12 feb 2019

Sesión 41 del 2.0 NG

La sesión comienza con el ascenso por las secuoyas que rodean al monte del templo sagrado de la aldea de Liv, la Aldea Aoshan. Muchos de los traidores de la aldea obstaculizaron el ascenso del grupo, pero Liv no dudó en matarlos siempre que tenía oportunidad. Juntos, el grupo ascendió por los puentes colgantes, las pasarelas de madera y las casuchas colgantes; evitando todos los peligros que le salían al paso: desde los propios enemigos usando sortilegios druídicos en los que sus manos se transformaban en garras y sus bocas en grandes fauces, hasta tener que cubrirse del hostigamiento de las arqueras que disparaban desde las alturas. Aunque Summer intentaba no matar a ningún enemigo, muchos perdieron la vida en el ascenso, sin el menor rastro de arrepentimiento en Liv, tal y como dijo la propia chica al llegar a la cima del monte. Summer intentó calmarla y decirle que todo saldría bien, pero sus palabras no tenían efecto en ella, pues no paraba de repetir que le daba igual la importancia de ser un héroe o el valor de la justicia.


Llegaron frente al templo sagrado, lugar donde se había refugiado la líder de la aldea, la Matrona. Esta explicó la intención de Yianiv de reunir los tres fragmentos sagrados de la tablilla Aoshan, que eran el foco del poder del cambiamorfismo de la raza cambiante de la aldea, estando sus vidas atadas a él. Yianiv traicionó a la aldea porque quería destruirlos y según las palabras de la Matrona, ya había conseguido un fragmento. Con los otros dos restantes, ella le dio uno al capitán de la guardia, a quien mandó lejos; el otro se lo quedó ella, escondida en la aldea. Pero fue atacada por la manada de Yianiv, y ahora está volviendo a por ella. Según cree, ya tiene el fragmento que consiguió robar y el del capitán de la guardia al que habrá alcanzado. Si consigue el tercero, el que tiene ella, habrá conseguido su objetivo. Debido a sus heridas, le transfirió esa responsabilidad a Liv, otorgándole el fragmento y rogándole en que huyese lejos.

El grupo salió de allí pero se tuvieron de esconder pues Yianiv acababa de llegar a la cima del monte. Pensaron que con suerte, este pasaría de largo y podrían evadirle. Pero Liv, sin soportar más el hecho de que el culpable de la masacre de su hogar estuviese allí, hablando tan tranquilamente de sus motivos, salió de su escondite y le confrontó. Yianiv explicó que su motivo era noble, pues buscaba más la supervivencia de la aldea que la propia Matrona. Al haber descubierto el mundo de fuera, al contrario que la mayoría de aldeanos aislados, se enteró de la noticia mundial de que la magia se estaba agotando. Consciente de que la extinción mágica pondría en peligro la vida de los aldeanos, insistió a la Matrona con el hecho de juntar las piezas sagradas para destruir el artefacto, permitiendo que el poder cambiante residiese en la vida propia de cada uno, en lugar de estar todos atados a la reliquia sagrada, pero la líder se negó. Se aferró a las creencias y tradiciones, y su postura de respetar la importancia sagrada del templo y de los fragmentos prevaleció por encima de lo que ella creía que era una locura de Yianiv. Este, desesperado pues no quería morir, empezó a transmitir su saber a los aldeanos, de los cuales encontró apoyo en muchos de ellos. Y así fue cómo empezó la masacre.

A pesar de que el motivo real era la supervivencia de la aldea, Liv no aguantó ni un segundo más, se lanzó al ataque para saciar su sed de venganza. No obstante, toda la mejoría que la chica había hecho en el entrenamiento de la Academia era insuficiente para superar la experiencia marcial de un miembro de la guardia de alto nivel como era Yianiv. Bloqueó cada uno de los ataques de Liv y contraatacó con contundencia. Entonces, la chica, consciente de que no podría ganar de otra forma, canalizó su poder cambiante a través del fragmento de la tablilla, que la potenció hasta convertirla en una aberración enorme. Yianiv recibió un golpe certero que le derribó, pero no le preocupó en absoluto. Él también tenía un fragmento de la tablilla y como su intención era conseguir los dos que le faltaban, estaba dispuesto a lo que sea por tal de ello, de manera que también canalizó su poder a través del fragmento para potenciarse y, de nuevo, ponerse por delante en el combate. Pero lo que dijo Yianiv no cuadró en el grupo, que seguía escondido. Según la Matrona, Yianiv robó el primer fragmento y fue tras el segundo, que tenía el capitán de la guardia. Sin embargo, decía que tenía uno y quería los otros dos, de manera que realmente había un tercer fragmento desaparecido. Liv fue derrotada y sin poder aguantar más, Summer salió de su escondite para defenderla, así como el resto del grupo.

Pero estaban al límite del enfrentamiento que habían tenido previamente contra todos y Yianiv no solo estaba fresco sino que seguía canalizando el poder del fragmento a través de él, como hizo cuando logró provocar un temblor que derribó a la mayoría del grupo, incluso derribando las estatuas cercanas, cayendo una encima de Elisabeth que casi le aplasta la pierna. Cuando estaban pensando en la forma de huir de allí, los guardianes del bosque aparecieron: criaturas pequeñas pero en gran cantidad que se enfrentaron a los hombres de Yianiv, liderados por Treboli, la guardiana que ya se había encontrado con Summer previamente. Gracias a su ayuda pudieron escapar de allí en el momento crítico. Luthor estuvo a punto de perder el control, pero gracias al beso de Summer pudo disipar parte de su oscuridad.

Corrieron lo más rápidamente que podían, pues Elisabeth, Liv y Luthor habían recibido la peor parte, pero al menos ya se alejaban del peligro, o eso pensaban. Un estruendo resonó tras ellos. Como si fuese un meteorito, Yianiv aterrizó en la tierra del bosque, heriéndose a sí mismo por la caída pero sin arrepentimiento, pues quería con todo su anhelo el fragmento de la tablilla. Su cuerpo se cubrió de espinas y gracias a la tablilla, las espinas salieron disparadas como si fuesen proyectiles. Luthor se interpuso en medio del ataque, evitando que las chicas sufriesen daño alguno. Pero a cambio, eso provocó que no pudiese contener más su oscuridad, transformándose en un hombre lobo que arremetió contra Yianiv. Las chicas huyeron durante un buen rato, pero pasados esos minutos una roca impactó en Alexandra, dejándola K.O. en el suelo, con una grave hemorragia en su cuello; Summer también cayó, pero desmayada de todo lo que estaba sufriendo al ver a Luthor así; Liv no se podía mover debido a las heridas del combate que tuvo contra Yianiv; y Mythra estaba tapando el cuello de Alexandra. Todas estaban a merced de aquel que había arrojado la roca, el propio Luthor en su forma licántropica. La única que se encontraba en mejor estado, Elisabeth, le prometió a Mythra que protegería a todas, y canalizó poder mágico en forma de barrera para detener a Luthor, que justo se había arrojado al ataque. Aún con mayor esfuerzo, Elisabeth creó una enorme espada que arrojó como un proyectil, clavándose en Luthor y mandándolo a volar hasta clavarlo en un árbol. Pero cuando se dio cuenta, la chica cayó al suelo, malherida: Luthor había conseguido morder su brazo justo antes de recibir el ataque.

Todo parecía perdido para el grupo. Mythra veía impotente cómo la herida de la espada de Elisabeth en el cuerpo de Luthor desaparecía por la oscuridad que le envolvía y le regeneraba por completo. Este se acercaba amenazante para darse un festín con sus cuerpos, pero la chica escuchó un sonido de motor aproximándose. De pronto, Luthor explotó y fue enviado lejos de nuevo. Una moto acababa de parar al lado de las chicas, de la cual se bajó un tipo envuelto con una fina capa roída, provisto de ropajes llenos de bolsillos y bolsas. Bajo la capucha no se lograba ver su rostro, pero sí una larga barba, entre gris oscuro y canosa. Disparó de nuevo su lanzagranadas, que sostenía en alto en dirección a Luthor, antes de que este se acercase de nuevo al grupo. En su espalda tenía un largo cañón de madera con refuerzos de metal. Pudo mantener a raya a Luthor al comienzo, pero el hombre lobo empezó a rugir con fuerza, desatando más oscuridad, que le hacía crecer de tamaño y volverse más fuerte. Con el lanzagranadas siendo inútil ahora, pasó al cuerpo a cuerpo, pero debido a una tosca pierna mecánica que tenía y su edad, estuvo a punto de ser alcanzado, aunque con sus duros golpes mantenía a raya al hombre lobo, incluso a pesar del aumento de poder. Summer despertó entonces, viendo cómo un extraño estaba dañando severamente a Luthor. Apresuradamente, fue a ponerse en medio para que se detuviese, gritándole que era un hombre lobo, no un monstruo malo. El hombre le gritó que se apartase, cosa que Summer no hizo, saliendo herida tras el arañazo de Luthor, aunque él mismo refrenó el ataque y no fue tan grave finalmente. Sin más opción, aquel hombre sostuvo su cañón y disparó una andanada de fuego que arrasó por completo con Luthor, volviendo a su forma humana.

Mythra despertó, estaba en mitad de una cueva. Aquel hombre había tratado las heridas de todos y los mantuvo a salvo incluso cuando llegaron la manada de lobos de Yianiv. Con un remedio trató la herida del mordisco que Luthor había hecho en Elisabeth, intentando con ello evitar que la chica sufriese la enfermedad de la licantropia. Mythra le agradeció enormemente por todo lo que había hecho y tras eso, le preguntó su nombre. El hombre se quitó su capucha y mostró su rostro envejecido con ausencia de pelo en su caballera. En su tiempo se llamó Suther Swan y fue un consejero del reino de Taneir, pero dejó aquel cargo tras ver que una gran amiga suya se había convertido en reina y vivía feliz. Ahora vagaba por el mundo con un motivo en concreto que no desveló, tan solo insistió a Mythra en que descansase, ofreciéndole una poción que cuando se la tomó la llevó a sumirse en un descanso reparador.

Pasaron los días y el grupo se recuperó físicamente de todo lo sucedido en la aldea Aoshan, aunque no tanto anímicamente. Elisabeth empezó a caminar de nuevo, pues según lo que sentía tras conjurar con tanto esfuerzo contra Luthor se había quedado sin fuerzas para andar. Fue ayudada por Alexandra, que tenía un vendaje modesto en el cuello; y por Mythra, quien insistía en que ella sería la que protegería a todas la próxima vez, aunque a Elisabeth no le gustaba la idea de ser la protegida siempre. Por otro lado, Luthor se disculpó con Summer y soltó la idea de irse en busca la cura, pues le dio la razón a su hermano; sin embargo, la chica cambió de parecer con respecto a la última vez que surgió el tema, en Reposo de Taliyah, diciéndole que no se fuese. Agradecido por esas palabras, Luthor dijo que lo menos que podía hacer era disculparse también con las demás, algo que fue tomado como total sorpresa por parte de Alexandra, Elisabeth y Mythra, pues jamás habían visto a Luthor con aquel comportamiento. Mythra incluso le echó una foto cuando este tenía la cabeza inclinada en el momento de la disculpa. Muchos de la clase mostraron su apoyo y aseguraron que para la próxima vez estarían allí para luchar unidos, confraternizando aún más con los valores de compañerismo, incluso entre 1ºA y 1ºB. Sin embargo, no había rastro de Liv. Jhin explicó la situación de la aldea, de Yianiv y de todo lo demás, asegurando que Liv estaba recibiendo tratamiento psicológico y volverían a verla cuando pasase el tiempo requerido, pidiéndoles paciencia.

Y en esos días grises de verano, se despidieron de Jandelle sin comunicarle nada de lo ocurrido, dejándola con la ilusión de estar pronto en la Academia de Héroes para convertirse en una poderosa heroína. Finalmente, montaron en el tren y le aseguraron a Maryse que, a pesar de todo lo ocurrido, irían a ver a su tía. A la pelirroja se le saltaron las lágrimas y las abrazó, con su amiga Gabriella agradeciendo a la clase "rival" por la unión que había en los momentos de verdad, por encima de la rivalidad que tenían a nivel académico.

Tras todo, se sentaron en sus asientos. Volvían a casa. Lo necesitaban.

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