23 mar 2015

XXI, XXII, XXIII y XXIV sesión de 2.0: La obtención de los materiales, Akshael como nuevo Hijo de Hextor, Rot el Eterno y Granja Fertl.

La sesión comienza con los jugadores despertando en el lago donde previamente lucharon contra los Khuul y consiguieron el aceite de sus fauces. Tras despertarse todos, se pusieron en marcha para cruzar nuevamente el río (esta vez sin incidentes) y seguir atravesando el bosque para llegar a la zona rocosa donde habitan los buitres de necronato y conseguir sus plumas para poder volver al taller de B&D.

Durante parte del viaje no pasó nada destacable hasta que Akshael vio salir de entre los matorrales a Schwarz. Realmente todo lo que sucedía estaba en su mente pero no pudo evitar sorprenderse y gritarle como si fuese real, advirtiendo al grupo de su comportamiento extraño. Mientras que Ike intentaba detenerle, Akshael seguía recriminando la extraña aparición de Schwarz hasta que su cabeza implosionó y cayó inconsciente.

Minutos más tarde vino un niño al lugar donde descansaba el grupo. El niño vio que llevaban los monos de mineros y se fascinó por su trabajo. Tanto, que quería llamar a su padre (que era cazador) para que viniera a verles. Evolution decidió que lo mejor era irse pero Raenia se quedó para ver si el padre del niño podía ser de utilidad. Minutos más tarde apareció acompañado por su hijo, el cual se presentó ante Raenia y la llevó hasta su cabaña. Allí vio Raenia que el padre tenía el periódico donde salía el grupo como buscados por el gobierno, ella lo escondió con éxito y le pidió al hombre si podía darle algunos recursos. El cazador aceptó venderlo todo lo que necesitara por unas cuantas piezas de oro pero el problema llegó cuando el niño interfirió causando problemas a Raenia y esta se tuvo que deshacer primero del padre y luego del niño. Se fue de allí incendiando la casa, con las pieles de los huargos y caminando hacia donde se encontraba el grupo.


Mientras tanto, Akshael se encontraba en su subconsciente. Allí veía a Ike y Raenia con un comportamiento muy extraño e incluso, hasta tétrico. Sin embargo aparecía Alanne también ese lugar, que le decía que todo eso era una representación de sus pensamientos, de sus dudas; Por eso sus hermanos tenían ese comportamiento tan raro, porque Akshael tenía dudas de ellos, sin embargo Alanne se encontraba normal. También aparecieron luego Schwarz y Bryan y ambos prácticamente repitieron las mismas palabras que estaban diciendo últimamente, que Akshael llevaba apoyandose en ellos mucho tiempo y por ello ahora él no tenía nada de poder para proteger a nadie.

Akshael despertó, el grupo se encontraba descansando, por la noche. También llegó Raenia de su encuentro con el cazador y el niño. Todos juntos descansaron por fin en una noche sin ningún incidente y a la mañana siguiente reanudaron la misión de los materiales.

Llegaron por fin a las colinas, en el exterior del bosque, y concretamente a la parte donde se encontraban los buitres de necronato, que necesitaban para las plumas requeridas por Bronckerk. Llevaron a cabo un plan para atraer a uno hacia el bosque, pero vino acompañado por otros dos. Combatieron contra ellos con bastante eficiencia pero aún así cuando los buitres empezaron a volar tuvieron unos cuantos problemas: Darz Madal cayó desde una altura considerable tras estar preso por uno de los buitres, dejándole KO en el acto. Pero fue Ike el que, tras subir a un árbol trepando, luego cogiendo carrerilla en una de las ramas y saltando a por el buitre que volaba, se enganchó a él y le atacó con la mano que le quedaba libre, con su cadena armada hasta matarlo y así Evolution obtenía la victoria.

Con esto ya tenían las pieles de huargo (conseguidas por Raenia tras su encuentro con el cazador en su cabaña), el aceite de khuul (conseguido tras el encuentro en el lago) y las plumas de buitre de necronato (conseguidas justo ahora).

Por fin el grupo tenía los materiales para volver, pero no todo fue tan fácil. Cunado disponían a darse media vuelta para volver al bosque vieron figuras entre los árboles. Eran centenas de soldados dirigiéndose hacia donde estaban y cortándoles el paso. No tuvieron más remedio que camuflarse entre las rocas de los montes que tenían detrás e intentar perderles de vista.

Ya una vez en pleno terreno montañoso, Akshael divisó un cuervo en lo alto de una cueva, un cuervo que miraba al grupo impasible. El paladín sabía lo que significaba el cuervo, lo había escuchado en su cabeza varias veces en los últimos días. Esa voz le susurraba "sigue a los cuervos". Sabía que debía hacer. Cuando el ave empezó a volar hacia una dirección, Akshael decidió separarse de todos mientras el grupo se asentaba en una pequeña cueva para descansar. Alanne y los demás se alarmaron sobre el comportamiento del paladín, y más cuando últimamente había actuado de forma extraña pero él aseguró que se encontraría bien. Ike le dijo antes de irse que eligiera bien su destino, como si el guerrero pudiese intuir que algo estaba apunto de pasar.

Akshael siguió al cuervo durante unas horas, tanto se alejó el paladín que el paisaje era levemente diferente, con más vegetación entre las rocas. Al final llegó a una capilla frente a un cementerio que atravesó hasta que la silueta cuya voz le había estado hablando en los últimos días hizo su aparición. Se trataba de Orek, un sacerdote de Hextor que gracias a cierto amplificador mágico (la marca de Ike), había logrado ponerse en contacto muy fácilmente con el paladín para llevar a cabo su tarea. Tarea que según él, le impuso el mismo Hextor para llevarla a cabo. Orek le habló en el interior de la capilla sobre los pensamientos del propio Akshael, sobre las dudas que él mismo tenía acerca de su poder, el cual no era suficiente para proteger a Alanne y al final siempre acababa apoyándose en Hextor. Y que llegado el momento de la verdad, cuando sus hermanos tuvieran que depender de él para luchar o lo que fuera, él no podría por su falta de poder. Así que Orek le dio a elegir entre proteger lo que más quería, lo cual Hextor lo entendía porque él entiende que sus seguidores tengan algo que proteger como los vínculos creados por el amor; o elegir entre seguir con sus hermanos y soñar con que todo se solucione sin que tenga que hacer nada.

El paladín veía ante sí una imagen en la que Bryan Tackle avanzaba espada en mano, y él no tenía ninguna arma para defender a los dos bandos: El de Alanne y el de sus hermanos. Tras pensarlo, decidió actuar como un verdadero seguidor de Hextor y proteger a Alanne por encima de los demás. Orek, contento con su reacción, le llevó a la sala donde le revelaría la verdad.

Akshael se encontraba ante una sala de piedra en la que había un trono hecho del mismo material, en el trono había una túnica en un stand y una espada. Orek le comentó que en el pasado, mucho antes que los reinos existieran, mucho antes que todo, existía otro mundo en el que una vez llegó a exisitr una organización llamada los Hijos de Hextor. Por razones que no se saben, los Hijos de Hextor al parecer fracasaron en su cometido y el mundo cambió drásticamente. Ahora Hextor había elegido un nuevo sucesor para continuar con lo que una vez hicieron ellos. Un nuevo Hijo de Hextor nacía ese día. Vistiéndose con la túnica negra con bordados rojos y una H dentro de otra H y portando una espada negra con adornos y runas rojas brillantes, la Noche Carmesí; Nacía Akshael, el Hijo de Hextor. Orek ya había cumplido su cometido, su última misión. Al parecer su vida se había alargado de manera antinatural porque tras aceptar el joven la ofrenda de su dios, el sacerdote se echó en su propia cama para descansar por fin para siempre.

Akshael decidió volver y se mostró muy distante con Raenia que en ese momento aparecía porque fue tras el paladín para ver que había sucedido. La pícara, aunque extrañada, decidió no insistir más y tras eso, volvieron los dos junto a Alanne y Raeric que también habían decidido ir a buscar al paladín. Tras volver a la cueva el grupo decidió descansar no sin que antes notaran todos lo cambiado que estaba Akshael en actitud, la cual era más fría.

Al día siguiente, Evolution despertó tras escuchar las voces de unos soldados desde el exterior. Al parecer la patrulla ya había logrado llegar hasta la zona en la que se encontraban y junto a ellos estaba también Rot, uno de los cuatro miembros de élite del Gremio de Operaciones Especiales de Tilos. Rot dijo que se encargaran de asegurar la zona mientras que él comenzaba su ritual para localizar a los fugitivos. El grupo se apresuró en actuar rápido y meterse cueva dentro mientras Raenia se quedaba atrás para intentar distraer lo máximo posible a los guardias que también se dirigían hacia la entrada de la cueva. La pícara, aunque logró acabar con la pareja de guardias que iban a entrar en el interior, no pudo hacer lo mismo con el resto de guardias de la zona y tuvo que ir de nuevo hacia el interior. El grupo se apresuró hasta que llegaron una bifurcación, la cual usó Raenia y el lobo de Akshael para dirigirse hacía la izquierda mientras que el resto iban hacia la derecha.

Raenia logró salir sin problemas y depistar a los guardias que la perseguían pero el resto del grupo llegaron a una caverna donde habitaba una criatura enorme parecida a una araña que atacó tras minutos estando escondida pero al final cayó sin mayores problemas. El grupo salió de la caverna no sin antes rescatar a un joven Anklyosaurio que estaba preso entre las telarañas de la criatura. El Anklyosaurio, agradecido por su rescate, condució al grupo (en el cual ya había vuelto Raenia también) hasta el lugar donde habitaba su manada. Al llegar conocieron a un Lilcath, un poderoso guardian de la zona que había construido toda una selva para que los Anklyosaurios vivieran y todo porque estaba en deuda con las criaturas. Lilcath les agradeció que rescataran a un miembro de la manada y como regaló les dio al grupo unas cuantas provisiones en forma de bálsamos y utilidades varias. También los Anklyosaurios aceptaron que algunos de ellos sirvieran de montura para conducirles fuera de toda aquella zona para volver.

Y así fue, el grupo volvió a toda velocidad por las montañas rocosas, tanto que sorprendieron a los soldados que se encontraban por allí, los cuales no podían perseguir ni de lejos al grupo. Pero no se podía decir lo mismo de Rot, que se encontraba volando a toda velocidad hacia el grupo y estaba acortando terreno poco a poco. El grupo llegó al bosque y alli decidieron que lo mejor sería separarse: Mientras que Lucilia y el inconsciente Darz Madal se dirigían al lago, el resto se desviarian para luchar contra el miembro del GOET.

Ya una vez en un claro del bosque, Rot aterrizó y el grupo se bajaron de las criaturas las cuales huyeron de la zona de vuelta hacia su hogar. El miembro del GOET se comunicó con Schwarz mediante un disco holográfico y este dio la orden de que acabara con todos ellos menos con Alanne, y tras las provocaciones de Akshael, el líder del GOET le dijo a Rot que desatara todo su potencial desde el principio. Rot se arrancó la tela que le cubría la media cara y mostró ante todos como su otra mitad de cicatrices y quemaduras tenía también alguna que otra escama roja. Una segunda voz habló a través de él, su lado dracónico decía de acabar con todos ellos. Así pues dio comienzo el combate y el grupo tuvo ante sí uno de los encuentros más difíciles que han tenido jamás. Rot era un especialista del fuego, conjuraba bolas de fuego que seguían a sus enemigos lentamente pero sin detenerse y con sus garras de fuego tan condensado e incandescente que parecían estar hechas de algo sólido, atacaba con potencia. El grupo tenía serios problemas pero Rudolph decidió quedarse como objetivo de las bolas de fuego que seguían a todos para que así pudiesen luchar. Las bolas de fuego impactaron en el travesti derribandolo instantáneamente y cayendo al suelo. Parecía que Raenia, Akshael, Ike y Alanne ya tenían acorralado a Rot cuando este libero su última forma.

El fuego condensado con el que antes logró hacer las garras para atacar, ahora emanaba de su cuerpo rodeándolo por completo y creciendo cada vez más. El fuego tomó forma para mostrar al grupo lo que parecía ser un dragón incandescente. Lucharon contra ese dragón y aunque este era fuerte y lograba impactar con sus garras a Ike y Akshael, dejándoles al borde de la muerte, lograron acabar con él con un combo de ataques de las cadenas de Ike, que le rajaron el torso, Akshael atacó y parecía que acababa con él pero el dragón aún seguía vivo y arrasó al paladín, dejándolo KO y al borde de la muerte; pero finalmente, con el remate de Raenia, logró acabar con Rot. El dragón se deshizo como si de vapor se tratase y un débil Rot que apenas se mantenía en pie, estaba incrédulo por su derrota y decía débilmente "No puedo morir, soy un Eterno..." pero Raenia, poniéndole la daga le contestó "Hasta que nos encontraste..." y terminando de una vez con su vida.

El grupo consiguió los objetos que llevaba Rot y salieron de allí a toda prisa, pues la guardia se acercaba hacia el punto donde estaban. Raenia decidió quedarse para distraer a algunos de ellos ya que Ike transportaba el cuerpo inerte de Rudolph e iba con bastante lentitud. La pícara logró distraerlos lo suficiente como para que Ike y los demás estuvieran a salvo, aunque esta se llevó algunos balazos como consecuencia. Todos durmieron y al día siguiente llegaron al lago, donde se encontraron con Lucilia, la cual estaba muy agradecida de que regresaran todos aunque con la baja de Rudolph. Ike y ella decidieron darle un funeral digno, en el cual el guerrero le confesó que para él, Lucilia había sido mas que una simple guía por el bosque. En ese momento le dio el colgante que tenía de su clan de las montañas, para que se lo quedase ella como señal de que la luz azul de sus ojos, de su clan, seguiría con ella adonde fuera y de que Ike quería que siguiese el viaje junto a él. Lucilia dudó por la inseguridad que sentía hacia ella misma pero al final accedió y juntos se abrazaron contemplando el fuego que consumía el cadáver de Rudolph.

Tras volver decidieron reanudar el viaje y volver de una vez a Fertlania. Akshael decidió separarse del grupo montado en su lobo, con los materiales para llegar antes y que Bronckerk empezara a trabajar en el tanque lo antes posible, pero le saldría caro. Minutos después de adelantarse vio una explosión delante suya cuyo gas desintegraba las hojas de los árboles y los hierbajos. Intentó ir hacia uno de los lados pero ocurrió lo mismo, así hasta que se encontraba totalmente rodeado. Entre el humo veía una figura acercarse hacía él.


Kelebrus, un caza-recompensas se acercaba hasta Akshael mientras desenfundaba su katana. El paladín le avisó de que descubriría por qué su recompensa era tan alta pero Kelebrus no se dejó intimidar y chocaron sus armas. Akshael descubriría pronto que sus capacidades marciales no estaban a la altura de su enemigo. Kelebrus detenía los ataques del paladín y actuaba en consecuencia con potentes contraataques. Le dijo que él no estaba a la altura de que estaba portando y de que no era digno de enfrentarse a su katana, así que la enfundó y optó por luchar con su arma secundaria, el wakizashi.

Akshael, ofendido por las palabras y actos de su enemigo, siguió atacando para demostrar que él si estaba a la altura del poder de su arma pero fue de nuevo superado cuando Kelebrus creó un pequeño tornado tras atacar con su arma y cada halo de viento que azotaba a Akshael era como un tajo de un arma, cayendo al suelo completamente derrotado. Kelebrus se acercó para rematar la faena y así cobrar su recompensa, Akshael le detuvo preguntándole que jamás había visto a alguien luchar de esa forma y le preguntó que como podía un simple caza-recompensas con el potencial que tenía. Kelebrus dijo que era complicado y que el oro le serviría para limpiar su nombre y el de su hijo, que había hombres por encima a los cuales tenía que pagar.

Kelebrus se dispuso a rematar a un indefenso Akshael cuando un disparo del arma de fuego de Raenia desvió lo justo el arma para evitar que se clavase en la cabeza del paladín. El grupo y él hablaron del significado del honor por un periodo corto de tiempo y aunque Ike estaba deseando cruzar su arma con él, este les dijo que les darían una oportunidad más, por el poco honor que le quedaba. Tras eso lanzó una bomba cegadora que deslumbró a todo el grupo y cuando volvieron a recuperar la visión vieron como una aterrada Lucilia estaba apresada por él. Y tras decir "Id a Granja Fertl, allí nos encontraremos", este desaparecía sin dejar rastro. Ike se encontraba furioso pero impotente de no haber podido hacer nada por ella y el grupo tuvo que reanudar el viaje hacia Fertlania para conseguir el tanque de vapor e ir allí.

Una vez de vuelta al taller de Bronckerk, el enano, aunque sorprendido de la desaparición de Lucilia y el coma peligroso de Darz Madal, siguió con el acuerdo de ayudarles y se puso a dejar el tanque listo para que funcionase. Mientras, el grupo descansó en las camas del sótano y tras un pequeño incidente con el desayuno, se pusieron en marcha en el tanque para ir rumbo a Granja Ferlt, no solo por Lucilia, sino porque también necesitarían combustible MAX que les podía proporcionar el hermano de Bronckerk allí.

Y al ritmo de haze se pusieron en marcha a toda velocidad con el tanque. Akshael, que estaba al volante, destrozaba sin piedad los huertos de los granjeros e incluso vaciló a uno cuando salió furioso ante el grupo. El tanque se alejaba en el horizonte mientras la música sonaba al fondo, rumbo a Granja Fertl.


Pero cuando llegaron a Granja Fertl, el panorama resultó ser desolador. Lo que antes era una ciudad dedicada a la agricultura y a ganadería, donde campos de huertos se extendían como una capa verde por la tierra ante un cielo celeste... Ahora, con el mandato de Ganston Fertl, se encontraban ante campos muertos, donde pozas de agua sucia y de líquidos tóxicos adornaban la tierra gris; donde incontables chabolas se extendían por toda la periferia y la gente de allí, que habían perdido su anterior trabajo en el campo, no tenía dinero ni siquiera para salir de allí; donde las fábricas y la industria se han apoderado de la ciudad, dejando un manto gris verdoso en el cielo producto de la emanación de gases. El grupo había llegado a la nueva Granja Fertl.

Alanne, sorprendida por lo que era capaz de logar su padre por tal de llevar a cabo el progreso, se asqueó muchísimo de lo que tenía ante sí. Pero no podía hacer nada. El grupo escondió el tanque como pudieron en una colina y Raeric conjuró un hechizo protector que le avisaría en caso de que alguien intentara robar el tanque.

Entraron en la ciudad y observaron más de cerca la situación esperpéntica que les ofrecía Granja Fertl. La población muerta de hambre, apenas sin ropa y suplicando por un poco de agua. De espectáculos de música móviles que servían prácticamente para burlarse de los aldeanos más que para alegrarlos; de como vehículos blindados llegaban al centro de una calle y repartían comida de manera aleatoria disparándolas por cañones de aires sin preocuparse de que el reparto no fuera suficiente o injusto; o de como un par de guardias con tabardos negros en la cual había una gran F blanca se llevaban a una mujer mayor por la fuerza y tras la negativa de esta, decidían matarla y llevársela igualmente.

El grupo llegó al nivel de murallas que daba a la parte más humana de la ciudad, pero los soldados no permitían la entrada de nadie sin acreditación o que no pagara una cuantiosa cantidad de oro. Incluso Raeric no pudo conseguirlo y acabó siendo perseguido por los guardias después de que este usara su hechizo enajenador para dejar dormido a uno.

Así pues el grupo optó por otras vías para entrar y al final decidieron que Raenia entraría usando la túnica de Rot para hacerse pasar por miembros del GOET mientras que Alanne decidió que el resto fueran por las alcantarillas de la ciudad. Raenia, en el papel de Rouge, miembro del escuadrón de Rot, entró en la ciudad no sin antes descubrir que Schwarz se encontraba en la ciudad.

Una vez dentro, el grupo descubrió también que el hermano de Bronckerk está secuestrado en la parte industrial de la ciudad tras el segundo nivel de muralla, trabajando directamente para Ganston Fertl. Tras comprar algunas utilidades en el mercado, les llegaron una nota que indicaba que Lucilia se encontraba en el almacén nº 53 del distrito, y que puntualizaba en que Ike tendría que ir solo. No obstante decidieron ir todos juntos hasta la entrada del almacén. Al grupo les salió al paso unos cuantos guardias con el mismo tabardo negro que los dos que vieron anteriormente, que les impedían el paso a todos menos a Ike. El guerrero pasó y entró en el almacén.

Allí se encontraba todo oscuro hasta que una luz iluminó una pequeña zona, donde se encontraba sentado Kelebrus. El hombre le mostró a Ike a Lucilia, que se encontraba sentada unos metros atrás de Kelebrus, atada y con una bolsa tapándole la cabeza. Ike le exigió que la liberase pero Kelebrus dijo que no era merecedor de chocar sus cadenas con su katana, que antes tenía que vencer a otra persona.

Y sin previo aviso, una silueta femenina encapuchada, vestida con una armadura de cuero y armada con dagas atacó al guerrero por la espalda pero este logró defenderse hábilmente del ataque por sorpresa. No obstante, la encapuchada atacó tan rápidamente que hirió críticamente al guerrero, pero este no había dicho la última palabra ni muchísimo menos. Lucharon sin pausa, intercambiando golpes y usando el sujeto encapuchado bombas de humo para atacar por sorpresa a Ike hasta que este usó su ataque en salto para herir gravemente a su contrincante, la cual cayó al suelo malherida. Ike, que ya sabía que habia vencido, miró a Kelebrus pero aunque este le dio la enhorabuena por su victoria, le pidió más, le pidió que acaba con su vida. Ike no iba a hacer una crueldad así pero Kelebrus amenazó con acabar con Lucilia si no lo hacía.

El guerrero, aunque contrariado por no querer hacer tal acto, no quería perder a Lucilia así que andó hacia su rival, la cual no paraba de atacarle con dagas aunque su ataques eran tan débiles que eran fácilmente repelidos por Ike. Ya casi escupiendo sangre, la mujer encapuchada iba a volver a atacar pero este le pisó la mano diciendo que ya había acabado todo. Tras mirar una última vez a Kelebrus, alzó su cadena y se dispuso a rematarla cuando está miro al guerrero y...


Se trataba de Lucilia....

A Ike se le paró el corazón por un segundo, detuvo su ataque de inmediato. Lucilia se encontraba ante él, era quien le había atacado, quien incluso tras haber sido derrotada quería seguir atacando a Ike. El guerrero, en total estado de shock, la empujó hacia Kelebrus, el cual sonreía y le daba la bienvenida al mundo real, donde la felicidad no existe y si existe se evapora y desintegra con cualquier cosa. Ike, preguntándole que qué clase de persona era Kelebrus, que era alguien sin nada de honor, salió de allí, ganador del combate que había tenido pero derrotado emocionalmente por lo que acababa de descubrir.

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