11 feb 2024

Desde otro Prisma (entrada escrita por Maga)

Los primeros rayos de sol acariciban el rostro de Ellie pero no han sido lo suficientemente rápidos como para despertarla, pues el despertador había hecho su trabajo hacía no muchos minutos. En su habitación de la casa familiar en Tilos se respirada tranquilidad, feminididad y orden. Ya hacía un rato que había salido de la cama y había la había hecho para dejarla ordenada y limpia hasta la próxima noche.

El primer rito a diaro que ya había cumplido era el de cuidar y darle a varias partes de su cuerpo un festín sensorial. En primer lugar había actuado el exfoliante corporal, haciendo que su piel disfrutase de una fragancia revitalizante y fresca, con esencia de flores frescas y cítricos. En la ducha además había podido disfrutar de un gel de ducha que le encantaba, con extractos botánicos que hacía de su limpieza un oásis perfumado y suave, permitiendo que un agradable aroma natural persistiese en ella durante el lavabo. Las toallas que llevaban bordadas las iniciales E.O.M. eran de una calidad lujosa, haciendo que su cuerpo recibiese la atención meticulosa que merecía. Frente al tocador una vez ya seca, una gama de productos esperaba dispuestos a transformas su rutina facial en un acto de bondad. Tanto tónico como crema hidratante eran aplicados en una rejuvenecedora danza con movimientos precisos y suaves. Una de sus partes favoritas, sus ojos de color morado, se iluminaban con el toque floral de un perfume que se echaba justo después de que su cabello de color negro fuese cuidado por un acondicionador y aceites especiales que le permitían relucir con más orgullo la salud y la suavidad sedosa de su pelo.

Este proceso cada mañana no era más que un proceso de autoafirmación y cariño con el que se premiaba para enfrentarse al día con confianza y vitalidad, dispuesta a enfrentar al mundo encantada por el desafío con una renovada sensación de belleza y serenidad.

Justo antes de terminar de vestirse terminó por recoger y limpiar las partes de su habitación y su baño privado para mantener el orden que le gustaba mostrarse incluso a sí misma. Cada adorno y detalle de la habitación respetaba el sentido por el cuál había sido elegido. La imagen de Ellie podía verse reflejada en su propia habitación pues representaba la creatividad y la categoría que la chica tenía. Un pequeño pero coqueto escritorio estaba dispuesto con unos cuadernos apilados y acompañados por una elegante lámpara que apuntaba, aunque apagada en ese momento, a un puzzle que tan solo había sido empezado a hacer pues la chica no había conseguido encontrar el orden correcto para las piezas y eso la frustaba, pues este había sido regalado por su madre. Las paredes estaban pintadas de unos colores en tonos pastel con murales que representaban sus mayores gustos: la música, Aldmet y la belleza. Una estantería se encontraba justo al lado del escritorio dejando ver una mezcla de géneros entre la colección de libros que tenía: desde libros de historia hasta historias de ciencia ficción. Una colección de recuerdos y sourvenirs de algunos viajes con su madre y hermano se exhibían entre los libros. La cama estaba cubierta por una colorida colcha y disponía de unas almogadas y cojines suaves. El pijama la esperaría hasta el anochecer doblado y dispuesto sobre la cama, un pijama con telas suaves y de tono rosa, con sus bordes adornados por el color rojo, mezclando la feminidad con la pasión y vitalidad, además este contaba con las mismas iniciales bordadas que sus toallas. La guitarra que le había regalado su madre reposaba sobre su soporte justo al lado al espejo de cuerpo entero en el que se miraría mientras terminaba de vestirse, justo después de coger los últimos detalles de su vestimenta del armario empotrado del que disponía.

Para aquel día había elegido un conjunto fresco y cómodo, empezando por unos vaqueros con adornos de ligero desgaste que abrazaban con cariño sus piernas como si de una segunda piel se tratase. Para la parte de arriba había elegido una camiseta de tono pastel que recordaba a esos rayos de sol que se colaban entre sus cortinas y la prenda se dejaba caer con gracia transmitiendo simplicidad. Para los pies elegiría un calzado informal, casi deportivo, que contaban con algo de desgaste, pero eso le gustaba a la chica, pues le tenía cariño a las historias que contaban cada una de esas marcas y rasguños. El pelo fue justo lo último que cuidó con mimo para que se mantuviese elegante sobre sus hombros hasta que una voz desde la planta inferior de la casa se alzó sobre el silencio tranquilo que reinaba hasta entonces:

- Vaaaaamos Ellie, eres muy guapa ya, no hace falta que te pases 16 horas preparándote porque si no llega la hora de dormir directamente, venga que te estoy esperando.

Esa voz que le apremiaba era la de su querido hermano, que hizo que se apresurase en terminar de prepararse y dejó atrás su habitación, las escaleras que debía bajar y finalmente llegar hasta el salón principal familiar, donde se encontraba Rafael.


Los sofisticados marrón y crema, colores que decoran las paredes del salón, transmiten la elegancia y calidez que se pretendía al adornar este santuario para la familia Oinotna Maeger. Además de eso unos enormes ventanales permiten que la luz natural inunde la habitación, revelando la belleza natural del suelo de madera , salvo que los detengan las delicadas cortinas que fluyen con gracia en los extremos de los ventanales movidas por la brisa. El sillón de madera de nogal, con cuero de color negro suave al tacto e invitando a cualquier a descansar sobre él, se encuentra en el centro del salón sobre una pieza exquisita que es la alfombra meticulosamente tejida que narran quizá historias de lejanas tierras. Muebles de madera maciza, pulidos hasta el último detalle, se distribuyen con gracia, creando cada pieza un lugar de armonía visual apoyados por aunas obras de arte, como el cuadro que representaba el Monte Déntora, de Gran Hiullal, reflejando el gusto artístico de la familia y aportando ese toque final de personalidad.

Rafael Oinotna Maeger esperaba con la tranquilidad de la persona que está familiarizada a una rutina matutina agradable. Con tan solo unos pocos años más que su hermana, el hijo varón de la familia esperaba a Ellie ya preparado. Con una actitud refinada y orgullosa, el joven dejaba a un lado a un periódico para saludar con una sonrisa y un "buenos días" correspondido a su hermana. Este había elegido para la ocasión una vestimenta que refleja su personalidad y el gusto por el lujo: una camiseda de seda de tono verde profundo abraza su atlética figura y los botones, que delicadamente han sido trabajados, añaden un toque extra de refinamiento. Unos pantalones de tela impecable, de tono netro, caen con gracia sobre sus zapatos pulidos, creando una armonía elegante en su apariencia. Como accesorio, deslumbra en su muñeca un reloj de pulsera que relice con sofisticación, marcando el paso del tiempo con un tic-tac preciso adornando además sus manos cuidadas con esmero, dejando entrever que tanto hermana como hermano son delicados cuidando cada detalle de su apariencia. Como últimos detalles tenemos su media melena perfectamente peinada, sin un solo mechón fuera de lugar con un estilo moderno pero respetando lo clásico, además de el sutil rastro de su fragancia favorita, un aroma que resalta su presencia con elegancia pero sin abrumar.


- Mamá no está y papá obviamente aún no ha vuelto, llegó el momento de que nos encarguemos nosotros de esto. - explicaba Rafael – Imagino que ya has preparado tus conjuros y te has preparado para lo que tendremos ante nosotros, puedo imaginarme gracias a mis conocimientos cada cosa que nos vamos a encontrar pero no quiero arruinarte las sorpresa así que... ¿todo listo? - mientras decía esto último el joven se levantaba de su sillón y se disponía a abandonar la habitación – Podemos irnos en cuanto Kizaru y tú estéis listos.

- Vamos Kizaru. – instaba a su familiar mágico la chica, justo mientras este aparecía remoloneaba un poco frotándose contra sus piernas de forma cariñosa – Sí sabes lo que vamos a hacer, - decía ahora Ellie a su hermano - ¿por qué no me lo cuentas y así buscamos directamente la solución?

- Vamos Ellie, se perfectamente que no quieres hacer trampas, vamos a enfrentarnos a esto como si fuese la primera vez, basarte en spoilers es un poco injusto para la trama, deja que fluya.

- A mí la trama me da igual, yo solo quiero que mi amiga esté bien y no cometa ninguna locura, que todos estén bien. Necesito que al menos esto salga bien para que mamá esté orgullosa.

- Mamá ya está orgullosa de ti además de que una placa en tu honor está plantada en las vitrinas de la academia, ¿no?

- Ya, pero nunca es suficiente cuando hacer cosas geniales se refiere, sobre todo si mamá las puede disfrutar claro.

- Bueno, no te centres en eso, céntrate en aprender y haz caso a Beth, es irremediable que si vas mejorando cada día, hoy seas peor de lo que lo serás mañana, simplemente no dejes de esforzarte y todos verán tan bien como yo lo genial que eres.

- Tú me ves con demasiados buenos ojos, no me vale más que la realidad que yo veo.

Una sonrisa pícara fue la respuesta que recibió Ellie de su hermano para no seguir argumentando debates sin sentido. Mientras la conversación transcurría, los chicos caminaban con tranquilidad hacia la salida que debía llevar hasta la parte trasera de su casa, lugar en el que normalmente estaba el acceso a su jardín pero que, tras Rafael abrir las puertas de par en par con elegancia y gesticulando para dejar pasar primero como un buen caballero a su hermana, se mostraban unas escaleras hechas de metal, dispuestas para subir hacia algún lugar que la oscuridad de lo que ese acceso tenía no dejaba ver. Un camino hacia lo conocido desconocido. Ellie efectuó algunos sortilegios que la preparaban para fortalecer sus defensas físicas y mágicas gracias al aura que la rodearía de una forma invisible y sutil, todo mientras comenzaba a subir las escaleras decidida, seguida por su hermano, que recogía de un soporte en la pared, como si de un sombrero o un abrigo se tratase, una espada dorada que guardaba en la funda que tenía en la espalda y que no se había dejado ver hasta el momento.


Una actuación musical en vivo llenaba la sala a la que llegaban, que transmitía un ambiente ostentoso y festivo. Las decenas de parejas de baile se movían con gracia por la gigantesca habitación de baile a la que los hermanos Oinotna Maeger llegaban tras finalizar el ascenso por las escaleras. Estas parejas de bailas portaban trajes elegantes y máscaras elaboradas que impedían discernir sus identidades. Las risas y murmullos de conversaciones animadas no hacían cambiar de opinión a Ellie, que pensaba que cualquiera de ellos podría estar en contra de los demás o incluso ser un villano y provocar un enorme atentado, cosa que la mantenía en una tensión más evidente que la que mostraba la actitud de su hermano. Los enmascarados bailaban con ánimo llenando el ambiente de opulencia pero estos no parecían darle más importancia que alguna mirada fugaz dedicada. Que enorme sala que los hermano intentaban atravesar sin molestar a los selectos invitados del baile estaba lleda de iluminación transmitida por candelabros de cristal que colgaban majestuosamente del alto techo. Las paredes estaban cubiertas con tapices exquisitos que representaban escenas de la naturaleza y escenarios de Sverith y el suelo, de mármol pulido, reflejaba la luz añadiendo un brillo adicional al ambiente.

Cada camino, diferente al resto, que llevaban hasta esta sala representaban con maestría los siguientes elementos: un pasillo adornado por engranajes de bronce sobre todo en sus marcos, otro pasillo contaba con columnas esculpidas en forma de ladrillos, otro con tallados de cosechas y animales de granja, dando una sensación pastoral. Otro de los pasillos mostraba unos detallados libros de cuentas y monedas grabadas en sus relieves, había uno con la entrada decorada de herramientas mineras en relieve, como picos y linternas y otro con detalles de armaduras y espadas cruzadas. Por último había otro con elementos de cartografía, otro muy similar en el que destacaban más unos mapas y brújulas, otro con detalles de fauna y una pequeña ballesta esculpida en la parte superior del pasillo y finalmente el que mostraba enredaderas y flores esculpidas con esmero.

Sin embargo, para sorpresa de Ellie pues no las había visto en primer lugar, acabaron llegando a unas enormes puertas de una madera selecta que, de nuevo, Rafael abrió para que ella cruzase primero, siguiéndola inmediatamente antes de las que puertas se cerrasen.


El tenso silencio de la sala que envolvía a Ellie fue interrumpido por el leve golpe que dieron las puertas tras ella al cerrar. La sala del tribunal a la que había llegado disponía de un ambiente solembre y respetable, pero también hostil. El suelo de baldosas pulidas que reflejaban la luz que iluminaba de forma tenue la habitación lo tuvo que recorrer en solitario la maga mientras que su hermano ya estaba dispuesto en el centro al final de la sala, en el estrado elevado, haciendo el papel de juez ataviado incluso con la toga negra. El jurado, formado por compañeros o amigos como Hina, Lucía, Jasmine, Kara, David o Maryse miraba atentamente a Ellie llegar y el proceso que estaba a punto de desarrollarse. El secretario de Rafael, dispuesto a registrar cada palabra pronunciada sería en este caso el oficial Harmon. Ellie debía enfrentarse directamente a Hemsworth, quien actuaría de abogado defensor de todos los miembros de Heisenberg que la chica había visto o simplemente oído hablar. Estos estaban en los bancos en filas ordenadas que ya había dejado atrás Ellie cruzando la barra, mostrándose entre ellos Sergeyevich, Giorgio Falco, Barayev y quienes suponían que eran Venom y Marilen Von Balmoos entre más miembros.

Ellie tomó asiento en su lugar mientras se ajustaba su uniforme de heroína que tenía puesto desde este momento hasta que un par de golpes del martillo llamaron la atención de todos y se daba por comenzada la sesión, hablando en primer lugar el juez Rafael:

- Bienvenidos Ellie, en representación de Aluarte y los acusados, la banda de Heisenberg. Hoy nos hemos reunido para zanjar el caso del posible atentado terrible que ha dejado a Aluarte en sus momentos más oscuros. La mutación de personas inocentes, sumándole a ello que previamente han sido secuestrados y además existiendo la amenaza de que Kunzita se entere, y con ello el resto de la banda de Prisma, cuál es la verdadera Elisabeth y haciendo que la misión fracase estrepitosamente, cosa que nadie quiere...

- Habla por ti, señor juez. - Interrumpía con malicia Hemsworth, que inmediatamente miraba con soberbia a Ellie y esta intentaba no amedretarse pero parecía que este la sabía leer a la perfección.

- Señor abogador defensor Hemsworth, si vuelve a interrumpir no tendré más remedio que matarle, por favor modere sus acciones. Muy bien, continuando con los que decía... - Rafael revisaba en su estrado unos papeles y unas fotografías que iba mostrando de cosas como a la señora Potter transformada en una gigante mutante, Cynthia ayudando contra los monstruos o a la gente de Aluarte teniéndose que marchar de la zona. Tras eso, el joven Oinotna continuaba. - Todas estas pruebas hablan en su contra, señor Hemsworth, no tendré más remedio que darle la razón a mi hermana y sentenciar a la banda a que desaparezca, siendo además que si la dejamos sin atrapar será una amenaza para el mundo y no solo para Aldmet.

- Verá señor juez, la intención de mis compañeros es tan solo la de ganarse la vida de la única forma que están dispuestos a hacerlo, quizá la vida pudiese brindarnos otra oportunidad pero... ¿por qué negarnos a esta? Yo podría ser plenamente feliz junto a Cristinne y Margarie pero sois vosotros los que os entrometéis.

- ¡Protesto porque no para de decir tonterías! Hemsworth... Logan... Ya cambiaste de bando, Cristinne y Margarie... y todos estarán dispuestos a aceptarte si te redimes. Deja de apoyar a tus antiguos compañeros, mientras yo esté aquí y mis compañeros junto a mí no vamos a dejar que te pase nada. El slash os acabará pudriendo el cerebro a cambio de... de destrucción y desolación. Dejáis tras vosotros un rastro de miseria y nos os dais cuenta de ello. Logan por favor, no tienes más que volver al lado correcto, quieres ser...

Una nueva interrupción ocurrió en esa sala de juicios pues las puertas al final del pasillo se abrieron para dejar pasar a una figura encapuchada y misteriosa, pues ocultaba su identidad. Los pasos de esta persona es lo único que se escuchaba en ese momento en la sala y este, cruzaba la barra que separaba la zona del juicio con el resto de la sala donde se encontraban los bancos y la figura se colocaba justo delante de Rafael, mirándole durante unos incómodos segundos y después dándole la espalda para mirar al resto de la sala, principalmente a la zona de defensa y acusadora.


Ahora que Ellie lo veía mejor, tenía ante ella esa figura encapuchada con una identidad bajo la capucha tan oculta en la oscuridad como si la noche misma lo protegiese. Las telas desgastadas colgaban en pliegues misteriosos ocultando su figura, haciendo que pareciese que su forma desafiaba toda naturalidad. La figura daba algunos pasos hacia Ellie mientras dejaba caer la capa que escondía y se desubría a una criatura humanoide pero con escamas sombrías que marcaban prácticamente toda su piel, reflejando de forma irregular la luz como si la imbuyese de una energía siniesta. Las garras que se mostraban al final de sus brazos emergían amenazantes, como si en cualquier momento pudiese desgarrar a cualquiera de los presentes de forma despiadada. Lo peor de todos, es que más allá de su forma aberrante, la criatura parecía tener una presencia hipnótica y con cierta cordura, que le añadía un extra a esa aura de maldad que se extendía desde ella. Pese a que el mismísimo Heisenberg se mostraba ante ella con esa presencia amenazadora, Ellie se dispuso a continuar con sus palabras para convencer a Hemsworth de lo que era realmente lo correcto.


- ¿Acaso no te das cuenta, Logan? Antes de que la sombra de este miserable ser ocultase tu luz tenías un sueño, tanto Cristinne y Margarie se merecen tu mejor versión y si no lo remedias ahora mismo no vas a seguir más que cayendo al vacío. Ya te lo dijo David y si no me queda más remedio agarraré tu mano y tiraré de ti hasta que no me queden fuerzas. Deja atrás esa vida de crímenes, drogas y asesinatos. Vuelve junto a nosotros para volver a disfrutar de abrazar a Cristinne, si sigues por ahí no vas a poder ver crecer a Margarie. Tú tienes la fuerza y la actitud de redimirte, me da igual que digas que no te arrepientes pero estoy segura de que eso no es así, hay algo en ti que me transmite buenas sensaciones y haré lo que sea necesario para romper las cadenas que te mantienen unido a este monstruo. En lo más profundo de tu ser quieres ser... ¡Vas a ser un héroe! Y ese fuego no lo podrá apagar nadie porque arderá con más rabia que la oscuridad que hay en el interior de Heisenberg. - Estas palabras fueron exclamadas, como si a voces pudiese combatir la chica la presencia de Heisenberg pero las que diría a continuación serían bajando la voz, como si de compartir un íntimo secreto se tratase. - La verdadera heroicidad no viene de un documento que diga que eres un héroe, si no de los que somos capaces de sacrificarnos por el bien de los demás, de los que aunque se equivocan se redimen y se convierten en protectores de la vida, sobre todo de las vidas a las que amas. Ven al lado correcto de la historia y no dudes jamás, el destino te lo recompensará.

Hemsworth, perdiendo completamente su gesto violento y desagradable mientras escuchaba a Ellie y era encandilado por sus palabras, estaba dispuesto a dejar de defender a Heisenberg. Y así lo demostró abandonado el lugar en el que se encontraba y dirigiéndose directamente a Rafael sentenciaba:

- Me he equivocado durante mucho tiempo pero llegó la hora de hacer lo correcto. ¡Es el momento del veredicto señor juez, yo declaro a la banda de Heisenberg absolutamente culpables!

Justo tras las palabras que podrían haber sentenciado el juicio una figura aparecía de entre la multitud con un arma de fuego. Oliver estaba apuntando directamente a Ellie para acabar con ella y que Heisenberg ganase el juicio pero Hemsworth saltaba justo a tiempo para que el disparo impactase en él, salvando el resultado del juicio. Ellie preocupaba se arrodillaba junto al malherido Hemsworth, pero este aún tenía preparado un as bajo la manga.

- Esto... esto me ha salvado la vida... - decía mientras se sacaba de bajo la ropa lo que había hecho que la bala no atravesase y le impactase: el anillo de escalada que Ellie le había dejado hacía algún tiempo.


Entonces Heisenberg rugió con rabia, comenzó a proferir ruidos tan desagradables y destructores que todos los presenten se vieron obligados a huir y ponerse a salvo más allá de las puertas pero Rafael, después de deshacerse de su equipamiento de juez, y Ellie se reagruparon para no perder el uno al otro. Ambos hermanos sentían como todo a su alrededor comenzara a destruirse dejando tras de sí simple y violenta oscuridad. El mobiliario, las paredes y el techo y los presenten que aún quedaban fueron consumidos por la oscuridad hasta definitivamente tan solo quedar el suelo sobre el que se sostenían los hermanos, haciendo que cuando este desapareció, ambos cayesen al vacío, directos a ser engullidos por la oscuridad.

Tras lo que parecieron 30 minutos de caída tocaron suelo y gracias a la magia de Ellie que evitó el golpe, ninguno resultó herido. Rafael, eso sí, tuvo que hacer su característico movimiento con la cabeza hacia atrás para apartar el pelo que le molestaba sobre la cara, echándolo hacia atrás. Se encontraban en el interior de una cueva que tenía su suelo inundado, con una profundidad que no devía llegarse ni a los tobillos a Ellie. Inmediatamente empezaron a correr, pues se sentía que ese lugar no iba a ser seguro y una figura se intunía en el fondo del agua, como si de una criatura gigantesca y violenta por sus gestos se tratase. El suelo más allá del agua parecía que transparentaba levenmente a esa figura, que los iba siguiente sin ningún problema moviéndose por la oscuridad y con intenciones de evitar que siguiesen avanzando, impidiéndoles cumplir su objetivo. Sabían que no muy lejos de allí se encontraban Jesamine y Michelle y habían venido a salvar a ambas. Algo en el interior de ambas, una oscuridad tan protectora como nociva se ocultaba en ambas así que la conclusión a la que habían llegado los hermanos era combatir al mal directamente con la suficiente suerte como para poder salvar a ambas.

Decenas de esqueletos comenzaron a salir de partes del agua pese a que parecían que no había la profundidad necesaria. Ellie extendió sus manos dispuesta a conjurar sus mejores recursos para enfrentarse a ellos y Rafael no dudó ni un solo momento en desenfundar su espada, la determinación brillaba en los ojos de ambos.


Poderosos vientos comenzaron a brotar girando alrededor de Ellie que con un movimiento elegante los canalizó hacia los esqueletos, creando un torbellino que levantó a algunos en el aire y los destrozó por completo. Mientras tanto, y aprovechando el hueco entre ellos que había creado su hermana, Rafael se lanzaba con decisión, haciendo que su espada dorada brillase con intensidad. Golpes precisos eran asestados sin compasión haciendo que las estructuras óseas de los muertos vivientes fuesen destruidas, siendo cada golpe como un mazazo. Algunos enemigos aprovechaban que el joven se había acercado a ellos para contraatacar pero la velocidad y agilidad de Rafael le permitían moverse entre ellos sin ningún riesgo. Ellie mientras tanto y desde más atrás, apoyaba a su hermano manteniendo a raya a alguien que intentaban acercase a él.

Las miradas de ambos hermanos se cruzaron y ambos comprendieron el siguiente paso en ese violento baile: era el momento del ataque combinado. Ellie intensificó la magia que manejaba el viento y comenzó a a crear una barrera de aire afilado que rodeaba a los enemigos mientras que su hermano se movía estrategicamente alrededor de la barrera buscando la posición perfecta. En un instante, Rafael saltó al aire, aprovechándose de las corrientes creadas por su hermana y girando en el aire, descendió con el arma en posición, pasando por un lugar de la barrera que Ellie ágilmente adaptó para que su hermano cortase a varios esqueletos con un solo movimiento. La combinación de la habilidad de Rafael luchando y el viento de Ellie no había hecho más que comenzar.

Los restos de los esqueletos que comenzaron a acumularse fueron utilizados como proyectiles que cubrirían a su hermano y evitarían cualquier intento de contraataque que intenasen los muertos vivientes. La sinergia entre hermanos había sido una fuerza imparable para las malignas criaturas que pronto habían sido derrotadas sin piedad. Estos justo cuando acabaron con todos y no sin previamente Rafael volver a hacer el gesto que había hecho unos minutos atrás para recolcarse el pelo, volvieron a salir corriento, con la intención de encontrar a Michelle y Jesamine.

Y feliz fue la noticia de encontrarse ante ellos la celda, solitaria y hecha de oro, que protegía a Jesamine, la tenían tan solo a unos metros de ellos. Hasta que alguien les impidió seguir avanzando. Una figura femenina oscura evitaría que estos liberasen a Jesamine y estaba dispuesta a acabar con ambos hermanos. Estos, entendiendo la importancia de la situación, no dudaron ni un solo instante en lo que debían hacer por lo que se prepararon de nuevo para la pelea.


La figura oscura se mostraba ágil y poderosa pues se movía con gracia y velocidad, cosa que constrarestaba los primeros ataques de la espada de Rafael y los vientos de Ellie con una destreza impresionante, dejando en total evidencia a los muertos vivientes del combate anterior. Las dagas que brillaban con un aura mágica que portaba la figura oscura centelleaban en la penumbra del lugar, listas para asestar el golpe mortal que necesitaban dar. Estaba claro para ambos hermanos que esta rival necesitaría una estrategia más refinada.

Rafael intentó cerrar distancia con la ágil adversarial, sin embargo ella se deslizó entre los movimientos de Rafael, esquivando sus golpes con precisión y acercándose a Ellie evitando que esta disfrutase de una distancia segura y que pudiese concentrar la magia para alterar el viento y usar las ráfagas de viento que creaba de una forma ineficiente, haciendo que fuesen totalmente desviadas. De nuevo cruzaron una mirada ambos hermanos y entendieron que necesitaban volver a coordinar sus habilidades para superar a su veloz oponente. Rafael, con su espada por delante, actuaba como distracción, manteniendo ahora la atención de la figura oscura con el combate cuerpo a cuerpo. Mientras tanto, Ellie, utilizaba su concentración para concentrar viento y crear varios remolinos a su alrededor, lanzándolos para complicar los movimientos de la adversaria y disminuyendo así su movilidad de forma drástica. Con un movimiento crucial, Rafael ejecutó un giro rápido, creando un torbellino de hojas doradas con su espada al entrar en contacto con el viento de su hermana. La rival a la que se enfrentaban resultó sorprendida y acabó levenmente desorientada por el ataque, viéndose atrapada por un vórtice creado por Ellie. Gracias a esta oportunidad, Ellie no dudó en incrementar la intensidad de su viento y así dificultad aún más los movimientos de la enemiga prácticamente atrapada. En ese momento, Rafael y su precisión milimétrica, aprovecharon la opotunidad para realizar un golpe preciso con su espada dorada, haciendo que las dagas mágicas volasen por los aires. Ante esta situación, Ellie decidió aminorar el viento que apresaba a la figura oscura pero esta aún seguía a merced de que Rafael decidiese dar un golpe final. Pero esa situación no se dio, porque ambos hermanos decidieron no infligir más daño y ofrecieron a su oponente la opción de rendirse. Esta reconociendo la habilidad y entrega de sus oponentes desistió y optó por rendirse debilitándose lo suficiente para que se desmoronase como si fuese polvo. Por fin, podrían liberar a Jesamine.

Y así lo hicieron, los barrotes dorados de la celda sucumbieron y esta se lanzó a los brazos de ambos hermanos. Ellie no dudó en que debían seguir avanzando por lo que con unas bien medidas palabras que resultarían agradables para Jesamine con su tan inocente actitud, se marchase del lugar, junto a los compañeros de la academia de héroes, que cuidarían de ella.


La alegría no duraría mucho tiempo pues la realidad es que la figura que se ocultaba bajo el suelo seguía amenazando los intereseres de los hermanos y estos comenzaron a correr de nuevo. No tardaron mucho en darse cuenta que la monstruosa criatura que estaba bajo ellos ya les había adelantado y se dirigía hacia el lugar el que ellos iban: a por Michelle.

Michelle se encontraba en una situación similar a la que había estado Jesamine pero la celda de esta mezclaba los colores rosa y negro. Michelle se mostraba triste y miraba condescendiente a los hermanos correr, como si no tuviese ningún tipo de esperanza porque la salvasen pero su gesto cambió radicalmente: mostró una sonrisa de oreja a oreja, demostrando que en realidad lo que estaba a punto de pasar formaba parte de su plan.

Unos pocos metros antes de que Rafael y Ellie pudiesen alcanzar a Michelle para destruir la celda en la que se encontraba la criatura del fondo atravesó el suelo y mientras que con una mano agarraba a Michelle, ignorando la existencia del suelo y de la propia celda y arrastrándola hacia el fondo, con la otra mano golpeaba con tanta fuerza y de una forma tan seca a ambos hermanos que los lanzaba por los aires, con una violencia que los sacaría incluso de la zona en la que se encontraban, acabando finalmente en las ruinas de un antiguo asentamiento fortificado.


Pasaron horas y horas en las que Rafael y Ellie intentaron recoperarse mientras descansaban en el patio cubierto por los muros de la fortificación, dejándoles de cara al acantilado desde el que se veía una basta zona natural, en la que si uno se fijaba podría ver alguna que otra construcción de hacía ya cientos de años como mínimo. Las ropas de Rafael reflejaban su estado de ánimo, así mismo pasaba con su hermana, que veía como el traje de heroína que con tanta dedicación cuidaba se veía maltrecho en numerosos lugares mostrando en numerosos desperfectos las heridas y los moratones como crueles pinceladas tras lo que había ocurido al perder a Michelle. El eco de su mirada aún resonaba en la mente de los hermanos dejando tan solo rastros de desolación y desesperanza.

Ellie intentó concentrarse para organizarse y encontrar la manera de recuperar a su amiga, pero por miedo a demostrar las cicatrices emocionales que quedarían durante mucho tiempo en ella, con la voz quebrada y temblorosa, decidió mantener oculto durante un tiempo más sus pensamientos más intrusivos y maltrechos. Pero en los momentos de oscuridad es cuando la luz brilla con más fuerza.


Cruzando las puertas que daban acceso llegaba una madre, junto a un soplo de aire fresco y esperanzador. La presencia de Anabelle, de figura forme y figara segura, irradiaba un aura de determinación que envolvió a sus hijos como si de un abrazo protector se tratase. Cada paso que dio hasta llegar a ellos plasmaba la fortaleza en el mismo sueno, nutriendo el suelo de energía vital que los hacía sentir como en casa.

Anabelle llevaba su típica ropa happakiana con dignidad y aunque no excesivamente ostentosa, denotaba un impecable cuidado, como si cada costura y dobladillo quisiese demostrar amor y dedicación. Su mirada daba la sensación de irradiar una luz que jamás permitiría conocer la oscuridad, pero además estos se mostraban profundos y llenos de compación. Rafael y Ellie contaban con el privilegio de sentir que cada vez que mirasen a su madre verían en ella un faro de esperanza que podría guiarles aunque no estuvisen directamente junto a ella. La voz de Anabelle resonaría inmediatamente, como una melodía de confianza, inspirando cual cuanción una sensación de responsabilidad y la promesa de un futuro mejor.

- No hay tiempo para lamentarse, hijos míos. La oscuridad avanza e incluso en los peores momentos la determinación de nuestra familia tiene que salir a relucir. Os espera un futuro brillante pero para llegar a él debéis sentir cualquier tentación de rendición. - Anabelle seguía hablando mientras posaba su manos en los hombros de sus hijos, emitiendo una magia, sencilla para ella, pero que fue capaz de curar también físicamente las heridas de sus hijos y los desperfectos de sus ropas. - Raeric y yo estamos orgullosos de vosotros pero eso no significa que tengáis que parar aquí. La banda de Adam Cole se acerca y gracias a nuestro fortuito encontronazo hemos encontrado la información necesaria que tendréis que contarle a todos vuestros aliados, llegó el momento del contraataque.

Un susurro melódico traído por el viento comenzó a danzar en el aire, justo cuando Anabelle terminaba de regalar sus palabras, anunciando la llegada de Raeric Maeger. Una figura esbelta y enigmáticas se presentaba ante el resto de su familia mostrando una presencia digna. Su mirada llena de increíbles historias vividas iluminó de nuevo el patio con una chispa que inspiraba a la aventura. El andar de Raeric irradiaba una sinfonía silenciosa que reverberó en el corazón de sus hijos. Las ropas del bardo adornadas con colores rojizos y adornos simbólicos parecían que ondeaban como un estandarte. En la mano derecha sostenía un violín, su compañero leal que habría viajado con él a través de tierras lejanas e importantísimas batallas. Con una simple sonrisa cariñosa y paternal, transmitió un sentimiento de satisfacción a sus hijos que tan solo pudieron devolver con una sonrisa cómplice e inocente, mientras eran cautivados por la melodía alegre que transmitía su padre. Pero este no tuvo momento para transmitir ningún mensaje que pudiese ser escuchado, pues la zona comenzaba a ser atacada.


Prisma, con su túnica ondeando y su máscara declarando con contundencia su presencia, se encontraba en la parte superior de la fortaleza que debía proteger la posición de la familia Oinotna Maeger y como si de un maestro convocador se tratase, al alzar las manos hizo aparecer junto a él, pero no para quedarse a su lado, tanto a el Colmillo como al Nómada, que no dudaron en bajar de un salto desde las murallas provocando el enfrentamiento directo contra la familia. El Colmillo se lanzó a por los hijos y el Nómada pretendía usar sus numerosos recursos para enfrentarse directamente contra los experimentados padres.

La brutalidad y la falta de piedad quedaban latente en El Colmillo con cada uno de sus ataques. Su silueta recortaba contra una oscuridad creciente, sosteniendo su afilada katana mostraba una amenaza a temer. Pero ni siquiera eso amedrentó a los hermanos, pues Ellie y Rafael se sentían inspirados por las lecciones sobre justicia y honor que habían sido transmitidas por sus madre y el espíritu heróico de su padre, haciendo que ambos se llenasen de determinación, listos para enfrentar al asesino desquiciado que tenían delante.

El Colmillo no dudó en lanzar movimientos ágiles y mortíferos, haciendo que hasta el aire sufriene los cortes que con su katana provocaba con un silbido afilado. Rafael intentaba luchar principalmente por no ser desarmado ante los ataques del rival. Ellie, por su parte, canalizó la magia para imbuir el viento y crear una barrera defensiva que protegería a su hermano de los ataques que superasen su defensa. Esto le dio más posibilidades a su hermano, pues ahora Rafael podría moverse con gracia y precisión, devolviendo algunos ataques. El arma que portaba resonaba con contundencia como los martillazos dados en el juicio que habían vivido anteriormente. En determinado momento, Ellie vio la oportunidad de pasar al ataque y aprovechó para crear unos vientos que desequilibrarían al Colmillo, haciendo que este se viese distraido, permitiendo a Rafael encontrar aún más aberturas en la defensa enemiga.

La batalla estaba siendo intensa y brutal, las chispas de acero volaban en cada intercambio de golpes, sin embargo, pese a que la violencia que traía consigo El Colmillo parecía imparable, la conexión entre hermanos volvió a relucir y estos utilizaron la fuerza necesaria para ganar terreno sobre El Colmillo. Este se vio obligado a dar algunos pasos atrás y recolocarse ayudándose incluso de algunos saltos apoyados en la pared de los muros de la fortaleza, intentando atacar directamente a Ellie, pues era su rival más débil. Como un baile mortal este se lanzó a por ella pero la predisposición y sacrificio de Rafael evitó que su hermana sufriese ninguna herida. Juntos de nuevo, coordinados, iban a ser inquebrantables y con una nueva mirada, estos lo reafirmaron. Rafael se lanzó al ataque con contundencia y la katana de El Colmillo voló por los aires, haciendo que este quedase desarmado y de nuevo, Ellie se encargaría de inmovilizarle con su viento. El poderoso espíritu que sus padres le habían otorgado como guía había conseguido que ambos hermanos demotrasen la valentía y capacidad suficientes para derrotar a tan temido rival.

Pero aunque parecía que habían logrado vencer a su rival, este enemigo demostró una fuerza y destreza extraordinaria, siendo capaz de resistir e incluso escapar de los vientos convocados haciendo que estos fuesen expulsados empujando a ambos hermanos lejos de él. El Colmillo aprovechó la distancia para recuperar su arma pero los rivales que tenía en frente fueron suficiente para hacerle cambiar de opinión y decidió marcharse, saltando más allá del acantilado, cayendo con gracia en puntos estratégicos que le permitirían bajar y esconderse entre el bosque que desde donde la familia estaba se podía ver.

A la vez que los hermanos luchaban con pasión, los padres hacían lo propio. El Nómada había decidido desafiar a los aventureros más experimentados pero estaba dispuesto a ganar a cualquier precio y eso parecía decir su mirada desafiante y rabiosa. Pero el error que estaba a punto de cometer lo percibió cuando vio como Raeric y Anabelle iban a por el mientras el aire en torno a ellos vibraba con la magia que emanaba de ambos.

Raeric se movía ágil, al ritmo de la misma melodía que con su violín tocaba, y rápidamente intentaba asestar patadas que al golpear resonaban como truenos al impactar contra el lugar en el que estaba hasta hacía unas décimas de segundo el Nómada, que no tenía más remedio que enfocarse en esquivar. Mientras tanto Anabelle comenzaba a marcar con gestos de sus manos algunas runas que tallaba en el propio aire, listas para ser usadas en cualquier momento.

El Nómada, que no quiso subestimar a sus oponentes, utilizó su virtud para transformarse y le crecieron unas enormes alas de águilas en la espalda y se elevó en el aire, alejándose para ganar espacio. Raeric no tardaría en hacer sonar su música que parecía que le había añadido potencia al salto que estaba realizando en ese momento y, tras brillar justo antes de desaparecer una de las runas de Anabelle, Raeric fue propulsado por el doble de fuerza, por lo que pudo impactar una patada que propició una explosión tan poderosa que El Nómada fue lanzado directamente contra el suelo, pero teniendo el suficiente tiempo para transformarse totalmente en un lobo para aterrizar con algo de agilidad en el suelo. El nómada comenzó a invocar unas enredaderas que fueron directamente a por Raeric pero este avanzó sin obstáculos pues se movía tan fácilmente que resultaba insultante, mientras otra de las runas de Anabelle brillaba y desaparecía pocos instantes después.

El Nómada intentó volver a transformarse en criatura voladora mientras temía que Raeric se acercase a él demasiado y volviese a propiciarle una patada tan poderosa, así que adquirió por completo el aspecto de un águila e intentó marcharse volando. Lo intentó porque unas estacas que parecían hechas de luz aparecieron en torno a él y tras un insultante y fácil chasquido de dedos de Anabelle, que notaba como otra de sus runas brillaba y también desaparecía, estas se clavaron en él, sumiéndolo en un estado de parálisis y de temor porque aún podía ver como Raeric se acercaba a él mientras su pierna comenzaba a brillar con una energía roja intimidante. Raeric saltó y mientras giraba en torno a él mismo para darle incluso más potencia a la patada, impactó en su rival creando una explosión que destrozó brutalmente al Nómada, haciendo que se convirtiese en una masa grisácea y viscosa e inmediatamente explotase en mil pedazos, saltando estos por los aires pero con la suerte de que ninguno de los héroes resultase herido ni tan solo manchado.

La familia al completo había resultado ganadora pese a que los hijos habían invertido un esfuerzo mayor que sus padres para ganar, cosa que se notaba en el estado más cansado de estos en comparación con sus padres. Pero Prisma seguía allí, dispuesto a hacer salir su segunda oleada de súbditos.


El Cíclope a la cabeza aparecía con cierta sorna liderando a su grupo tuertos. La actitud y mirada desafiante que mostraba resultaba insultante pero justo cuando Ellie iba a lanzarse al ataque una mano delante de ella le hizo parar. Era la mano de su madre la que le impedía avanzar.

-Ellie, - comenzó a decir Anabelle – necesito que me escuches con atención. Esta pelea para ti no tiene sentido hoy. Hoy necesito que seas fuerte y valiente, pero en un lugar diferente. Tienes prioridades más grandes y tu amiga corre peligro, te necesita a su lado.

Pese a que Ellie la miraba con preocupación e impotencia, con tan solo ver cómo su madre miraba con determinación a sus enemigos, entendió que no era el momento de argumentar en contra. La joven asintió y se preparó para marcharse por uno de los laterales de la fortaleza en la que no había ningún miembro al servicio de Prisma o El Cíclope y su hermano le acompañaba justo después. Una última mirada es lo último que pudo compartir con sus padres, Anabelle y Raeric transmitian a sus hijos confianza con su gesto justo antes de encarar definitivamente a sus enemigos. Rafael y Ellie aceptaron con actitud la responsabilidad y con orgullo dejaron atrás a sus padres, dispuestos a salvar a Elisabeth de Prisma de una vez por todas.


Parte de la determinación de Ellie comenzaba a menguar cuando comenzaron a moverse entre escombros y llamas de color morado de la ciudad en la que estaban entrando después de correr y correr. El rugido de la destrucción resonaba en los oídos de los hermanos mientras avanzaban por el campo de batalla de Serencia.

Como objetivo: el centro de la devastación. Sobre un maltrecho tejado de una mansión prácticamente en ruinas se erigía el mismísimo Prisma. La figura enmascarada, envuelta en algo de misterio y tiranía, aguardaba con impasible serenidad mientras todo a su alrededor se consumía, listo para enfrentar al desafío que corría a por él.

El cielo, teñido de tonos oscuros y amenazadores, como de un aura mágica se tratase, reflejaba también el caos en el que se había sumido la ciudad. Las llamas de color morado destelleaban en medio de la destrucción ya provocada, iluminando el escenario. Ellie, dispuesta a invocar sus vientos para ayudar a que su hermano y ella misma se moviesen con más velocidad y agilidad, notó como este arrastraba cenizas y susurros de un conflicto que la apuñalaba directamente en el corazón.

Cuando por fin llegaron hasta él, se detuvieron cara a cara. Rafael y Ellie Oinotna Maeger contra Prisma. La mirada firme que reflejaba mostraba la determinación que ardía con furia en su interior.

Prisma reflejaba también determinación, pero la de este era imparturbable, transmitiendo la tranquilidad que tenía ante la inminente pelea con un tono sereno dijo:

- Habéis llegado al final el camino, pensaba que no lo íbais a lograr.

Ambos hermanos se miraron, la complicidad y el trabajo en el equipo serían sus principales armas. Y como si de un pistoletazo de salida marcase el inicio del combate, ambos héroes se lanzaron contra el villano mientras las sombras y los destellos provocados por el fuego que adornaba el escenario hacía un juego de luces que podría resultar atractivo si no se tratase de un combate a muerte, añadiendo un toque de romanticismo a la barbarie del combate.


Pese a que el poderío y sinergia de ambos hermanos era algo formidable, destacando como estrellas fugaces sobre el terreno de combate, Prisma como adversario emanaba un aura de poder indescriptible. El escenario sería testigo de un despliegue de poder en el que ambos bandos intentarías demostrar quién era el más fuerte.

Desde los primeros compases, Rafael y Ellie atacaron con una ferocidad increíblemente coordinada. Rafael blandía su espada con gracia y precisión, con la tranquilidad de tener a Ellie en su espalda convocando ráfagas de viento para apoyarle. Sin embargo Prisma parecía predecir cada uno de los golpes esquivando estos con una elegancia sobrenatural. Los hermanos, que volvían a esforzarse como antes, no estaban logrando impactar ni un solo golpe. La frustración comenzó a crecer en Ellie, que intentó darle la vuelta a la situación canalizando un poderoso torbellino que emanó desde la palma de sus manos y viajó sin piedad arrasando con el suelo más cercano mientras se movía de forma horizontal dirección Prisma, esquivando por los pelos a Rafael. Pero ni siquiera eso resultó. La superioridad de Prisma era más que evidente y Rafael no tuvo más remedio que dar un salto atrás, buscando la mirada de su hermana para encontrar respuestas. En ella, tras asentir ambos, la encontró. Esta vez cargarían ambos con furia hacia delante y mientras ambos lo hacían, el cuerpo de Ellie comenzó a canalizar poder mientras se trasnformaba. Su cuerpo se envolvió de una luz morada brillante que dejaba tras de sí una piel de del mismo color pero haciéndola crecer y ganando una musculatura sobrenatural y envidiable. La nueva forma de Ellie, convertida en una versión de troll más humanizada pero igualmente brutal y rabiosa cargaba ahora junto a Rafael como si se pudiesen coger de la mano mientras corrían. Rafael fue el primero en llegar pero sus golpes fueron esquivados, al igual que los primeros de Ellie, que utilizaba sus puños, pero Prisma comenzó a tomarse más en serio a sus rivales, sobre todo cuando este recibió diréctamente un puñetazo del troll que tenía delante que lo lanzó por los aires hacia atrás. El golpe había sido directo a su máscara.

Ambos hermanos se miraron para felicitarse pero no dudarían en volver a aparecer las preocupaciones, pues Prisma, al verse arrebatada su ilusión de invulnerabilidad que lo rodeaba, se mostró furioso y desconcertado. Este se levantó, dispuesto a desatar su verdadero poder mientras las tejas del tejado de su alrededor comenzaban a vibrar por la ira desatada. La batalla, lejos de conluir, parecía que estaba apenas comenzando.


Bajo la máscara, Prisma, comenzaba titilar con una energía oscura que emanaba de su interior. En un gesto violento, comenzó a canalizar ese poder. Su figura comenzó a desdibujarse dando paso a una metamorfosis aterradora. Prisma, antes elegante y sereno, ahora se mostraba como una criatura monstruosa que parecía haber emergido de las pesadillas más oscuras dispuesto a destrozar a los hermanos que se mantenían como un desafío. La máscara, eso sí, se mantenía como rostro de aquella criatura que había visto como su piel se había vuelto oscura y escamosa, cubierta de patrones irisdiscentes que reflejaban la luz de manera siniesta. Cuernos retorcidos se alzaron sobre su cabeza y sus extremidades se transformaron en unas amenazadoras garras.

ue el silencio invadió la pelea mientras los hermanos contemplaban esa grotesca escena, Ellie no dudó en recuperar su aspecto original, mostrando su brillante atuendo de heroína, que engrandecía su presencia y volvió a preparase para la pela, junto a su hermano. El combate se reanudó con una intensidad renovada. Ellie ahora imbuida con el poder del viento volaba como un misil en dirección al enemigo mientras Rafael, con un renovado vigor cargaba empuñando su espada en alto. Ráfagas de vientos y destellos dorados provocados por los golpes de la espada llenaron el aire mientras los hermanos luchaban contra un enemigo que contrarestaca con crueldad sus acciones. La pelea estaba pareja pese a que los hermanos mostraban una perfecta armonía.

La astucia de Prisma aún presente seguía siendo una amenaza y en un momento crítico, cuando los hermanos más cómodos se sentían sobre la batalla, hizo que Prisma lograse desatar un ataque que pilló por sorpresa a Rafael. Como si de una sombra veloz se tratase y antes de que pudiese reaccionar su hermana para cubrirle, Rafael recibidó una herida crítica en la parte baja de su torso, haciendo que este dejase caer la espada dorada que tenía en sus manos. Rafael no tuvo más remedio que rodar para recolocarse y retroceder, pues había resultado malherido y debilitado.

Con la preocupación de la herida crítica de su hermano en su mente, Ellie concentró la energía de los vientos en torno a su mano, creando un torbellino que giraba con gracia hasta acabar transformado en una katana hecha de puro aire. Con gracia y destreza, Ellie blandió el arma como lo hubiese hecho su propio hermano, lista para desafiar al monstruo y cubrir a Rafael. El nuevo arma de Ellie era capaz de moverse con una velocidad y precisión increíble, pero Prisma seguía sin resultar un adversario fácil. A medida que Ellie lanzaba sus ataques, Prisma respondía con movimientos ágiles para esquivar y contraatacar a la joven. La batalla se convirtió en un intercambio de golpes en el que uno de los dos resultaría ganador si asestaba el golpe mortal. El viento se enfrentaba directamente a la más temible oscuridad.

Con un gesto, Prisma empapó de oscuridad en forma de proyectiles el terreno de combate pero Ellie utilizaba más viento que combocaba para esquivarlos o lanzar por los aires los restos de ruinas que se precipitaban en su contra. No tardaría mucho más en ponerse en cabeza debido a que Prisma decidió cambiar la naturaleza del combate. El suelo comenzó a volverse inestable bajo los pies de ambos y este se desprendía. Los trozos de casa o ruinas cercanas comenzaban a flotar en el aire, llevándose a Prisma hacia lo más alto. Parecía como si en una isla flotante, más allá del alcance de los hermanos, quisiese huir Prisma. Ellie logró saltar hasta una de las plataformas antes de que Prisma definitivamente se fuese solo, pero antes de eso buscó a su hermano para que le acompañase.


Entonces, Rafael malherido e incapaz de saltar a la plataforma mientras esta se aleja del suelo extiendió la mano y la primera reacción de Ellie fue lanzar la suya para agarrarla y auparle, pero antes de que esta consiguiese hacerlo, Rafael respondió cerrando el puño en un gesto chocante, e impidiendo que su hermana le cogiese.

- ¿QUÉ HACES? DAME LA MANO Y TE AYUDARÉ A SUBIR, ACABEMOS CON ESTO. - gritó ansiosa la joven.

- No, - Rafael tornó su gesto a uno afable desde uno bastante fastidiado y furioso y no tardó mucho en volver a abrir su mano mostrando lo que en ella había en ese momento. - ahora te toca a ti, nuestro pasado te ha traído hasta este momento y el futuro espera que nosotros dejemos el listón bien alto para que ellos sean incluso aún mejores. Ser un Oinotna no consiste tan solo en representar con dignidad la grandeza de nuestra familia, si no en recoger el legado de aquellos que nos preceden y prepararlo para que quien coja nuestro testigo entienda la responsabilidad que hereda.

Sobre la palma de la mano de Rafael se mostraba una pieza de un puzzle, una pieza cualquiera.

- Es el momento de continuar el puzzle, no pidas perdón por no haber podido hasta ahora, tan solo esfuérzate en ser mejor, se que puedes.

Como si un calambre recorriese su cuerpo esta notó el impulso para mover su mano rápidamente,y recoger la pieza de la mano de su hermano justo antes de que la plataforma terminase de abandonar el suelo para pocos segundos después, unirse a una enorme isla flotante sobre la que esperaba Prisma, dispuesto a dar el golpe final a rival, pero no sería el único así.

Ellie Oinotna Maeger abandonaba la pequeña plataforma gracias a la cual había llegado arriba y se encontraba cara a cara contra el gran peligro que azotaba ahora mismo a la región, aquel que había manipulado a sus propios compañeros y que no dudaría por usar a Elisabeth o a Dealthie para su propio beneficio sin escrúpulos. Apretó con seguridad la pieza del puzzle para no perderla durante la pelea y cargó mientras Prisma hacía lo mismo. Estos serían los golpes que lo terminarían decidiendo todo.


La diferencia física era más que evidente, en lo que Prisma había recorrido la mitad del camino que les separaba Ellie llevaba un par de zancadas. El golpe del arma contra las garras de Prisma casi deja sorda a la chica pero esta no cedería, no era el momento. Con una fuerza descomunal el monstruo arrojó a Ellie algunos metros atrás pero esta gracias a su maestría elemental conseguía invocar el impulso necesario para mantenerse firme y ganar velocidad para volver a chocar su arma contra las garras de Prisma usadas de forma defensiva, que entraba tanto en furia que parecía que estuviese alimentándose de ella.

Y entonces Ellie rugió. El sonido de una leona amenazando a los enemigos de su manada fue emitido por Ellie mientras utilizaba toda la fuerza que le quedaba para apartar la postura defensiva de Prisma y dejar en evidencia una parte vital de su cuerpo, hecho que no dudó en aprovechar para volver a cargar el ataque apuntando directamente al pecho de Prisma mientras por el esfuerzo notaba como su cuerpo se resentía, si fallaba no tendría fuerzas para más, así que cerró los ojos y apretó el gesto con toda su alma, en la mente de la chica sabía que ese golpe tendría que haber sido el definitivo.

El morado de sus ojos se dejó ver instantes después. Prisma inerte, manteniéndose aún de pie porque la katana lo tenía ensartado en la mitad de su cuerpo. Ellie no resistió y soltó sin fuerzas su arma, propiciando que el monstruo cayese de rodillas ante ella. Su máscara se resquebrajó mientras su cuerpo se iba asentando en su nueva postura y esta no tardó mucho en abrirse por la mitad, como si la puerta a algo mágico y desconocido fuese. Una cegadora luz blanca no le permitía ver a Ellie lo que había allí dentro pero sí que consiguió distinguir algo: el hueco de una pieza de puzzle. Ese hueco que era de la misma forma exactamente la pieza que le había tocado tener en su mano derecha en esemomento.

Quizá el puzzle no lo terminaría ella, pero sabía que su aportación importaba. "Gracias por los consejos, entiendo la importancia de lo que queréis enseñarme. Rafael, mamá, papá, Beth, Lucía, Nayru, Michelle, David... Prometo que jamás dejaré de ser ambiciosa pero jamás olvidaré lo que he aprendido sobre la familia y la fuerza de la unión."

Y sin dudar ni un segundo más colocó la pieza en el hueco, encajando perfectamente para que la luz que sin piedad la cegaba ganase fuerza y todo fuese consumido por ella hasta que...


Hasta que despertase sentirse como si hubiese dormido durante décadas. Estaba en una tranquila habitación de hospital, con Kizaru en su misma cama durmiendo. Los primeros rayos de sol del amanecer adornaban la sala y cuando consiguió hacer acopio de algo más de energía comprobó que Lucía estaba descansando plácidamente entre ella y la cama donde estaba David, echada en un sillón. Justo su vista se topó con un calendario que marcaba un mes más tarde de la fecha en la que recordaba haber estado despierta y no tardó una figura, que salía desde la parte más oscura de la habitación, en llamar la atención de Ellie y David para recibirles de vuelta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario