12 feb 2015

XVI sesión de 2.0: Akshael en la cárcel, el desenlace del caos en Tilos y la charla de Barlis

La sesión comienza con Akshael siendo llevado a los calabozos. Tras bajar las escaleras que da acceso a la estructura subterránea, el paladín se encontraba con una serie de cabinas con unas señoras inaguantables cuya función era de preguntar datos de los presos y darle la ropa de preso y número de celda. Mientras lo hacía, Akshael notó como uno de los guardias le quitaba su capa y se burlaba de ella preguntando que que era esa mierda. El paladín furioso pero aún así callado vio como el guardia escupía sobre su preciada prenda y se la llevaba consigo fuera. A Akshael le fue asignada la celda 4-J, en el pabellón de mayor seguridad de los calabozos.


Le llevaron hacia allí y observó en qué situación se encontraban los demás presos. Conforme más recorría los pasillos, más desnutridos y deshidratados se encontraban. Algunos de ellos rogaban por comida pero los guardias rápidamente les acallaban a golpes. Una vez llegaron a su celda,

Akshael observó que el pabellón tenía hasta su propia caseta de vigilancia de lo protegida que era dicha zona. Le quitaron los grilletes y le empujaron hacia el interior de su nuevo hogar, el cual estaba ya habitado. Un sujeto le preguntó que qué hacia ahí un moreno como él.

Se trataba de un travesti con peluca rizada rubia, corset, medias y pelo, mucho pelo (en cara, brazos, pecho y piernas). El travesti, a pesar de desagradable a simple vista, se mostraba muy amigable con Akshael, bastante de hecho.



Minutos más tardes apareció el mismo guardia que le quitó la capa de los HH, para enseñarle un vídeo que había grabado.


En la grabación se mostraba su capa siendo literalmente apalizeada por un grupo de soldados: la pisoteaban, le daban codazos, le hacían slams como si de un combate de lucha libre se tratara. Hasta que el guardia que le quitó la capa abrió un bote de aceite, la mojó entera y encendiendo una cerilla lentamente, la sostuvo hasta que la soltó y... ardió convirtiéndose en cenizas.

El paladín se hizo amigo del travesti, el cual resultó que se llamaba Rudolph y ambos bailaron unos minutos. Pero el baile y la diversión duraría poco porque llegó hasta la puerta de la celda el líder del Gremio de Operaciones Especiales de Tilos, Schwarz. Schwarz se mostró muy simpático con Akshael, indicando que no tenía nada contra él pero que le habían asignado la orden de vigilar a la princesa en su habitación; Y que sentía toda la situación que se estaba dando y que pudiera llegar incluso a desencadenarse una guerra. Akshael lo entendía y ambos se estrecharon la mano ante la cordialidad presentada anteriormente. Pero fue en ese momento cuando Schwarz le tiró para que se pusiera cerca suya y le susurró "La princesa es mía".

A pesar de que Akshael tuvo varios minutos para pensar en todo eso, se le pasaron volando porque pareció que justo cuando se fue Schwarz sonaba esto:



Hacían su aparición 12 personas, las cuales entraron en el interior de la celda y rodeaban a Akshael. Se mostraban bastante serios con respecto al paladín. Rudolph les preguntó que qué hacían aquí pero casi ni le dio tiempo a acabar la pregunta cuando varios miembros de TTS le golpearon hasta pegarle una paliza y le aplicaron su finisher sobre la cama, partiendo la en dos. Siguieron caminando alrededor del que fuera su líder y capitán hasta que por fin el ex-capitán del grupo, que volvía a ejercer de cabeza de escuadrón, habló. Le comentó a Akshael que durante estos días confiaron en él como si fuera un hermano, que confiaron en él como líder para proteger al rey y a la princesa. Y que mientras ellos confiaban, él se aprovechaba de su estatus para irse a escondidas a la habitación de la princesa y llevar algo prohibido con ella. Y ahora toda esa confianza se había ido a la mierda y no sabían qué hacer. El rey les dio la orden de hacer lo que iban a hacer pero podrían llegar a dudar incluso si hacerlo de verdad... Hasta que escucharon lo que escucharon en la sala del trono, antes del beso a la princesa. Escucharon que Akshael dijo que el dragón estaba en la ciudad por su culpa. El mismo dragón que se ha encargado de que muchos miembros de TTS se quede sin familia, sin amigos... 

Y qué tenían que hacer ahora... Akshael apenas tenía palabras para los que fueron sus compañeros hasta hace unas horas. Se sentía culpable de verdad y les dijo que lo sentía mucho, que en ningún momento trató de que fueran así las cosas y que hicieran lo que creyesen necesario. El capitán le volvió a decir que ahora ya no tenían nada ni nadie en quien creer, que incluso el rey había perdido la confianza en ellos. E hicieron lo que debían de hacer: Pegaron una paliza a Akshael hasta que casi ni se podía mover y le aplicaron su finisher en su cama, partiéndose esta también dos. TTS se fue tal y como vino y dejaron a Aksahel allí sin mirar atrás.

Mientras tanto, el grupo se encontraba en el parque llevando a cabo su enfrentamiento contra el último grupo de "convertidos" que se encontraban en la ciudad de Tilos. Raenia asesinó a uno de los Protectores de manera que el ritual se interrumpió cuando ya casi estaba completo, pero eso no impidió que una criatura fuese invocada, una naga espiritual hacia acto de presencia en el escenario del cenador, donde se llevó a cabo dicho ritual de invocación. Raenia escapó de allí mientras que el resto de la guardia cargaba contra los pocos supervivientes que quedaban. El grupo luchaba ahora contra el monstruo y contra los tres Protectores que quedaban, los cuales estaban algo cansados ya para lanzar hechizos pero hicieron lo que pudieron. El combate aún así no tomó demasiada dificultad para el grupo, salvo por el hecho de que Ike casi muere (again) por una bola de fuego que lanzó uno de los Protectores en plan kamikaze. Cuando el monstruo murió, Raenia cometió el error de pisar el centro del circulo mientras seguía activo, lo que la llevó a viajar al plano del Elíseo, concretamente a la 4a capa. 

La pícara se encontraba en un islote rocoso en medio de un enorme mar durante un día soleado. Atónita, cogió un poco de tierra del suelo, la cual se esfumó como si fuese humo y acto seguido se guardo una piedra entre sus pertenencias. Después observó como muchos espíritus la observaban. Espíritus de campeones fallecidos que ahora descansaban en el enorme paraiso de Elíseo empezaban a percatarse de la presencia de la pícara y se acercaban a ella. Raenia estaba entre nerviosa y apunto de tener un ataque al corazón. Gritaba que la dejaran en paz  cuanto más se acercaban los espíritus. Al final ellos la rodearon y empezaron a acariciarla y abrazarla entre el ataque de pánico de la pícara. Su forma de ser entonces se vio transformada, todas las maldades que había cometido en el pasado producto de su codicia, pasaban frente a ella a gran velocidad. Allí fue cuando su forma de ser cambio, ahora era una persona más bondadosa, una Raenia buena.

Tras eso volvió al parque donde la esperaban sus compañeros. Lo primero que hizo Raenia fue pedirle perdón a Ike por todo lo que había hecho y se empezó a preocupar por el estado de los heridos. Tras todo ello, el grupo decidió que lo mejor era descansar antes de saber qué harían con respecto al tema de Akshael, puesto que estaban muertos después de todo el día combatiendo. Así que durmieron todos juntos en una habitación de la posada donde se hospedaban. No obstante, a Raenia le entró el mono de gazpacho y tuvo que encargarse de recibir su dosis diaria.

Mientras dormían, Gevrazad tuvo un sueño. Soñaba que se encontraba en un bosque tranquilo, alejado de todo el caos, polvo y sangre de la ciudad. Allí caminaba mientras sentía la brisa y escuchaba el sonido de animales y un riachuelo que no debía de estar muy lejos de donde se encontraba. Caminó hasta que escuchó una voz detrás suya que le indicaba que no siguiera por allí. Se trataba de una gnoma que Gevrazad conocía muy bien, Onel. Onel le decía que ese camino no era el correcto, que si seguía por ese camino sería herido, que habían personas que sabían lo que era él y que se encargarían de arrebatárselo por la fuerza. Cuando Gevrazad tuvo la oportunidad de hablar, la gnoma se disipó como si fuese humo y el entorno cambió, ahora se encontraba en el bosque pero durante la noche, no había sonidos agradables, solo oscuridad. Se vio las manos y observó unas escamas de color rojo brillante. Escuchaba gritos de personas que provenían de la dirección hacia donde él estaba andando hace unos instantes, pero en lugar de huir de ellos, lo que hizo Gevrazad fue correr a por ellos. Llegó hasta un claro donde había un grupo de hombres que portaban armas de fuego, pero había algo inusual en ellos. Cada uno de esos hombres tenían la cara de cada uno de sus hermanos: Akshael, Ike, Raenia... Gevrazad fue a hablar con ellos pero no pudo porque ellos le dispararon y despertó gritando.

Todos los jugadores se despertaron y hablaron sobre el sueño. Gevrazad se dio cuenta de que tenía contusiones en el torso como si las heridas de balas hubiesen sido casi reales. La situación se calmó más cuando Raenia les dio gazpacho a todos, pero provocó que Ike se volviera adicto a tal brebaje de los dioses. 

Pasaron más horas, durante la noche. Akshael apenas era consciente del tiempo que había pasado, se encontraba aún dolido emocional y físicamente por lo que había sucedido con TTS. Pero llegaron guardias indicándole que era hora de su interrogatorio. Le llevaron hasta la habitación en la cual le sentaron y le apresaron con grilletes. Esperó unos minutos hasta que entró la princesa acompañada de dos guardias y seguida de ella, el que se iba a encargar del "interrogatorio", el mismísimo rey de Aldmet.

El rey se sentó y los observó a ambos lentamente. A pesar de su mirada calmada se observaban destellos de furia en su rostro, pero no hizo comentario alguno todavía. Siguió mirando a los dos alternativamente hasta que decidió hablar.

"Cuando era joven, más o menos con vuestra edad, yo estaba con mi padre y el resto de la corte de viaje por el reino, por las tierras del Este afianzando relaciones entre los Idolaz y el reino de Bargskan para llevar a cabo futuras importaciones y exportaciones de productos. Yo estaba allí por puro protocolo, me aburría...

Un día, cerca de la ciudad de Suno conocí a una preciosa tabernera. Era joven y tan atractiva como encantadora. Así que mientras mi padre se dedicaba a tener reuniones largas y aburridas, yo me escabullía de mi habitación para estar con ella. Lo pasábamos muy bien, me enseñó el pueblo, el bosque, el arroyo... en fin, el lado más humilde de la vida. Yo que estaba acostumbrado a una vivir entre paredes de piedra, cortinas y pieles me sentía maravillado.

Y la cosa fue a más y empecé a enamorarme de ella. Lo que antes era el deseo de que mi padre terminara para volver a la capital y seguir con mi instrucción ahora era que se retrasara todo lo posible para estar con ella un día más. Perdí la noción del tiempo, los días se esfumaban, las tardes se pasaban tan rápidas que tenía que volver de noche a escondidas. Hasta que un día, pecando de mi exceso de confianza fui descubierto, no por un guardia u otra persona, sino por mi propio padre, mi madre, mis hermanos. Toda la corte fueron de caza con los altos señores como premio de unas negociaciones que consiguieron su fin. Y tuvieron que ir por el mismo camino que ella y yo...

La reacción de mi padre fue... fue... inverosímil. Me devolvió a la capital de inmediato, donde no podía salir del castillo bajo ningún concepto y a ella, no se que hicieron con ella pero nunca más volvieron a verla ¿No es irónico? El futuro rey de Aldmet preso en su propio castillo, sin poder llevar la vida que quería, sin poder estar con la persona que quería.

Estaba enfadado con mi padre, no le hablaba, no quería nada con él. Me dedicaba a mi instrucción tanto didáctica como de combate, me centraba en ello y acataba los protocolos que debía de afrontar sin quejas ni contemplaciones.

Años más tarde, cuando llevaba a cabo mis primeras responsabilidades de líder para mi futuro reinado, conocí a tu madre, Alanne. No era una hija de nosequé rey, no era una noble, no era una condesa, ni señora de unas tierras. Era una teniente, una simple y llana teniente de guardia. No tenía linaje, no tenía sangre real, no tenía nada que la diferenciara de un plebeyo salvo su cargo en la profesión que ejercía.

De nuevo me volvía a sentir vivo, me enamoré igual o más rápidamente que la última vez que lo hice. Ella me enseñó el valor de una batalla, de una batalla de verdad y no las mierdas de espadas de entrenamiento con las que me instruía en el castillo. Haciamos misiones juntos y yo solo buscaba una excusa para poder liderar un nuevo pelotón y así estar con ella. Pero sabía lo que iba a pasar, mi padre tarde o temprano se enteraría de lo que una vez más le ocultaba.

Así que no tuve más remedio que armarme de valor y tomar la iniciativa. Me presenté ante él con ella y le dije lo que sentía por ella. Que no quería un matrimonio concertado, quería vivir mi vida y vivirla junto a ella. Se quedó en blanco, todavía me acuerdo de la cara que puso pero inesperadamente, él aceptó y ella, una teniente con un sueldo de mierda heredó junto a mí un reino entero.

Yo... podría haber aceptado lo vuestro, chico. Se que no tienes nada, que por lo único que estás aquí fue porque Kengrey cierto día se fijó en ti y no en otro niño. Se que no eres tan diferente de lo que un momento fue mi mujer. Y se que estáis enamorados, lo se por tu mirada y por sus lagrimas.

Pero no así...chico ¿Sabes por qué mi padre me castigó la primera vez? No fue porque estuviera con una aldeana del tres al cuarto. No fue porque me distrajera de mis obligaciones... ¿Sabes por qué fue? Por vergüenza... Quedó en evidencia junto con mi madre, mis hermanos, el resto de la corte, los demás señores y los guardias.

Y tú... Akshael Oinotna, has hecho exactamente lo mismo."

Akshael no se encontraba furioso con el rey como de costumbre. En el fondo sabía que llevaba razón en lo que había dicho, pero no podía olvidar... Él... Su amor por Alanne estaba por encima de todo, de su orgullo y de aceptar que el rey tenía la razón total. El paladín dijo que era cierto que quizás las formas no fueran las correctas, pero que se sentía culpable en una cosa, que tuviera que haber alguien que respondiera por su acto personal y que por ello pudiera provocar una guerra. Por ello instó al rey en que le diera una segunda oportunidad, por el amor que siente a su hija, por la amistad que le une a Kengrey, que le diera una segunda oportunidad y que no habría malas formas, ni acto incorrecto ni palabras fuera de lugar, habría lealtad y compromiso.

El rey el cual parecía imposible de convencer, había logrado recapacitar. Estuvo apunto de perdonar a Akshael y que volviera a su labor junto a la de sus hermanos cuando llamaron a la puerta. Por ella entró un soldado indicando que habían registrado la habitación de la princesa Alanne y que habían encontrado su ropa, armas y máscara de Operaciones Especiales entre sus pertenencias. El rey cogió la máscara con toda la calma del mundo, como si el hecho de cogerla de manera normal fuese el desencadenante de una explosión de ira... Dijo que ella estaba allí, en el coliseo, con Akshael. Que era la princesa de Aldmet y que tenía ese secreto oculto; Y que Akshael lo sabía y por eso estaba con ella durante las jornadas en el coliseo. El rey echó atrás la oportunidad que le iba a dar y dijo que al amanecer saldrían en busca de Los Protectores del Ojo, los cuales actuarían como bando neutral y para evitar una guerra no les importaría sacrificar a uno por salvar la vida de millones. La princesa sollozó aún más fuerte y le rogó que no lo hiciera pero ya era tarde. El rey ordenó que se la llevaran a su habitación y que Schwarz la tuviera vigilada las 24 horas. 

Akshael volvió a su celda, con una extraña mezcla de odio, ira y parte de arrepentimiento. No sabía como ni cuando, pero se encargaría de sacar de allí a Alanne y hacer pagar a los que tenían pendiente de saldar su deuda, como al soldado que le quemó la capa o a Schwarz. 

No pasó mucho tiempo hasta que un extraño humo invadió el ambiente, los soldados del puesto de vigilancia cayeron dormidos y Akshael observó un punto naranja luminoso que se iba acercando. Cuando ya estuvo a una distancia visible, el paladín vio a su mentor, Fred Marc.


Fred Marc le comentó que se llevaba de ahí al príncipe antes del amanecer, no era prudente estar en Aldmet con un rey furioso con Taneir con el propio príncipe de Taneir como posible rehén. Comentó también que se llevaba a los hombres que habían traído a la capital por la misma razón. Y comentó que había una cosa más importante que debían de hacer por encima de aceptar el destino que le aguardaba a Akshael y era recuperar la carta. Le dijo que se avecinaban tiempos difíciles a él y a sus hermanos puesto que debían de aguantar una vida de fugitivos al mismo tiempo que encontraban a Bryan Tackle y recuperaban la carta, pero que alguien tenía que hacerlo y era su labor. Afirmó que sus hermanos eran libres de irse a Taneir si así lo deseaban pero que seguro que estarían dispuestos a rescatarle. Y por último, diciendo que quizás nunca más se volverían a ver, se estrecharon la mano y se despidieron.

El grupo se despertó debido a que Fred Marc llamaba a la puerta. Este pasó y comentó a los jugadores todo lo que le había dicho a Akshael minutos antes. El grupo estuvo de acuerdo con rescatar a su hermano y Fred Marc, aceptándolo, sacó su alijo de objetos el cual sirvió para que el grupo se abasteciera de recursos para el rescate. Fred les dijo que tenían de unas cuatro horas aproximadamente antes de que el rey se pusiera en marcha para llevarse a Akshael, y si eso sucedía sería casi imposible rescatarle.

El grupo debatió qué estrategia era la mejor para rescatar a su hermano y finalmente dieron con una idea que podría funcionar. Mientras que Raeric ponía una bomba en el hospital una fábrica, los jugadores aprovecharían la distracción para colar a un delincuente en los calabozos y así estar dentro. Raenia e Ike se disfrazaron con las pertenencias de dos guardias y se pusieron a ello.

Cuando se acercaban al castillo, había bastante movimiento de soldados saliendo y entrando de allí gritando que se había producido una explosión en el hospital de la ciudad. Los jugadores entraron finalmente en las mazmorras y a pesar de tener alguna que otra dificultad con los datos de Gevrazad, la infiltración había sido un éxito y se disponían a llevar al falso preso a la celda 3-D.

Tienen menos de tres horas para salir de allí...

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