19 mar 2015

Ganston Fertl, señor de Granja Fertl.

Piratas por el Oeste... y perros del rey por el Este... ¿Atraidos por un grupo de fugitivos? 

¿Se atreven a entrar en mis dominios para causar el caos? 

Yo, Ganston Fertl, señor de Granja Fertl y de los poblados cercanos, no voy a permitir tal ofensa a mi pequeño reino... y a mi futuro control total.




He permanecido inquebrantable ante todos los problemas que han asolado mi territorio, ante todos los contratiempos que han azotado mi ciudad y ante todos los obstáculos que me ha puesto mi familia.

He creado una ciudad, un complejo lleno de ideas que están creando las bases del futuro, un sistema de perfección para el progreso.

¿Creéis que me siento atrapado? ¿Acorralado? Piratas, perros del gobierno y vosotros, fugitivos... No tenéis ni idea de con quien estáis hablando... 


Mi ejército privado compuesto por mercenarios, que aman el dinero y yo les doy las riquezas que tanto ansían tener. A cambio, luchan por mí hasta la muerte. Perros sin honor convertidos en leales sirvientes bajo mi mandato.

Mi sistema impenetrable, mis factorías, mi industria, no solamente está protegida por murallas. No entraréis en mis dominios si yo no lo quiero.

Mis soldados mecánicos. Centenas de robots fabricados con un solo objetivo: Obedecerme. Probaréis sus capacidades de combate con un poder tecnológico inimaginable. Diseñados para aplastar cualquier ejército que se les ponga por delante.

Mis creaciones. Horribles abominaciones producto de experimentos fallidos e inestables, esperan ser liberadas en pleno combate; y tanto vosotros como yo contemplaremos las maravillas destructivas que son capaces de producir.

Mi guardia personal. A diferencia de otros ineptos que tienen su propia guardia formada por más de una decena de soldados, yo no necesito más que a dos, los Hermanos Ojseer. Guerreros juramentados que llevan siendo sirvientes hacia mi persona desde que alcancé la juventud. Imparables en combate e inigualables en sus técnicas marciales.

¿Inigualables? No, de hecho hay una persona por encima. Mi as en la manga y principal carta que me asegurará la victoria. Nadie, nadie podrá superarle...



- ¿Y bien, Kelebrus? Vienes hasta a mi despacho con esa joven y ¿Qué esperas que haga?

- Se que usted y yo ya hemos hecho negocios hasta hace poco y que ya ningún deber me ata a estar aquí, pero conoce la situación mejor que nadie y sabe que puede sacar provecho de esto.

Si, yo lo sabía. Sabía perfectamente que era mi momento, nada iba a poder detenerme y mi plan comenzaba a partir de ahora.

- Está bien, tú ganas. Haz lo que tengas que hacer y te pagaré bien. Tu ganas oro y yo gano lo que siempre he querido.

Kelebrus hizo una pequeña reverencia y se dispuso a llevarse a su prisionera, pero antes, Fertl se levantó.

- ¿Y como dices que te llamas, joven?

La chica estaba temblando pero Kelebrus le asintió en señal de que podía responder. Ella se giró asustada y dijo con tono leve.

- Lucilia...

- Bien, Lucilia. Si todo sale bien, tú estarás bien. Y contemplarás por ti misma el nacimiento de una nueva orden, de un nuevo sistema que cambiará toda Aldmet. Así que no hagas ninguna tontería.

- No lo hará -. Dijo Kelebrus y ya se terminaron de ir.

Fertl fue hasta su ventanal, desde allí observaba la mayoría de sus industrias y el cielo verde grisáceo por las emanaciones de gases de las factorías.

Mi imperio nace hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario