11 jun 2015

Por primera vez, entra en acción...

Desde pequeña le había gustado la vida fuera de la capital... Mas tranquila, más rústica y sin apenas gente. De no ser por las responsabilidades de consejera en Tydoras, Luriel viviría en las afueras, en uno de los poblados cercanos. Es más, si ella pudiera, llevaría a cabo su tarea en la capital y tras un duro día de trabajo iría a pasear por los campos cerca del poblado de Rayrd y finalmente a descansar en una humilde casa de madera con su propio huerto. Su vida era sinónimo de sencillez...

Ese día no tenía trabajo. Habían pasado tantas cosas los días anteriores que por fin parecía disponer un poco de tiempo para ella.


Con el rey y su corte fuera a saber de cuánto tiempo dispongo libre... No es que no tenga cero trabajo pero una consejera no puede aconsejar a un rey que no está... 

También tenía su labor de instructora, pero Suther insistió en enseñarle a los chavales de la guardia algo interesante, se los llevó a todos a una misión que parecía importante a priori: Una expedición a una cueva cerca del Bosque Denso, donde según los rumores habían hombres rata.

Este Suther... Siempre igual. Al final va a tener razón Sofía con respecto a él... Espero que no les pase nada o si no se la va a buscar...

Sonrió, le gustaba sonreír. Se encontraba en la terraza de una taberna del pequeño poblado de Rerid, mirando al campo, con la brisa refrescante acariciando su piel y cabello rojizo mientras tomaba un café.
Recordó tiempos pasados. Cuando entró en el consejo y se unió a la realeza, se acordaba de que se encontraba muy nerviosa y apenas podía hablar en las reuniones de las nauseas; También recordó cuando conoció y se hizo amiga de Sofía, su primera amiga en Tydoras y que acabó siendo la mejor de todas. De Suther y sus chistes que a ella no le ofendían, sino al contrario, disfrutaba viendo pelearse con Sofía en todo tipo de duelos. Desde los más estúpidos como ver quién bebía más hasta los más peligrosos como duelos reales; También recordó cuando llegaron esos tres que acabó instruyendo: Raenia, Akshael e Ike...

Por mucho que la hayan liado seguirán siendo mis alumnos preferidos de todos los que he tenido... 

Alumnos preferidos... a pesar de que cuando aquellos tres abandonaron la instrucción perdieron gran parte del contacto que tenían con ella y apenas tenían tiempo para simplemente pasear como hacían entonces. Realmente les añoraba, sentía un cariño especial que no se podía explicar con palabras del todo.

Quizás porque son bastante parecidos a mí... 

- Sabía que podía encontrarte aquí, señorita Fiert...

Luriel se sobresaltó. Estaba tan ocupada en sus pensamientos y recuerdos que una simple frase la pilló desprevenida y el susto provocó que derramara algo de café.

- Tranquila mujer jajaja... Anda que vaya oído tienes que ni nos has escuchado llegar.

Se giró mientras se limpiaba la mancha de café en la ropa... Se trataban de Brav Mauncil y Vance Tiver, dos miembros del consejo y este último, también instructor de la guardia. Brav iba con su aspecto informal de siempre, como si no se notara que es alguien tan importante dentro del reino: Vestido con camisa negra con una chaqueta sin mangas de color rojo encima. Su rostro presentaba un aspecto desaliñado como siempre, sin cuidarse demasiado. Vance en cambio era todo lo contrario a Brav: si Mauncil era despreocupado e informal, el hechicero iba con su túnica majestuosa de color rojo fuego con adornos negros cubriendo todo su cuerpo y su rostro visible mostraba un aspecto afilado y curtido.

- Brav, Vance ¿Qué hacéis vosotros por aquí? -. Se puso rápidamente de pie para recibirles pero eso provocó que golpease la mesa y se volviese a caer el café, Luriel maldeció en voz baja.

- Tranquila, tranquila Luriel jajaja.. Siempre tan nerviosa -. Dijo mientras rodeaba la mesa para sentarse en una de las sillas libres.

Vance en cambio no dijo nada pero con un simple gesto de su mano, el café "retrocedió" hasta volver a la taza, la cual se puso de nuevo de pie con su contenido dentro; y todo quedó limpio, tras eso, el hechicero se sentó y Luriel hizo lo mismo.

- Hemos venido a visitarte... Un rostro tan hermoso no se puede dejar de ver durante tanto tiempo... -. Dijo Brav con su sonrisa pronunciada y su gesto de confianza. Aunque a Luriel no le caía mal, le incomodaba ese tipo de bromas que hacía él, le daba grima.

- ¿Y bien? ¿Qué hacéis aquí? Se supone que tenemos el día libre...

- Vaya aguafiestas tía jajaja... -. Rió de nuevo y eso molestó aún más a Luriel. Era algo impaciente y quería saber ya de que se trataba-. En fin, el caso es que Fred Marc nos ha llamado a todos los consejeros, capitanes de la guardia y miembros de la guardia real para un... como decirlo...

- Para un interrogatorio -. Terminó Vance con tono serio y sin parar de mirar el horizonte.

- ¿Interrogatorio? ¿Por qué? ¿Es una broma todo esto, Brav?

- No, no. Para nada jajaja... Verás, él cree que... -. Bajó la voz para asegurarse de que nadie podía escuchar nada, aunque la terraza estaba casi desierta-. hay un traidor entre nosotros.

- ¿¡Qué!? ¿¡Qué demonios me estáis contando!? Y sobretodo... ¿Qué clase de consejeros sois que decís algo así AQUÍ? -. Saltó Luriel casi a voces. Miraba hacia todos lados: Ventanas, puertas... No sabía si era una broma o no pero desde luego no era algo que debiera escuchar ningún aldeano salir de los labios de un consejero.

- Tranquilaaaa joder jajajajaja... Lo he dicho en voz baja ¿no? pues ya está tíaaaaaaaa...

- No nos ha escuchado nadie. Me he asegurado de ello con mis poderes -. Dijo tajante Vance con su tono serio de siempre mientras seguía mirando al horizonte despreocupado-. Marc nos llama para que estemos allí dentro de aproximadamente dos horas. Iremos entrando por turnos para hacernos preguntas por separado.

- ¿En serio cree que hay un traidor? Joder... -. Dijo Luriel más calmada en su voz pero no por ello menos nerviosa en su interior. Es más, empezaba a notar los latidos del corazón en su interior-. ¿En qué se basa?

- No se, no se... Desde que ha vuelto de Aldmet está muy alterado. Se repetía una y otra vez diciendo que lo de la marcha del rey ha sido un error muy grave...

- Si, eso lo escuché. No se que esperaba que hiciéramos. Akshael molestó al rey Barlis y él lo ha tomado como una ofensa de nuestra parte. No esperará Marc que enviemos un mensajero para disculparnos ¿no? El rey Kengrey tiene que tomar responsabilidades.

- Eso es otra ¿Qué demonios se le pasaba por la cabeza a Akshael para hacer semejante locura? Jajajajajajaja... No digo que no pueda estar enamorado de la princesa Alanne Barlis pero joooder... En mitad de la sala del trono, sin que nadie lo supiera y delante de su padre jajajajajaja qué puto crack. Ojalá hubiera estado allí jajajaja...

- Silencio, Brav. Recuerda comportarte como lo que eres y no como un maldito crío -. Dijo Vance corrigiendo la actitud de Mauncil.

A Luriel siempre le fastidiaba la actitud infantil que tomaba a veces Brav, pensaba que quedaba en mal lugar el consejo con sus risotadas y bravuconearías... Pero esta vez... esta vez le tuvo que da la razón. Ella, que siempre se había considerado igual  a aquellos tres y... Ella, que siempre se había considerado una segundona en el reino incapaz de conseguir lo que quería... Cuando se enteró de que Akshael dio el beso a Alanne sintió.. felicidad. Lógicamente no lo mostró así durante la reunión que se llevó a cabo por tal acción pero ella se sentía féliz. Ver a Akshael, que al igual que los otros dos es un reflejo de ella misma y ver que tuvo el valor para pelear por lo que quiso le hizo cambiar de parecer en su forma de vida.

Yo también lucharé por lo que quiero y cuando volváis, os lo demostraré.

- Eeeeeeeeeeeeen cualquier caso... -. Dijo Brav mientras se levantaba y se estiraba-. Es hora de ponerse en marcha. Cuidado Luriel, no vaya a ser que cuando te levantes tires la taza de nuevo jajajajaja

- Cállate anda -. Dijo con una media sonrisa que no pudo evitar mostrar por todo lo que acababa de recordar -. Me gustaría antes hablar con la reina, a ver qué piensa.

- ¿Con tu tía? Ella aceptó todo lo que va a hacer Fred. Considera oportuna cualquier medida para combatir cualquier tipo de peligro que pueda poner en jaque la estabilidad del reino.

¿En serio? Mi tía está tan preocupada que ha aceptado la propuesta de Marc ¿Tan desesperada está?

Salieron de la taberna y se pusieron en dirección a la capital. A Luriel no le gustaban los carruajes, ella montó en su propio caballo y los otros dos como querían seguir conversando, no tuvieron más remedio que montar también para ir a la par.

- ¿Cómo crees que les irá a aquellos tres? Anda que ya les vale el no haber enviado ni una puta carta aún jajajaja

Luriel, que estaba al mismo tiempo feliz y preocupada, acabó sumando algo de enfado a su cúmulo de sentimientos. A ella les importaban esos tres pero por alguna razón u otra nunca enviaron una carta para informar de la situación, ni una misera palabra para demostrar que aún vivían...

¿Y si les había pasado algo? Hacía semanas que nadie tenía noticias de ellos en el reino... ¿Y si les ha pasado algo? 

IMPOSIBLE LURIEL, CALLA. Si los hubieran atrapado tendríamos noticias, a Barlis le encantaría hacer eco de que los han capturado y volver a tener su hijita sana y salva.

No os preocupéis Akshael, Raenia, Ike... Kengrey os apoya... El reino entero os apoya... Sed fuertes y venid cuanto antes. También apoyaremos a Alanne... Yo... yo estoy con vosotros.

Esbozó de nuevo una sonrisa. Todo saldría bien y eso la tranquilizaba. Pero el destino nos ha enseñado, joven aventureros, que la felicidad no dura demasiado en este mundo (LOL).


- ¿Qué coño es eso? -. Preguntó Brav extrañado.

Luriel se detuvo. Vance y Brav hicieron lo mismo. Un escuadrón de soldados se acercaban a toda velocidad montados en su caballo, provenían de la capital y...

¿Qué hace... alguien como él... Aquí? Si él está aquí significa que algo importante ha sucedido.

A Luriel se le encogió el corazón de los nervios. Dirigiendo la carga y montado en un caballo provisto de un blindaje poderoso, montaba el miembro más poderoso y más importante de la guardia del reino...

- Ese es... ¡Goldhiber!

Los soldados pasaron al principio de largo pero rápidamente se dieron cuenta que lo que hacían en realidad eran rodear a los consejeros. Goldhiber se acercó con su imponente armadura completa dorada.

- ¿Qué ocurre Goldhiber? ¿A qué se debe todo esto? -. Preguntó impaciente Brav.

- Señores... Tengo orden directa de Fred Marc de acompañarles a la capital.

¿Orden directa? ¿De Fred Marc? ¿Desde cuando él tiene potestad para ordenar a Goldhiber de forma tan contundente?

- ¿¡Qué ha pasado!? -. Preguntó asustada Luriel, alzando la voz.

- Tranquilizate Luriel, no alces la voz... -. Dijo Brav intentando controlar la situación.

Sin embargo, Goldhiber fue directo.

- La reina ha sido asesinada.

Luriel sintió que todo el mundo de pensamientos bien estructurados que tenía en su interior se derrumbaba de nuevo, como hacía años... 

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