19 sept 2018

Sesión 23 del 2.0 NG



La sesión comienza con el equipo 10 viajando hacia el norte en busca del equipo de Salazar. En lugar de tomar el camino directo hasta la ubicación en la que estaba su presa, decidieron desviarse por tal de evitar entrar en el bosque que les salía al paso. Casi en la costa, pasaron por un acantilado que era el hogar de unos búhos gigantes. Como aún no había amanecido, las aves observaban con alerta el paso de los cuatro, pero sin llegar a mostrarse agresivas.

Horas después, sobre las nueve de la mañana, llegaron a un asentamiento que pertenecía a un forestal. En realidad se trataba de un maniquí encantado simulando otra situación de tantas que había en la isla. En este caso, el maniquí forestal negaba la entrada a sus dominios a cualquiera que no tuviese el conocimiento de gestión de los recursos limitados que tenía en su almacén. Debido a esto, la situación simulaba también como decenas de personas intentaron entrar debido a la hambruna, pero el forestal negó el paso y debido a ello, protestaron en contra de él con numerosas pancartas. El equipo alegó que sabrían gestionar perfectamente los recursos y el maniquí les puso a prueba.

Sacando unas cerillas con las que formó una operación matemática errónea, debían ajustarla para que fuese correcta, tan solo poniendo dos cerillas y sin mover las que ya estaban puestas. Mythra lo solucionó rápidamente, aunque no sorprendió al forestal que dio paso a la siguiente y última prueba. Formó un cuadro con las cerillas y trazó unas líneas que formaban unas casillas en su interior. Tendrían que colocar quince cerillas (ni una más, ni una menos) de manera que en el interior del recuadro quedasen cuatro áreas del mismo tamaño. Esto sí que se convirtió en un problema, especialmente para Mythra y Summer, pues Roman se quedó vigilando por los alrededores y Andrei no quería saber nada de ningún tipo de acertijo, es más, parecía que la sola idea de estar cerca de uno le espantaba. Con el paso de los minutos y producto de la frustración, Summer veía cada vez más factible la idea de tomar su espadón y solucionar las cosas por la vía rápida. Pero habían dos razones por las que no lo hacía finalmente: la primera era que si atacaba, el forestal les arrojaría sus guardianes, dos dummy's de cuarto nivel; la segunda, Mythra. La chica insistía en resolverlo tal y como pedía la situación que se les había planteado y no terció su determinación. Al final, fue ella de nuevo quien logró completar el puzzle y, con ello, el forestal anunció que dejaba pasar a cuatro individuos, así que pudieron pasar todos.

Una vez dentro, pudieron reponer sus casi escasas provisiones y agenciarse unas pociones y demás utensilios. Además, subieron a la torre y usaron los prismáticos para observar la extensa área alrededor y buscar pistas sobre Salazar. Lo hallaron fácilmente. Se encontraba al norte, luchando él solo contra todo un equipo al que pudo derrotar sin complicaciones. Una vez vencidos, no solo se adueñó de su moneda sino que los eliminó de la prueba, tras lo cual se dirigía junto con el resto de su equipo hacia el sur, es decir, hacia donde estaban ellos. Mientras se preparaban para su llegada, Summer descubrió un antiguo campamento que debió pertenecer a los que protestaban por entrar en el asentamiento del forestal, pues estaba cerca del lugar de las protestas. En él, habían dos maniquíes que simulaban ser una mujer y su bebé, que rogaban por entrar en el asentamiento. Como el forestal dijo que solo podían haber cuatro en el interior, Mythra y Roman aceptaron entrar para dar cobijo a los dos. De esa forma, ambos esperaron fuera la llegada de Salazar y su equipo, mientras que Summer y Andrei les esperaba justo detrás del portón. Su plan consistía en que si insistían en entrar dentro, el forestal arrojaría a los dummy's contra ellos, por lo que estarían en una situación en completa desventaja. Pero la lluvia que empezó a azotar la zona desde hace unos minutos empapó el terreno lo suficiente como para que dejasen huellas cerca de la entrada. A su llegada, Salazar contempló las huellas y la respuesta del forestal sobre que había gente dentro confirmaron sus sospechas: se encontraba en mitad de una trampa y no iba a caer en ella.

Con tan solo la posibilidad de ejecutar un ataque directo, Summer salió del interior y junto a ella, los demás miembros de su equipo encararon a Salazar. Este recomendó a su equipo que se alejase mientras que él confrontaba a todos, pues uno de sus compañeros se encontraba herido o enfermo y debía ser cargado por los otros dos. En cuanto comenzó el combate, Salazar demostró que estaba a un nivel muy diferente de la gran mayoría de los alumnos de primer curso. Sin ningún tipo de dificultad, podía detener los ataques de los cuatro, como si chocasen contra una barrera invisible, mientras que él contrataba de alguna forma sobrenatural y extraña, pues no movía ni un solo músculo. En dichos ataques que recibían los del equipo 10, podían llegar a vislumbrar que en el momento del impacto, lo que sea que les golpease se volvía visible durante ese contacto. Al final, recibieron tantos impactos que pudieron llegar a la conclusión de que eran unos cristales alrededor de la cosa que les atacaba, aunque para llegar a esa deducción tuvieron que sufrir bastantes heridas, especialmente Andrei. Pero fue él mismo el que pudo coger varios de esos cristales para observar perpetuamente a la criatura que protegía y atacaba por Salazar.

Se trataba de una mujer fantasmagórica, parecida a una elfa pero de piel grisacea, ojos rojizos y un largo pelo que serpenteaba en el aire. Con ella visible, podían ahora vislumbrar los huecos entre sus brazos, su pelo y hasta su ropa, por el que podían atacar a Salazar. El chico recibió sus primeras heridas, pero llevó a manifestar con mayor poder aquella aparición que le protegía. Durante unos instantes, la participación de Summer, Mythra y Andrei peligró con las peligrosas acometidas del espectro, incluso llevando a este último a caer inconsciente. Pero finalmente, acabó desapareciendo después de que Salazar cayese inconsciente unos momentos antes. Lo hizo con un último ataque que casi los derribó por completo, pero que sirvió para que se sumergiese en los recuerdos del chico al que estaba ligada.

En los recuerdos de Salazar se podía ver como un chico era refugiado en la iglesia debido a que los padres iban a combatir en una guerra contra unos seres monstruosos. Pero este, frustrado por la idea de no poder saber si sus padres se encontraban bien o no, huyó de allí para seguirles. En lugar de dar con ellos, fue afectado por las apariciones de las criaturas, siendo arrastrado incluso al mundo del que provenían. Pero una vez allí, descubrió que no todas ellas eran malvadas, sino que también habían algunos seres que vivían pacíficamente, como era el caso de aquella mujer blanquecina, que en aquellos momentos del pasado era poco más que una niña. Sin embargo, en aquel mundo aparecieron soldados para erradicar los seres monstruos, incluida ese ser. Cuando vieron que el chico se ponía en medio para defenderla, asumieron que había sido controlado por ella y arremetieron con ahínco. La chica, para proteger al niño que había conocido durante aquellas hora y que, de cierta forma, habían logrado comprenderse mutuamente, usó su poder para aniquilar a los soldados. El siguiente recuerdo que vieron fue a Salazar plantado frente a su tumba. Habían pasado muchos años y se le había dado por muerto, además de que al lado de esta también estaba la de sus padres. Pero no estaba solo, aquel espectro que se llamaba Friede pasó sus brazos por el cuello de Salazar, desde atrás, abrazándole. Los dos lo perdieron todo, solo les quedaba el uno al otro.

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