9 jun 2015

El nuevo... ¿Elegido?

¿Qué era él? Pensó y afirmó que se trataba de un eco, de una esencia débil que permanecía aún en esta realidad hasta que se agotara. Un residuo... 

¿Pero realmente se trataba tan solo de eso?



- Una copa más...

- Enseguida, señor-. El camarero volvió a la barra para servirle.

Kpim observó el entorno. La taberna MEH se encontraba en una situación de aparente calma. Las tropas del capitán Maraad protegían muy bien el pueblo del avance pirata y por ello, aunque parte de la población decidiera viajar para evitar problemas futuros, el pueblo seguía teniendo sus habitantes que hacían sus vidas normales.

- Habitantes estúpidos que no saben hacer nada más que ser manejados como marionetas de este sistema oxidado -. Susurró Kpim. Las palabras le salían con un tono más grave de lo habitual.

Estos tres días de trabajo ya están teniendo consecuencias en él. Por lo pronto lo que hizo fue quitarse la cinta que llevaba en la frente y usarla para recogerse el pelo en una coleta. Pelo que por cierto, debido a los sacrificios se ha tornado levemente de un color pálido, casi de color tiza. Sus ojos presentaban unas sutiles ojeras, aunque él ya no necesitaba dormir, ni comer, ni respirar...

Tan solo tenía que esperar su momento...

Observó una vez más la taberna. Habían tres hombres de mediana edad jugando a las cartas. Siguió desplazando la mirada... Una mujer con sus dos hijos pequeños y alegres. Siguió recorriendo con la vista el lugar y avistó a los camareros y un individuo sentado en la barra, estaba armado.

- Nueve... Más que suficientes -. Se levantó y caminó hasta la barra.

El camarero que ya venía con su bebida le hizo una seña, pero lo ignoró. Caminó hasta la puerta de la salida hasta cerrarla; Él sabía que no iban a poder escapar pero quizás los gritos fuesen un problema, así que tenía que aislar el lugar lo más que pudiese. Los hombres que jugaban a las cartas y el camarero se le quedaron mirando. Kpim hizo el amago de volver a sentarse pero cuando pasó al lado del camarero desenfundó su mandoble y girándose rápidamente le cortó la cabeza de un solo tajo.

La mujer y los niños gritaron horrorizados, los hombres que jugaban a las cartas se levantaron aterrados, el individuo armado desenfundó la espada y fue a por él; Y el otro camarero intentó huir por la cocina, pero no pudo... Kpim alzó la mano apuntando al camarero que huía y este, de repente, no pudo moverse. Tras eso bloqueó el ataque del sujeto que tenía frente a él, se trataba de un guardia de la ciudad que llevaba su peto oculto entre la capa.

- ¿¡Estás con los piratas!? -. Gritó mientras volvía a ejecutar un ataque, que también bloqueó Kpim.

Él no contestó, estaba pendiente de los hombres y la mujer que estaban dando un rodeo al recinto para escapar por la puerta...

- Detenles... -. Susurró.

Cuando uno de los hombres estuvo apenas a un par de pasos de alcanzar la puerta, un individuo saltó por la barra y le apuñaló con un cuchillo enorme. Se trataba del camarero que intentó huir segundos antes. Ahora su rostro era totalmente distinto, con la mirada ida y la piel algo más pálida. Los demás aldeanos se pararon asustados al ver lo que había sucedido. Su terror aumentó exponencialmente cuando se dieron cuenta de que estaban acorralados en el reciento. El camarero se alzó y cuchillo en mano empezó a acercarse a ellos.

- ¡¡No tienes tiempo para mirar hacia otro lado!! ¡¡Muereee!! -. Gritó el combatiente que se enfrentaba a Kpim mientras realizaba un ataque horizontal.

No obstante, Kpim lo bloqueó sin dificultad alguna. Sus habilidades se habían potenciado muchísimo en tan solo tres días. Tanto había mejorado, que apenas prestaba atención al combate, estaba más ocupado mirando al camarero y concentrándose para usarlo en su favor y eso enfurecía a su contrincante.

- ¡¡No saldrás de aquí con vida, mald...

Kpim no tenía más tiempo para tonterías. Esquivando el ataque con mucha facilidad, contraatacó a su rival y rajó todo su torso con el mandoble, matando al hombre al instante. Tras eso, se acercó hasta donde se encontraba el resto del grupo de personas. A él le daba igual que estuviesen aterrados o suplicaran por su vida...

- Faltan cuatro... -. Susurró hasta que llegó al lado del camarero que controlaba.

Uno de los hombres que jugaban a las cartas, en un estado de pánico y locura cogió una botella de alcohol y la partió.

- ¡No pienso morir aquí! -. Gritó mientras cargó contra el camarero. Dicho ataque pilló por sorpresa a Kpim quien no pudo controlar a tiempo a su marioneta, el camarero. Este acabó apuñalado por la botella, cayendo al suelo y muriendo al instante mientras surgía un charco de sangre de su cadáver.

Tras eso, el mismo hombre se levantó y fue a atacar a Kpim con los ojos inyectados en sangre. Este no tuvo ni que ponerse en guardia, alzó su mandoble con una sola mano y lo movió como si fuese una pluma. La hoja acabó atravesando al hombre quien escupió sangre por la boca y su cuerpo ya inerte cayó al suelo.

Kpim miró su mandoble "Es todo lo contrario a lo que le pasaba a Akshael..."

Miró al hombre que acababa de matar, sonrió y luego observó a los miembros restantes que quedaban en una esquina, acorralados y gritando auxilio. El guerrero, dijo:

- Este es el comportamiento humano. Les da igual sacrificar a alguien realmente inocente -. Miró al camarero -. por tal de sobrevivir... No os asustéis, por favor, ESE es el pensamiento correcto. Ahora si sois tan amables... Sois una parte muy importante del futuro que tengo pensado constr...

- ¡Cállate, puto psicópata! -. Dijo otro de los hombres.

Kpim abandonó su tono de calma y serenidad, miró al hombre que acababa de gritarle.

- ¿Psicópata? ¿Te atreves a negar mi argumento...

Esta vez no hubo espadazo ni ataque visible. Simplemente el hombre estalló desde dentro, produciendo una fuente de sangre que bañó el escenario donde se encontraban... Los supervivientes restantes gritaron aún más aterrados pero no hubo más tiempo para contemplaciones, Kpim acabó con todos para terminar alimentado su espada por ese día. Aún quedaban la mujer y su hija, ellas ya sobraban pero habían visto toda la escena, habían visto su cara...

Kpim se acercó a ellas dos, la mujer protegió a su hija poniéndose delante, mientras no paraba de sollozar.

- Tranquilas, ya no me hacéis falta... Tú, niña... ¿Cómo te llamas? -, Preguntó mientras se agachaba.

- ¡Aléjate de ella, monstruo!

- Será mejor que conteste, o que lo hagas tú. Ya he dicho que no tengo la necesidad de mataros...

La mujer, aún inundada en el más puro terror no tuvo más remedio que responder.

- Se llama... Janna...

- Bonito nombre, Janna... -. Se levantó y empezó a andar hasta la cocina, para salir por la puerta trasera "A este paso no debe faltar mucho para que alguien llegue, o en el peor de los casos, para que llegue la guardia" -. Conocí una vez a un hombre...

"Parece que han pasado meses"

- ...Que intentó hacer lo que yo estoy haciendo, pero era débil para sostener esta carga... No obstante, me pareció divertido lo que hizo...

"Al fin y al cabo sigo tus pasos, maestro"

- ...Así que te dejaré vivir, Janna. A ti y a tu madre. Aseguraos de que se os grabe a fuego mi rostro y nombre... Lord Ashkael, el hombre que traerá el verdadero equilibrio al mundo...

"Y sin echarme atrás como él"

- ... Así que espero que viváis lo suficiente y nos volvamos a ver para que me deis las gracias por el mundo que os he traído ante vosotras... Nos vemos.

Tras eso, Kpim se marchó de la taberna ante la mirada en shock de la mujer y la hija. Por un momento pensó que quizás estaban tan aterradas como para haberle escuchado pero esperaba que sí lo hubieran hecho.

Abandonó la ciudad asegurándose de cubrir su rostro con la capucha. Escuchaba ajetreo detrás suya, seguramente la mujer ya había alertado a la gente de los alrededores o quizás ya habían llegado personas que escucharon los gritos en la taberna. Una vez fuera del pueblo, se refugió en un bosque cercano, soltó sus cosas en un claro, preparó una hoguera y montó su tienda para descansar. Pero antes de eso se sentó en la roca y miró el cielo nocturno, plagado de estrellas. Tras un momento susurró.

- Me incomoda que me observen, aunque seas tú...

- Lo siento, no puedo evitar ver en lo que te has convertido...

Delante suya apareció una silueta translucida de un hombre vestido con una túnica de Hextor, el hombre era mayor y su postura era un poco encorvada.

- ¿En lo que me he convertido? ¿Acaso no era lo que querías, Orek?

- Realmente sí... pero jamás había visto a un hombre sucumbir tan rápidamente al poder. Eres todo lo contrario a Akshael.

- Cuida tus palabras, fantasma. Hablas como si fuera un perro sediento que no le importa dejarlo todo atrás para conseguir una gota de poder...

- ¿Acaso no es lo que has hecho? Dejaste a tus compañeros que tan unidos estabais los unos con los otros...

Kpim desenfundó el mandoble y puso la punto a pocos centímetros del cuello de Orek.

- Ya te he dicho que cuides tus palabras -. Orek sonreía levemente, como si se alegrara de haber provocado a Kpim y este bajó el arma un poco -. A mi no me importaba nadie del grupo... Salvo Akshael... Y si siguiera vivo, también Kpam.

- ¿Sigues teniéndole aprecio?

- No... Es respeto. Él luchó con este poder por una causa que no se compenetraban entre sí ¿Fue débil? No... Simplemente él tenía alguien por quien luchar... Dijiste que Hextor entendía el amor y los vínculos que se forjan entre personas pero es mentira, el poder que concedes solo está al alcance de alguien que no tiene dichos vínculos. Si vuelvo a ver a Akshael será mi enemigo, pero eso no quita el respeto que siento por él por todo lo que ha hecho en el pasado...

Orek no dijo nada. Kpim bajó el mandoble hasta dejarlo en el suelo y se quedó mirando a la nada. Tras una pausa volvió a hablar.

- ¿Realmente tenías planeado esto? Me refiero a que estés aquí...

- No... Dejé un residuo mágico en el mandoble para guiar levemente a Akshael en su cometido. Pero por alguna razón...

- Por alguna razón tu esencia está volviendo y cada vez se está potenciando más -. Continuó Kpim. Eso a Orek le pilló desprevenido. Kpim lo sabía después de todo. -. No te preocupes, viejo. No te dejaré que absorbas mi esencia para alimentar la tuya... Eso implicaría que me podrías poseer y evidentemente... No te dejaré.

Orek siguió callado, con los ojos muy abiertos. Kpim sonrió, parece que había dado en el clavo. Al final el sacerdote habló.

- Me necesitas para guiarte en tu nuevo comet...

- Te equivocas. No pienso ser un Akshael al que puedas manejar como una marioneta. Cumpliré la ideología de Hextor... Pero lo haré a MI manera, sacerdote, ten eso presente... Así que espero que me ayudes a hacerlo, o si no, tendré que destruirte en cuanto encuentre la forma de hacer que desaparezcas del mandoble.

Orek no perdió en ningún momento el gesto de asombro que había adquirido en los últimos segundos... ¿Desde cuándo este ser insignificante ha adquirido tanta confianza en sí mismo? 

- Bien... Escucho tu propuesta... ¿Por dónde vas a empezar?

- Ya lo había pensado durante los últimos días. Tras darle vueltas y vueltas he llegado al siguiente dilema... Empecemos por el principio...

- Te escucho...

- Todo empieza por el paladín que era enemigo de Akshael...

- ¿Por él? ¿Qué tiene que ver en todo esto?


- Bastante. Akshael afirmó que en el pasado el paladín de Heironeous y él se encontraron en un templo de Hextor. Eso ocurrió en Taneir, por lo que podemos deducir que el paladín es de allí... Es más...Si no es de un reino ajeno a Aldmet toda mi hipótesis se irá a la basura...
El caso es que si es de Taneir ¿Cómo es posible que haya llevado su cruzada hasta aquí, hasta Aldmet? Es cierto que su causa es bondadosa y justa; y que muchos habitantes del reino le estarán agradecidos pero eso no quita el hecho de que ha entrado en territorio ajeno para llevar a cabo su cometido sin tener el beneplácito del rey...

- ¿Cómo sabes que no pudo haber hablado antes con Barlis?

- Porque según he estado escuchando durante mi época en Evolution, el padre de Alanne se ha vuelto loco y desesperado... Si alguien así hablara con un paladín tan poderoso como lo era él seguramente lo habría convencido para hacerle creer que Akshael era la fuente del mal en el reino y le rogaría que trajese su hija de vuelta... Pero nada de eso sucedió en las tres ocasiones que nos encontramos, siempre veía a Akshael como una amenaza pero siempre nos dejaba en paz al final... Su objetivo era otro...

- ¿Los templos?

- Exacto ¿Qué lleva a un paladín extranjero a entrar en tierras que no son de su jurisdicción? Algo secreto que tan solo unos pocos de su organización conocen... ¿Eliminar a todos aquellos que él considere escoria para liberar la población? Quizás... Pero entonces... ¿Por qué no empiezas por tu propio reino? Todos están infestados de locos ¿Por qué venir aquí? Él buscaba algo...

- ¿Algo?

- Dime... Orek ¿Qué artefactos usan los creyentes de Hextor? ¿Hay algún tesoro realmente importante, protegido, que lleve a un emisario divino a encontrarlo manteniendo todo encubierto?

Este tío... ¿Adonde pretende llegar?

- Muchos han sido los artefactos y tesoros que han usado los creyentes. Desde armas destructivas hasta poderosos cetros...

- No... Tiene que ser algo más... .Tiene que haber algo más... A partir de aquí las conjeturas se ensanchan tanto que es imposible de acertar. Es hora de actuar, tenemos que encontrar a ese paladín y sacarle información...

- ¿Y como pretendes encontrarlo exactamente?

- Hay dos formas.. Buscando los templos de Hextor que hayan en el Este de Aldmet, salvo lógicamente el que ya ha arrasado. En los mapas modernos no creo que aparezcan pero en algunos antiguos quizás estén todavía detallados...

- ¿Y la segunda?

- El paladín afirmaba siempre que acabaría con él... Pasara lo que pasara, veía la semilla del mal en su interior...

- ¿Te refieres a..

- Sí... A encontrar a Akshael y esperarle -. Se levantó mientras miraba al cielo.

Y bien... ¿Qué harás?

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