en una de esas ciudades -. Sugirió Nikita como si se dejase llevar por un sueño aunque rápidamente reaccionó -. Pero solo para pasar las vacaciones, claro. Eso o nos traemos a todo Evolution aquí.

- Después de como se lo monta Tarek, créeme que no quieres vivir en una de sus ciudades -. Nikita se fue a interesar pero Kpum cortó rápidamente soltando con un tono algo más serio -. Una dictadura se podría quedar corto al lado de lo que él hace.

Nikita estuvo tentada de preguntarle el por qué de ese tono pero prefirió que era mejor así.

Apenas un par de días después llegaron a su destino, o así lo anunció Kpum parando en un pequeño islote mientras señalaba a una gran isla del fondo.

- Allí está Cala Hundida.

- ¿Entonces por qué paramos aquí?

- Hay que deshacerse de varias cosas. Bueno, deshacerse no, lo enterraremos todo hasta que volvamos.

No solo enterraron algunas de las pertenencias de valor que tenían encima, como la mayoría del oro que le pagó Akshael, sino que también aquel fue el momento donde se vistieron con la indumentaria que compró Kpum el mismo día que el velero y también enterraron los trajes formales y vestidos que habían llevado estas semanas.

- Ya no es solo ir vestidos como ellos, sino que como le den por entrar en nuestro barco y vean algo de esto, nos podemos despedir.

- ¿Tan salvajes son? -. Dudó Nikita mientras se terminaba de poner una blusa blanca algo ancha y una bandana en la frente.

- Más que salvajes yo diría que desconfiados, si ven que somos "peces gordos"- Explicó Kpum mientras se vestía con una indumentaria muy parecida a la que llevaba antes -. Quizás se crean que venimos de algún reino grande como espías para luego invadirles la ciudad. Así actuaba yo antes al menos.

- Bueno, espero que pase todo rápido. Toma, como símbolo de suerte -. Nikita le dio un buen beso a Kpum justo antes de volver a embarcar rumbo hacia la isla.

- Sí, vamos allá.

Cala Hundida, la ciudad pirata, se hallaba en el centro de la isla a la que se dirigían pero al contrario que otras ciudades que habían visto en El Gran Archipiélago de Cristal, esta no se veía a simple vista desde fuera. Para llegar hasta ella sobrepasaron la costa con el velero y se internaron en una ruta entre dos acantilados. Aunque todavía se podía ver el cielo en lo alto como si fuese una estrecha raja entre dos colosos de roca, a Nikita le daba la sensación de que iba por el interior de una gran cueva y eso le inquietaba. Kpum, que estaba al timón, miraba hacia cada uno de los recovecos que originaban los salientes rocosos de los acantilados, pues esperaba que de un momento a otro alguno de los vigías le llamasen la atención. Y así fue.

- ¡Alto, alto! -. Se escuchó gritar a una voz ronca. Nikita se sobresaltó y buscó el origen de la voz pero Kpum, en cambio, respirió aliviado.

Han tardado más de lo normal, ya empezaba a imaginar que algo extraño estaba pasando.

De uno de los salientes apareció un hombre bastante entrado en años que tenía una jarra en la mano y por el hecho de que le costaba bastante permanecer de pie, era evidente que se aburría bastante en las guardias y prefería amenizarlas con bebida.

- ¿¡Quiénes sois!? ¿¡De que pirata... ¡Hip! ¿¡Quiénes soisssss... -. Balbuceaba intentando vocalizar bien.

- Ha pasado mucho tiempo, viejo Ron -. Sonrió Kpum.

- Coño... -. Viejo Ron intentó echarle una mirada a Kpum entornando los ojos para... ¿Intentar que no viese doble? ¿O triple? -. ¡Hostia puta, Kpum! Me cago en mi santa...¡Hip! essstampa, locooo. Te dimos por muerto en el ataque a Aldmet ¡Hip! ¡Menos mal!

- Afortunadamente soy un hueso duro de roer y ahora que ando sin capitán he vuelto para ver a cuál me podrían asignar -. Mintió con una sonrisa.

- Puessss date prisa. Más te vale adelarte... ¡Hip! Adaltarte... ADELANTARTE, JODER... Adelantarte al que ha venido.

- ¿Quién ha venido?

- Un pez gordo pirata del Oeste... Quiere llevarse a ¡Hip! A los piratas a noseque guerra, loco. Se llamaba... ¿Kudu? ¿Kedo? Jajajajaja ni puta idea con el nombre tan raro que tenía... Iyo, Kpum, luego unas cervecitassss donde siempre ¿No?

Pero Kpum no había contestado, habían surgido tantas dudas como preocupaciones en su mente

¿Un pirata del Oeste? ¿Reclutar a todos los piratas para llevarlos a una guerra? ¿Qué guerra? ¿A la guerra entre Taneir y los Protectores? No... Eso no tendría sentido ¿Para qué vendría desde tan lejos para eso? 

- Iyoooo que estoy hablandooo jodeee... ¡Hip! -. Se quejó viejo Ron y eso devolvió a Kpum a la realidad.

- Si tengo suerte, viejo Ron... ¡Te llevaré a una taberna mejor! -. Volvió a poner el velero en marcha y se despidió de su amigo con la mano -. Conque alguien ha venido para lo mismo que yo... -. Dijo ya en voz más baja para hablar tan solo con Nikita.

- ¿No dijiste que Cala Hundida era la única base pirata? Un pez gordo pirata... -. Recordó lo que había escuchado -. Aunque viniendo de ese hombre tampoco es que me lo crea demasiado, quizás hasta se lo ha imaginado estando inmerso en su borrachera.

- Es posible que se lo haya imaginado, eso espero -. Aunque Kpum conocía a viejo Ron y sabía que a pesar de su estado de embriaguez era capaz de distinguir entre la realidad y la imaginación.

Navegaron en silencio unos minutos más hasta que por fin, llegaron a Cala Hundida.


Los dos acantilados se ensancharon dando lugar a un espacio abierto de agua y de las paredes rocosas se alzaba verticalmente una ciudad llena de edificios de madera, puentes colgantes e inmensos astilleros llenos tanto de barcos como de navíos en plena construcción. A pesar que hacía horas que se había alzado el sol apenas había un alma por sus ¿Calles? Si es que se podían llamar así pues la enorme mayoría de edificios estaban conectados entre sí mediante grandes tablones y destartaladas barandillas.

- La verdad es que no me esperaba que fuese tan... así -. A Nikita le había sorprendido la vista inicial de la Cala Hundida, pues realmente le pareció más bonita de lo que ella se imaginaba en un principio.

- Los edificios más básicos no son muy diferentes a los que te podrías encontrar en cualquier pueblo, pero los más importantes como aquellos de allí arriba están hechos, como estás viendo, de antiguos barcos piratas -. Fue explicando Kpum aunque entre frase y frase paseaba su mirada por los barcos anclados en los muelles, le inquietó no reconocer, al menos, un par de ellos.

Hora de cambiar el plan, si es verdad lo que dijo viejo Ron no puedo exponer a Nikita.

- Nikita -. Susurró -. Quiero que a partir de ahora me hagas caso en todo lo que te diga, no quiero alarmarte pero es posible que no todo salga según lo planeado inicialmente -. Nikita no entendía en incluso miró los edificios de Cala Hundida de nuevo en un gesto de nerviosismo -. Tranquila, aprovecharemos que son las diez de la mañana... Esto, bueno, en cualquier ciudad a esta hora ya estaría con sus aldeanos despiertos y paseando por las calles pero aquí es distinto. Probablemente esos que estás viendo son los que ya se están yendo a dormir de haber pasado toda la noche de fiesta. -. Kpum dirigió el velero para atracarlo y una vez pisando suelo firme condujo a Nikita por unas escaleras hacía los edificios de arriba -. No es exactamente una posada pero es la casa de un amigo, pasarás allí todo el rato hasta que solucione esto ¿Vale? -. Kpum, al ver que Nikita no respondía, se detuvo y la trató de calmar -. ¿Vale? -. Repitió mirándola a los ojos.

- Vale, sí...

- Quiero que hagas lo siguiente en caso de que pasase lo que fuese -. Nikita fue a hablar pero Kpum la interrumpió -. Escúchame, no te preocupes por mi, se manejarme por aquí y conozco alguna que otra salida oculta, pero tú no así que en caso de que pase algo raro, coge el velero, sal de la isla, coge el dinero y navega... -. Kpum sacó un pergamino y escribió unas notas de navegación simples antes de dárselo a Nikita -. Hacia aquí. En esa isla encontrarás un pueblo, pregunta por Steve y cuando des con él dile que vas de mi parte y que te haga el favor de sacarte del Gran Archipiélago de Cristal, a ser posible que te lleve directamente a Taneir o como mínimo a Kabrey.

- ¿Y tú? -. Nikita casi tenía los ojos llorosos y ahí fue cuando Kpum sintió una punzada de dolor, quizás ha sido demasiado traerla a Cala Hundida y más sin haber tenido en cuenta algún suceso extraño como el de ese gran pirata.

- Como ya te he dicho, puedo arreglármelas para salir, no te preocupes, quizás esté exagerando pero prefiero no correr riesgos -. Kpum le dio otro beso para devolverle, nuevamente, el que ella le había dado antes de entrar en la isla -. Parece que no hemos tenido mucha suerte al final, pero mientras estemos preparados con lo que te he dicho y si acaso, con el arma que te he dado, estaremos bien. Venga, vamos.

Kpum, llevó a Nikita hasta la casa de un amigo suyo, Rosalío, hermano de la ex-teniente del pirata Barbacafé, Rosalía. Él le hizo el gran favor de quedarse con ella en su casa a pesar de que hizo un par de bromas sobre el cómo le explicaría eso a sus dos mujeres. Kpum sintió un gran alivio, ahora con Nikita a salvo, podía actuar más rápidamente. Lo primero era lo primero, localizar a Barbanegra y creía saber dónde encontrarlo.

La taberna El Cozorro, el lugar favorito de Barbanegra para pillar borracheras legendarias. Quizás, con suerte, estaría allí medio inconsciente mientras sus hombres intentan despertarle. Kpum subió escaleras y a pesar de que estaba totalmente concentrado en su cometido y en intentar ver alguna pista relacionada con aquellos barcos desconocidos, no pudo evitar sentir una oleada de nostalgia a pasar por algunos de aquellos lugares. Se acordó de cuando fue un niño y lo llevaron por primera vez a Cala Hundida, estaba aterrado y sollozaba sin parar aunque se alegró saber años más tarde que lo que habían hecho aquellos piratas eran salvarle la vida.

De tanto indagar en sus recuerdos el camino hasta El Cozorro se le hizo cortísimo. Cuando abrió la puerta se alegró de ver al mismo tabernero que solía haber allí limpiando una jarra de tantas que tenía por delante de la fiesta de la noche anterior. Al menos parecía que ya había terminado de recoger y las mesas se mostraban limpias y ordenadas. Su sonrisa fue mayor cuando vio al propio Barbanegra aún bebiendo en una de las mesas, completamente solo.

Marco era un hombre regordete, vestía un delantal que debía de llevar sucio desde hace varios días y en su cabeza, a pesar de tener pelo negro y rizado a los laterales, brillaba y reflejaba la luz de los candelabros en la parte central, totalmente lisa. Barbanegra, en cambio, era un hombre enorme y ancho, de aparente gran fuerza aunque en ese momento apenas intimidaba pues su camisa blanca estaba sucia de tantas salpicaduras y su negro más desbaratado que de costumbre.


- ¡Marco! ¿Qué tal? -. Saludó al tabernero que le echó un vistazo, hizo un gesto con la cabeza para saludar y luego bajó la mirada para seguir fregando la jarra. Segundos más tardes reaccionó como si acabase de ver un fantasma.

- Espera... ¿Kpum? ¿Eres tú? Kpuuum -. Soltó mientras dejaba la barra y salía a abrazarle -. Perdóname que no te haya reconocido al principio, es que llevo más de veinticuatro horas despierto y pfff, no puedo más.

- ¿Kpuuuum? ¿Kpuuuuuuuuuuum? Kpum... -. El propio Barbanegra había cortado la conversación meditando el nombre de Kpum mientras intentaba recordar algo. Aún con sus mejillas coloradas podía vocalizar y mantenerse erguido perfectamente.

- Capitán... -. Saludó con respeto Kpum.

- ¿Eres...? Bueno, eres no... Eras. Eras de la tripulación de Barbacafé ¿Verdad?

- Si, señor -. Confirmó él. Marco volvió a ponerse detrás de la barra a reanudar sus tareas aunque le sirvió una pinta a Kpum y otra para Barbanegra.

- Ven, chico, siéntate.

Kpum obedeció y se quedó mirándole. A pesar de la preocupación de lo anteriormente sucedido, el haber encontrado a Barbanegra más bebido de la cuenta y totalmente solo (sin contar a Marco, claro) era un gran golpe de suerte. Esperaba que todo siguiese así, pues el Barbanegra sobrio jamás le hubiese pedido que se sentase, no solo por la diferencia de rangos sino por lo ocupado que este estaba normalmente.

- Lamento mucho la muerte de tu capitán, Kpum.

- Gracias, señor -. Agradeció falsamente Kpum pues nunca le cayó bien Barbacafé. Desde que fue rescatado por Barbablanca siempre esperó recalar en sus filas pero no pudo ser así al final y desde luego lo lamentó enormemente, Barbacafé era demasiado arrogante y orgulloso como para tenerle alguna estima. Pero ahora Kpum debía seguir el juego si quería que luego Barbanegra jugase al suyo.

- Creímos que caíste en combate. Tú, Rosalía, Malfer, Jack, Hegger... Bueno, ya sabes.

- Afortunadamente pude escapar, señor -. Por ahora era mejor que Kpum no contase nada de lo que sucedió realmente, era mejor ir soltándolo todo gota a gota -. Estuve oculto la mayor parte del tiempo y hasta que no se calmó la situación no pude volver ¿Qué le sucedió a Barbablanca?

- Pudo escapar, está aquí. Bueno, estaba, partió hace unos días a interceptar un cargamento de Rimbrey.

- Señor. Quisiera preguntarle una cosa...

- ¿Sobre a qué capitán vas a pertenecer ahora? Bueno quizás Barbablanca no te diga que no...

- No, no, señor. No es eso, quisiera saber si... ¿Sigue en pie la alianza con Viejo Oso?

Si Barbanegra contestaba que sí ya tenía gran parte del trabajo hecho y quizás se encontrasen partiendo de vuelta a Taneir antes de que acabase el día.

Barbanegra cogió su pinta y bebió lentamente un rato, luego exhaló y se quedó mirando a Kpum.

- Pensé que no sabías nada de eso, que ningún grumete lo sabía -. El ceño de Barbanegra se frunció levemente.

- Ya sabes que a Barbacafé no le puedes contar un secreto, con nada que beba lo suelta todo -. Kpum ya tenía preparada la respuesta de antemano para cuando Barbanegra se extrañase.

- ¡Eso es verdad! -. Saltó Marco -. ¡Pero vamos, que no solo te lo soltaba todo con la bebida, también con la comida el gordo cabrón!

- ¡JAJAJAJA! -. Barbanegra rió fuertemente como si acabase de recordar algo extremadamente divertido. Kpum agradeció enormemente a Marco aquella aportación pues sirvió para relajar el ambiente y probablemente para que se creyese la excusa -. ¡Anda que no comía na' el jodido. "Quiero un estofado, tres chuletones, diez de esas salchichas, cinco lonchas de bacon ahumado, costillas, media docena de pinchitos..." y cuando le decíamos que dónde estaba su tripulación para comerse todo eso decía "Si eso es para mi nada más" to' serio JAJAJAJA!

- JAJAJAJAJA -. Se partía Marco -. "Y de beber...¡Albondigas!" ¿¡Te acuerdas!?

- HOSTIA SÍ JAJAJAJAJAJA

- JAJAJAJAJAJA

Kpum prefirió no interrumpir la marea de risa e incluso él también rió por lo contagiosa que era la situación. Cuando todo volvió a la calma miró a Barbanegra con decisión, para que este recordase la pregunta.


- Pues no lo se, no he vuelto a tener contacto con ellos...

- Es normal, Xcutor perdió, de Bryan Tackle ya no se volvió a saber nada más y del resto... Bueno, ya sabes... Fuimos aplastados por los Protectores.

Kpum había metido la primera puntilla. Sabía que Barbanegra era muy orgulloso y seguramente le doliese enormemente recordar el hecho de que los Protectores barrieron sin oposición alguna.

- Malditos... -. Barbanegra apretó su vaso, Kpum advirtió como su muñeca se marcaba con varias venas de la tensión -. Perdimos a muchos hombres.

- Siempre están jodiendo, ya sea de una forma u otra todos acaban siendo sus enemigos, tarde o temprano.

- Créeme cuando te digo que si pudiera arrasaría con esos hijos de puta hoy mismo -. Soltó con total sinceridad Barbanegra.

- Quizás puedas hacerlo -. Barbanegra se le quedó mirando extrañado, Kpum continuó hablando aunque ahora tendría que medir aún más cada palabra y aunque intentaba mantener la calma y concentración, no podía evitar notar su pulsación acelerándose -. En el tiempo que estuve refugiado en la península, viajé hacia el sur para alejarme de la limpieza de los Protectores. Pero entonces empezó en Taneir un conflicto interno, liderado por Valerian Tackle, hermano de Bryan. Después de mucho trabajo pude entrar en contacto con él y con Viejo Oso. Me he enterado de cuáles son sus planes y qué van a hacer para echar abajo a los Protectores.

- Vamos, continúa.

Kpum explicó qué era el Vitalis, para qué lo quería Viejo Oso y qué papel desempeñaba aquella sustancia artificial en los Protectores. Explicó también que estos estaban buscándolo y sobre la importancia de Trenler como líder de la organización así como la verdadera identidad de Viejo Oso, siendo también un Trenler. Obvió la explicación del mundo antiguo pues tampoco quería sobrecargar a Barbanegra y más teniendo en cuenta que no hacía mucho que había bebido más de la cuenta, así que intentaba simplificar todo lo que podía.

- Viejo Oso, es decir, Zailev Trenler, ha acabado aliándose con Taneir y un grupo llamado Evolution. Gracias a esta alianza, Zailev recuperará su poder restante y ambos bandos se apoyarán cuando los Protectores ataquen -. Barbanegra miraba su vaso aunque en realidad Kpum sabía que estaba intentando pensar sobre qué hacer -. Nunca antes ha existido una fuerza que ponga en jaque a los Protectores. Creo... Creo que es nuestro momento, señor. Las fuerzas del reino de Taneir, probablemente también el de Aldmet, el de Zailev Trenler y sus hombres, unidas a Evolution, todo eso con nuestra flota llegando desde el flanco para sorprender a los Protectores ¡Es nuestra oportunidad y cuanto antes vayamos antes podremos vengarnos... de lo que pasó hace unos meses, de lo que nos ha pasado todos estos años! -. Kpum se levantó de la silla, exaltado de ira -. ¡Podríamos vengarnos de lo que el rey Tarek nos ha hecho a la mayoría, como a mi... Como a su hijo! ¡Ya no saldría impune de sus crímenes, señor!

- ¡BIEN! DECIDIDO, VAMOS A...

- Llevas a tus hombres a una muerte segura, señor Barbanegra.

Kpum se giró hasta el lugar de donde provenía aquella voz, al principio a la puerta de entrada pensando que acababa de entrar, pero la voz provenía de un anciano desde la esquina de la taberna.


¿Estaba allí todo el tiempo? Imposible, no había nadie más salvo Marco y Barbanegra...


Era una de las personas más extrañas que había visto Kpum en su vida. El anciano, de larga barba canosa, caminaba cojeando hasta la mesa donde estaban él y Barbanegra. Sus ojos parecían estar vacíos y su piel, ennegrecida, como si estuviese muerta.

- ¿Quién eres tú? -. Kpum se preocupó aún más cuando vio que Barbanegra no había reaccionado sorprendiendose, al menos no tanto como él o Marco.

- Juraría que habíamos quedado en su casa a eso de las once, señor Barbanegra.

- Bueno, me he entretenido bastante, Koodu -. A pesar de su tono serio, Barbanegra aún se mostraba calmado y Kpum ya sabía por qué, era obvio que aquel hombre extraño y él ya se habían reunido al menos en una ocasión anteriormente.

Koodu, así que es él el pirata del Oeste.

- Como iba diciendo... Lo que ha dicho este joven. Perdona ¿Puedo? -. Miró a ambos sujetando una de las sillas libres de la mesa donde estaban. Barbanegra hizo un gesto invitándole a sentarse pero Kpum aún seguía de pie.

- ¿Quién es usted? -. Rectificó la pregunta pues si quería llegar al fondo de la situación mejor hacerlo con temple y paciencia.

- Soy el Señor de los Mares, Koodu Barnstrond, vengo en representación del rey de Occidente, el Conquistador de Eternos, Iskandar. Mi intención inicial era la de comprar todos los barcos de Cala Hundida para que mi socio Iskandar pueda disponer de medios de transporte para atacar a los Protectores pero después de todo lo que he oído... Discúlpenme por ello pero no he podido evitar escucharlo después de esos gritos... -. Añadió al ver la reacción de Kpum y Barbanegra -. Prosigo, después de que he escuchado quiero replantear la oferta y me sería de agrado llevarme también todos los hombres que estén dispuestos a luchar contra los Protectores.

Mierda... Si este tío se lleva aunque sean los barcos, todo este viaje, todo este esfuerzo no habrá valido para nada.

- Lo se, Koodu, pero este muchacho de aquí tiene un plan para vengar a nuestros hombres...

- Ese muchacho de ahí tiene un plan para vengar a tus hombres, pero yo tengo uno mejor... Yo he luchado contra los Protectores en mar abierto en numerosas ocasiones. Incluso logré eliminar a uno de sus almirantes, Grider Plank. Se de sobra como actuará el nuevo líder de los Protectores, Trenler. Se que su orgullo se interpondrá en su razonamiento y atacará con la mayor parte de sus fuerzas a Taneir... Señor Barbanegra ¿Qué es mejor para su venganza, ir al bando que recibirá todo el ataque implacable de Trenler o aprovechar ese momento para hacernos con las Islas Verdes, donde está su base? ¿Es mejor ser el escudo o la espada?

Grider Plank... El nombre de Plank era falso como dijo en el castillo ¿Ese hombre era el superior de Sarah? 

Mierda... Ciertamente su plan tiene más sentido y lógica que el mío, pero si Barbanegra acepta entonces habré fracasado. Tengo que contraatacar...

- De nada servirá tomar las Islas Verdes si no acabamos con Trenler -. Saltó Kpum antes de que Barbanegra diese una respuesta -. Si has escuchado la conversación sabes entonces hasta donde llega su poder. Si no apoyamos en Taneir barrerá con el reino y luego barrerá con nosotros.

- Es posible, a menos que nos hagamos con los secretos del Vitalis que se esconden en sus laboratorios -. Contestó Koodu -. Esa información, ese poder, estará desprotegido, si el Vitalis está hecho de la sangre de Trenler quizás podamos usarlo contra él.

También tiene razón en eso, pero este hombre esconde algo. Si su estrategia es tan buena ¿Por qué ha viajado tanto tiempo para aprovecharse de esto? Es decir, cuando él partió desde los reinos del Oeste, los Protectores aún no habían entrado en guerra contra Taneir.

Quería comprar los barcos, medios de transporte.

Pero también había aceptado llevar a aquellos que quisiesen luchar, entonces ¿No seguiría necesitando más barcos para sus propios hombres?

No hay manera de saber qué ocurre pero quizás sí de convencer a Barbanegra. Está en un debate entre su orgullo y la lógica, solo tengo que decantar el lado a mi favor.

- La última vez que acabamos aliándonos con otros piratas, nos dejaron abandonándonos cuando llegaron los Protectores. Esto es entre nosotros y ellos, al menos quedándonos en Taneir nos aseguramos de que nadie nos abandone, señor, ellos querrán proteger a toda costa su reino -. Kpum lo había conseguido, el tal Koodu se quedó sin poder decir nada y Barbanegra lo miraba a él con decisión, como si sus ojos reflejasen un fuego interno -. ¿Acaso hay mejor venganza que honrar a Barbacafé, a nuestros hombres, a su hijo, acabando con Trenler y los demás en su máximo esplendor? ¿En su máximo orgullo como será el ataque que lanzará a Taneir?

- El chico tiene razón, lo siento Koodu, no hay trato.

¡BIEN!

- Ya veo... -. Koodu suspiró y cerró los ojos -. Bueno, me temo que no me queda otra opción.


Se escuchó un pequeño siseo y de pronto la mayoría de candelabros de El Cozorro se apagaron.

- ¡Aaaaaaaaah! -. Gritó Marco, aterrado.

A Kpum no le dio tiempo a ver nada hasta que ya ocurrió, unas sombras habían aparecido como si fuesen serpientes alargadas, llenas de ojos y empalaron por completo a Barbanegra, atravesándole como hizo una, que entró por la parte trasera de su cuello y salió por su boca junto a una cantidad considerable de sangre. El acto reflejo de Kpum, más que gritar de terror o exclamar el nombre de Babanegra, fue el de sacar su pistola, apuntar directamente a Koodu y disparar. La bala impactó de lleno en la frente e hizo que se cayese hacía atrás hasta caer con la silla en el suelo. Kpum jadeaba e intentaba poner orden en sus pensamientos... Barbanegra muerto ¿Qué iba a hacer ahora? Debía pensar, rápido...

Le llegó una respuesta.

- ¡Marco, Marco... MARCO! -. Tuvo que gritar girándose hacia el tabernero para que este reaccionase, sus ojos perdidos por fin se clavaron en los de Kpum -. ¿Has visto lo que ha pasado, no? ¡Ve y avisa a los demás! ¡Que manden también un cuervo para que Barbablanca vuelva lo antes posible!

- Va...Vale -. Marco fue a salir de la barra pero entones reaccionó -. ¡Kpum, CUIDADO!

Kpum se giró pero aunque pudo evitar el golpe fatídico, fue demasiado tarde. Una de esas sombras alargadas le golpeó de lleno y lo envió a volar por toda la taberna hasta golpearse con la pared de madera la cual echó abajo y continuó volando unos metros más hasta caer a una de las tarimas. Algunos piratas que habían por allí se estaban acercando ya arma en mano para ver lo que había ocurrido cuando escucharon un disparo, se habían fijado en Kpum que estaba en el suelo intentando reincorporarse mientras tosía en toda la nube de polvo que había levantado. No solo tosió aire sino también algo de sangre, ese golpe había sido brutal y de no haber sido por Marco habría muerto allí mismo, aún así había tenido suerte y junto a la hemorragia interna tan "solo" tenía una brecha en la frente y un par de costillas rotas, como mucho.

- ¿Qué ha pasado? -. Preguntó uno de los piratas.

- ¿Estás bien?

- ¿Kpum, eres tú?

Lo primero que hizo Kpum fue girarse para ver el interior del boquete de El Cozorro. Efectivamente, sus temores se confirmaron, Koodu salía andando perfectamente dentro de lo que cabía (pues seguía cojeando) y seguía teniendo la herida de bala en su frente tal y como había resultado del disparo anterior.

- Lo siento, pero no voy a salir de aquí con las manos vacías. Me llevaré los barcos por las buenas... O por las malas.

- ¡Ha matado a Barbanegra y ahora quiere acabar con todos nosotros! -. Se apresuró a gritar Kpum para que los piratas que estuviesen allí reaccionasen. Todos ellos alzaron sus armas, tanto las de fuego como las espadas y estoques. Y atacaron a Koodu.

La carnicería aterró aún más a Kpum.

Decenas eran las heridas que recibía Koodu en su cuerpo y aún así él podía seguir sosteniéndose en pie, podía seguir caminando y... Podía seguir matando. Esas sombras alargadas atravesaban a los piratas de Cala Hundida uno detrás de otro para acabar finalmente todos muertos en una marea de sangre. Los pocos que aún estaban vivos dieron un par de pasos hacia atrás, aterrados. Otros que llegaban también venían gritando cosas.

- ¡Los muelles, atacan los muelles!

¿¡Qué!? Nikita...

Kpum se asomó por la barandilla y vio que de los dos barcos que no conocían salían... ¿Piratas? No podía distinguirlo demasiado bien... La batalla se extendía por los muelles y si llegaba hasta el punto del velero, Nikita no tendría por donde escapar.

- Tú... ¿Qué eres? -. Estando con Evolution había visto un montón de cosas raras pero jamás un hombre que podía sangrar y no morir.

- Soy alguien que intenta librarse de una maldición, joven pirata. Ahora que tu señor ha caído, ellos me susurran que tú también debes de caer para que mi plan no tenga fisuras.

¿Va a por mi? 
Entonces, para que Nikita salga de aquí...

- Ya habéis escuchado chicos -. Dijo terminando de ponerse en pie y llevándose una mano al lugar donde sentía la piel arderle por las costillas rotas -. Va detrás de mi, así que si no queréis acabar como ellos, bajad a los muelles y ayudad en la defensa... ¡Vamos! -. Apremió al ver que no hacían movimiento alguno y finalmente, todos bajaron por las distintas escaleras de madera.

Espero que eso sea suficiente.
Y ahora...

- Lo siento -. Sonrió Kpum -. Pero yo no tengo unos poderes tan guays como los tuyos, si fueras un poco paciente te diría que esperases para luchar contra varios de mis amigos del grupo al que pertenezco pero como veo que no, pues... -. Kpum desenfundó la pistola con la que había disparado antes y ahora, también desenfundó la pistola con cargador ampliado que había comprado en Rimbrey antes de venir -. Te tendrás que conformar con alguien que tiene una puntería medio decente y ya.

Antes de esperar que Koodu hablase de nuevo, Kpum disparó, lo hizo con su pistola normal y lo hacía con la otra. Mientras recargaba su arma principal seguía disparando con la secundaria al tener esta mayor capacidad de munición y luego proseguía. Evidentemente sabía que con eso no podía herir a Koodu pero se alegró comprobar que las sombras eran tangibles y sentían las balas como si fuesen seres vivos. De manera que aunque Koodu intentase atacar con estas, Kpum las paraba todas haciéndolas añicos con sus disparos.

Si sigo así quizás consiga ganar tiempo hasta que venga Barbablanca. Partió hace unos días pero él siempre ha sido un poco vago, con suerte el cuervo llegará a una de las islas cercanas donde estará él dándose el lote con algunas del reino del Gran Archipiélago de Cristal. Si es así, tan solo tendría que aguantar unos viente minutos. No está mal...

- Psche, que un simple pistolero como tú -. Koodu llevó sus manos a la bolsa que tenía colgando del cinturón y rebuscó hasta sacar una caja metálica cuadrada -. Me obligue a ponerme medianamente serio -. Abrió la caja y sacó un puro que encendió y fumó, sus sombras empezaron a ensancharse hasta tal punto que ya no tenían el grosor de unas serpientes sino de la cabeza de un dragón. No solo eso, también aumentó el número.

Kpum disparó pero era inútil, tuvo que tirarse al suelo dando una voltereta para evitar quedar empalado en el suelo debido al ataque de la primera. Cuando se giró vio que la madera donde estaba hace unos segundos brillaba por su ausencia, en su lugar había un gran boquete. Las otras también se tiraron a por él y no tuvo más remedio que correr. Esquivó a una, a otra, a la tercera por los pelos... Cada vez eran más rápidas y una de ellas que lo siguió por una de las "calles" de Cala Hundida fue a atraparle hasta que Kpum giró entrando en uno de los callejones y ella siguió de largo por la inercia del ataque. Las otras sin embargo si que se giraron para volver a perseguirle por el callejón.

- Joder, es que se van a extender por toda la ciudad para cazarme. Así no hay quien huya...

Corrió por el callejón y saltó unas cajas de madera aunque tropezó y por eso una de ellas le dio en el brazo provocándole una herida bastante profunda. Tuvo que hacer un esfuerzo enorme pues solo podía intentar una cosa más y eso requería usar ese brazo para engancharse a una escalera de mano y trepar. Otra de las sombras ascendió engullendo la escalera por completo pero Kpum ya había alcanzado el techo y se puso a saltar de edificio en edificio para llevar a cabo su plan. No le sorprendió demasiado que el resto de sombras saliesen haciendo boquetes del techo hacia arriba, de manera que había cambiado su rumbo para que no fuese en línea recta sino zigzagueando.

- Míralo, no se ha movido ningún centímetro -. Cuando llegó a uno de los edificios donde podía ver de nuevo a Koodu, pudo distinguir que este no se había movido de donde estaba, al lado de la taberna El Cozorro. Todas las sombras salían de su espalda y se ensanchaban hasta ocupar ya gran parte de la zona superior de Cala Hundida, como si fuese una marea negra -. Solo tengo una oportunidad para esto -. Vacío el cargador ampliado de su arma nueva y esta vez recargó con uno especial.

A pesar de que son varias las balas, en cuanto vea una sabrá cómo reaccionar a las demás, así que no debo fallar el primer disparo. 


Y Kpum creía saber como hacer para que el disparo le diese de lleno a pesar de la distancia, pues parecía imposible acercarse más por culpa de la marea de sombras que había generado Koodu. Si fallaba era hombre muerto así que ese era SU momento.

Cerró los ojos.

Evolution...

Amigos...

Nikita...

Mirenme, yo también... SE LUCHAR.

Cogió carrerilla y se preparó para saltar desde el techo directamente al mar de sombras que había entre Koodu y él. No sabía si era por la adrenalina o porque aquel momento sintió por primera vez estar en el abismo entre la vida y la muerte, pero todo se ralentizó. En pleno aire, estabilizó su pistola para apuntar a la cabeza de Koodu. Ahí estaba su momento, si fallaba caería en las sombras y sería engullido. Todo o nada.

Disparó.

La bala recorrió el aire, generando ondas circulares a cada centímetro que recorría. Koodu giraba su cabeza lentamente en dirección a Kpum. La bala se acercaba cada vez más.

¿Le da?

¡Le da!

¿Le da o no?

Por tu madre, dale

DALE ¿EH?

Esa bala tenía magia imbuida en ella, no solo magia antimagia como quería inicialmente, sino la capacidad de anular completamente los poderes sobrenaturales que genere una persona durante todo un día entero. Sea lo que fuese lo que le mantuviera vivo, no serviría con aquella bala.

Solo quedaban unos centímetros...

Un instante más y...

Se acabaría todo...

Volverían Nikita y él, ambos, a Taneir, a ayudar a sus amigos.

Un poco más...

UN POCO MÁAAAAS..................






















Y la bala impactó de lleno. 


Como si de una bruma fuese, las sombras se disiparon evaporándose con el aire, Kpum cayó al suelo rompiéndose la pierna izquierda por la altura desde la que había saltado. Miraba como Koodu caía al suelo con un destello plateado en su cabeza, producto de la bala mágica haciendo su trabajo. Kpum sonrió.

- Hijo de puta... Eso es jugar sucio.

Quizás fue producto de que Koodu se confió o de que sabía que ya estaba perdido porque en lugar de intentar defenderse, se concentró en el ataque. Kpum tosió sangre, esta vez la cantidad fue considerable, cayó de rodillas.

Una sombra le atravesó en el pecho justo después de que disparara.

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