11 ago 2015

El verdadero Señor de la Tiranía (parte III y final)



Los dos representantes, uno del bien y la luz, el otro del mal y la tiranía; Chocaron sus armas con un gran estruendo que daba inicio a la confrontación final entre ambos bandos. De sus mandobles surgieron ondas de fuerza por el impacto de las hojas que reventaron las cristaleras e hicieron temblar las columnas de la iglesia. Ambos se miraban. Las ondas que azotaban el lugar se mezclaron con los rayos, rojos y azules que destrozaban todo el inmueble y las ventanas que aún aguantaban la fuerza del choque.

- ¡Este es tu fin, Kpim! -.Gritaba Christian para que su voz se escuchara por encima de toda la tormenta de energía que liberaban las armas-. ¡Reniega tu poder oscuro y quizás puedas tener salvación como lo tuvo tu mentor!

- ¡No digas estupideces, paladín! ¡He visto más allá de la hipocresía de la luz que te rodea! ¡No pienso ser un engranaje más de este sistema de mentiras!

Y hubo una explosión cuya fuerza separó a ambos combatientes. Christian tuvo la suficiente destreza y agilidad para maniobrar en el aire y caer al suelo apoyándose con el brazo también. Sin embargo Kpim voló por los aires hasta caer en el suelo y la potencia del impacto continuó arrastrando al paladín de Hextor por la superficie hasta chocar con la pared de la capilla, la cual destrozó y varios escombros cayeron encima suya para sepultarle.

- Te has vuelto fuerte -. Dijo Christian tras incorporarse -. Muy fuerte... El mundo no podrá estar en paz mientras una fuerza oscura como tú siga viviendo...

Pero no hubo respuesta verbal de parte de Kpim. En cambio, su mandoble salió disparado desde los restos de ladrillado hacia Christian. La hoja estaba imbuida en una extraña aura negra e iba embalada como si de una flecha se tratase. El paladín de Heironeous no se esperaba un ataque así de repentino por lo que se vio obligado a esquivar el mandoble por instinto puro y porque no tuvo tiempo ni para alzar su espada para bloquearla.

- ¡Este es mi mundo! ¡Mi mundo! -. Gritó Kpim que aparecía corriendo desde los escombros. Christian se fijó que corría hacia él mientas hacía un gesto con la mano derecha.

- Eso es... Un símbolo divino... ¿Cuándo... -. Pero no terminó la pregunta porque se dio cuenta de lo que se trataba realmente. Se giró y vio que detrás suya surgía un tentáculo hecho de hebras de oscuridad. Dicho tentáculo se enganchó por el extremo al mandoble que lanzó Kpim antes para lanzárselo de vuelta al paladín. Christian, una vez más, no tuvo tiempo para reaccionar de otra forma que no fuese esquivándola, aunque esta vez lo hizo de manera más torpe, agachándose. Pero ese fue su error.

- ¡Te tengo! -. Kpim seguía corriendo hacia donde se encontraba Christian y ahora, el mandoble iba hacia él. El paladín de Hextor esquivó la hoja pero no la dejó pasar del todo. La agarró por la empuñadora para blandirla y continuar su carga. Ahora, con Christian desequilibrado y con la guardia baja, Kpim tenía toda la ventaja para atacarle sin que se pudiese defender. Alzó su hoja y realizó un corte descendente, que impactó de lleno en el paladín del bien provocándole una gran herida en su hombro izquierdo. Christian rodó por el suelo tras recibir el impacto y Kpim le siguió para continuar atacándole ya que no iba a desaprovechar la ventaja que había conseguido. El de Heironeous finalmente se incorporó lo suficiente para invocar un hechizo repulsor que pudo separar a Kpim lo suficiente. Ambos se quedaron observando aunque era Christian el que jadeaba con su mano apretando la hombrera que chorreaba sangre entre las placas metálicas.

- Desde que te vi en las afueras de Granja Fertl has ido de elegido divino supremo. Siempre creyendo ser el más poderoso. Por tu estúpida piedad soberana dejaste vivir a Akshael en numerosas ocasiones. Y por culpa de eso ahora estoy aquí, luchando contra ti. Si le hubieses ajusticiado jamás hubiera obtenido todo este poder. Tú eres solo un responsable más de mi transformación -. Kpim extendió los brazos como si pretendiera enseñar algo -. De la nueva cara del terror.

- He cometido muchos errores en mi vida... Pero perdonarle la vida a Akshael no ha sido uno de ellos. Ahora él es totalmente diferente a lo que fue, ha encontrado la senda de redención. Tú tan solo eres como la sombra de lo que fue él en el pasa...

- ¡Te equivocas! -. Interrumpió Kpim -. Yo soy lo que él fue pero jamás volverá a ser. Me he curtido en las artes del combate, de las bendiciones de Hextor... Pero también he ganado más poder del que puedas imaginar -. Y haciendo un leve gesto con su mano su piel emitió un tenue brillo oscuro.

- No puede ser... Ese hechizo... ¿Desde cuándo tú...

- He conseguido poderes que tu ni siquiera puedes imaginar... Me he curtido como guerrero en mi estancia en Granja Fertl y con Evolution... Me he especializado en paladín de Hextor desde que tengo esto -. Mostró su Noche Carmesí -. Y ahora... Tengo también los poderes más oscuros que un sacerdote de Hextor ha tenido. Soy el luchador definitivo... El elegido más fuerte que haya existido nunca...

< Necio...>

Christian inclinó la mirada hacia el suelo, resignado tras aceptar la superioridad en cuanto a potencial que mostraba Kpim. Pero el paladín había llegado demasiado lejos como para rendirse ahora...

- Jamás me he rendido en mi cometido y no lo haré ahora. Cuanta más luz haya, más larga será la sombra proyectada. Y por mucho que tu poder sea más grande que el mío -.Pasó su mano por el hombro y de pronto dejó de sangrar. Pero no era solamente sanación, su armadura se reparó del corte y volvió a su estado inicial-. Tu oscuridad nunca será más grande que mi luz... -. Y volvió a blandir su arma con las dos manos, apuntando a Kpim con la hoja como si fuese un proyectil. Su armadura comenzó a brillar con leves destellos azules e incluso su pelo y ojos tenían ahora también dichos destellos.

- Me encargaré entonces de exterminarla... -. Y Kpim se lanzó a por Christian con una poderosa carga. Tan potente era que allí donde pisaba se reventaba las losas del suelo, incluso las de alrededor. Christian esta vez prefirió no cargar también sino que esperó para interceptar el ataque. De nuevo ambas armas chocaron y la potencia del impacto fue varias veces más fuerte en esta ocasión. Algunas columnas del edificio fueron destrozadas y sus restos chocaban contras las paredes que temblaban como si no pudiesen aguantar mucho más -. Puño de Hextor -. Conjuró Kpim y de su mandoble surgió una onda de color oscura con brillos rojizos que Christian esquivó de nuevo por los pelos. La onda chocó contra la parte superior de la iglesia y arrancó de cuajo parte del techo -. El artefacto se queda conmigo, te guste o no.

Christian ni le respondió, tras zafarse del ataque de energía de Kpim, se revolvió para iniciar su contraataque. Por tercera vez chocaron sus armas pero el paladín de Heironeous no se quedaría ahí. Sosteniendo durante un momento su mandoble con una sola mano, llevó a cabo una serie de gestos con su mano libre y los ejecutó rápidamente. El suelo donde se apoyaban los pies de Kpim fueron transmutados y surgieron dos columnas que trataron de desequilibrarle y parecía que lo conseguía. Pero el paladín oscuro usó de nuevo su espada aunque en esta ocasión invocó una enorme mano esquelética que le ayudó a no caer y poder detener el ataque de Christian que de otra forma, le habría cortado de lleno. Kpim continuó usando la mano esquelética gigante para maniobrar y ponerla entre los dos paladines, su intención ahora era apresar a su enemigo con ella para rematarle. La mano se alzó sobre él pero Christian dio un gran salto para librarse de ella y preparar su siguiente ataque, en picado sobre Kpim.

- Demasiado lento -. Susurró Kpim viendo el salto del paladín. En el aire, Christian fue atrapado con varios tentáculos que preparó con antelación. El paladín no tuvo ni tiempo para sorprenderse por el plan de Kpim; Fue arrastrado hacia abajo y aunque se intentó defender con su mandoble fue atrapado por la enorme mano -. Te tengo -. Dijo esta vez en voz alta mientras daba un salto hacia atrás. Esta vez se aseguraría de que su Puño de Hextor fuera lo suficientemente potente para exterminarle... Y para eso tenía que tomar distancia para salvarse de la onda expansiva. Conjuró nuevamente el ataque y lo lanzó de lleno contra un indefenso Christian. La onda iba con tanta fuerza que hasta dividía el suelo de la iglesia en dos allí por donde pasaba.

Pero el paladín seguía sin querer darse por vencido. Usando sus aptitud de defensor del bien reventó la mano esquelética en las decenas de huesos que estaba formada y usó sus propias manos tratando de detener la onda de energía. Aunque si que evitó que estallase en él, la fuerza del ataque le arrastraba hacia el exterior de la iglesia y en cualquier momento donde sus fuerzas flaqueasen podía ser su final.

- No puedes ocuparte de tantas cosas al mismo tiempo, paladín -. Volvió a hablar Kpim sonriendo. Poniendo su mano en el suelo realizó un hechizo para controlar los huesos que estaban por el suelo tras haber sido reventados por Christian. Estos empezaron a alzarse sobre el suelo y fueron moldeados hasta adoptar formas puntiagudas. Rodearon al paladín y Kpim ejecutó el gesto final para que se clavaran en él. Christian no podía hacer nada para evitarlo puesto que cualquier movimiento supondría que la onda de energía impactase del todo y no podía ocupar sus manos en otro asunto. Las estacas óseas se clavaron por los hombros, brazos, espalda, piernas... Gritó de dolor y su fuerza terminó cediendo -. ¡Muere de una veeeeez! -. Y la onda le dio de lleno. Christian fue al principio arrastrado por ella y voló cientos de metros por toda la cordillera hasta que estalló en una de las montañas con una gran explosión que incluso oscureció el cielo por el contraste de brillo.

Kpim jadeaba considerablemente. No había llegado a su límite pero ejecutar dos ataques mágicos al mismo tiempo era demasiado para él aún, todavía no se había acostumbrado a sus nuevos poderes clericales. Pero mereció la pena, al fin y al cabo su enemigo era bastante poderoso. Sacó el colgante del bolsillo de la bolsa y lo observó detenidamente. Se preguntó por qué era realmente por lo que luchaba, qué poderes contenían en su interior.

- ¿Ha acabado, señor? -. Preguntó Reckael que aparecía por la parte trasera de la iglesia teniendo mucho cuidado mientras se asomaba.

Kpim no contestó, siguió mirando el colgante. De repente hubo un destello que no supo realmente donde vino. Y mecánicamente, como si lo tuviese previsto, se lo guardó de nuevo y volvió a blandir su espadón.


- Reckael, sal de aquí. Esto no ha acabado aún. -. El clérigo desapareció en un instante tras esas palabras de Kpim. Desde el exterior de la iglesia se acercaba Christian, el cual tenía su armadura casi destrozada y su cuerpo presentaba heridas y magulladoras por todos lados. Pero ni todas esas heridas provocaron que su determinación cayese... Seguía caminando decidido a seguir su camino de rectitud y en ese camino se encontraba Kpim -. Eres un hueso duro de roer. Es increíble que hayas sobrevivido a ese ataque...

Pero Christian no le hizo caso, siguió caminando mientras murmuraba:

- Soy el instrumento de Heironeous, mensajero del castigo divino del cielo -. Sostuvo su espadón con su mano derecha, en horizontal, mientras seguía caminando hacia la iglesia -. Mi deber es acabar con todos los herejes que renieguen u osen desafiar su palabra. Destruiré sus cuerpos profanos y adornaré la tierra con sus cenizas. Ahora, mi señor, dame la fuerza para cumplir tu voluntad, la voluntad de tus seguidores, mi voluntad... Que con tanto sacrificio nos entregamos a en vida y muerte para terminar con las abominaciones de este mundo... -. Su cuerpo empezó a brillar de forma exagerada. Kpim tuvo que poner su mano para evitar tal destello -. Amén -. Y entonces hubo una explosión.

Cuando se disipó el humo la silueta de Christian seguía brillando pero su aspecto había cambiado. Sus heridas desaparecieron, su armadura maltrecha y destrozada también lo hizo. Ahora su cuerpo estaba cubierto por un caparazón de energía brillante que actuaba como su nueva armadura, completamente distinta y muchísimo más exagerada pero majestuosa al mismo tiempo. Sus hombreras eran anchas y enormes, llegaban a la altura de su cabeza; La armadura continuaba también por encima de sus puños y era la propia energía la que sostenía su espada, ahora mucho más alargada y ancha, con una guarda también más grande y con el filo igual de brillante que su armadura; El yelmo ahora le cubría la cara por completo, sin rendijas ni nada parecido para que tuviese visión, era completamente plano y tenía un símbolo simétrico de un rayo siendo sostenido por un puño desde abajo; Unas runas de color azul brillante recorrían todo el torso de la armadura hasta las extremidades; Y tras la espalda tenía unas alas separadas de él con un círculo brillante en el centro de ambas. Kpim no pudo evitar su sorpresa.

- Tú... ¿Qué has... hecho? -. Preguntó abandonando el tono de superioridad de antes -. Realmente... ¿Realmente has abandonado tu esencia para convertirte en una herramienta de tu dios? -. Christian o lo que fuera el nuevo ser que tenía ante él no respondió, se quedó parado -. Ya no eres humano. Has sacrificado tu vida mortal para convertirte en un ser celestial pero algo así no está al alcance de nosotros ¿¡Qué has sacrificado, Christian!? -.Gritó de impotencia al notar que este no le respondía ni hacía ningún gesto en respuesta a las palabras del paladín de Hextor -. ¡Tanto que aclamas a tu dios y su bondad pero eso no se consigue solo sacrificándose uno mismo! ¿¡Has matado a personas!? ¿¡Sacrificado!? ¿¡Maldecido!? -. La mano de la espada de Kpim temblaba considerablemente. Su ira estaba a punto de rebosar. Tenía ante él la hipocresía de la que tanto habló Akshael al principio, de la que tanto le habían informado -. ¡A esto es a lo que nos referíamos! ¡Si nosotros hacemos estas cosas para conseguir un poder así es un acto oscuro y vil y sin embargo si lo hacéis vosotros... Si lo hacéis vosotros... Es por un fin bondadoso, lleno de gloria! ¡Eres igual que yo, eres un monstr...

Y Kpim calló. No pudo decir qué fue realmente pero algo impacto de lleno en él. Christian había ejecutado un ataque con su espada desde la distancia pero el paladín de Hextor no pudo identificar si se trató de una onda de energía, un choque de fuerza, si la silueta de la energía de la espada se estiró para alcanzarle o si fue un conjuro. Sucedió tan rápido que cuando se quiso dar cuenta vio como la sangre emanaba de su pecho como si fuese una fuente. Perdió sus fuerzas rápidamente y cayó al suelo sin resistencia.

- ¿Qué... -. Intentó preguntar Kpim pero la sangre emanó de su boca y ahogó sus palabras.

- Y ahora, mi señor, permita que quite una piedra más de su sendero de gloria -. Dijo Christian que se acercó a Kpim y alzó su arma para rematarle.

- No... Yo... -. Kpim intentaba expresar su fracaso pero ni siquiera podía... Todo el esfuerzo que había dedicado para llegar hasta este momento y fracasar.

Qué estúpido fui... Diciendo que era más poderoso que él solo porque absorbí los poderes de ese viejo inútil... Ni en este cometido he podido cumplir... Voy a caer... Aquí... Perdóname... Hextor...

Y la espada de Christian descendió en lo que pareció una eternidad, Kpim vio pasar su vida frente a sus ojos y vio demasiados fallos en ella, demasiadas cosas de las que arrepentirse... Ni siquiera en el final pudo decir que su vida había tenido sentido. Fue un fracaso... De principio a fin. La hoja de rectitud se hundió en el pecho del paladín de Hextor. Sus ojos se abrieron muchísimo... Para luego cerrarse lentamente.

Al final... Todo lo que veía era... Oscuridad...

< Necio e inútil... >

Y con el latido final de su corazón, sus ojos se abrieron nuevamente.

No sabía qué había pasado ni cuánto tiempo había transcurrido desde lo último que recordó, pero tampoco debió de tratarse de mucho cuando observó la situación que tenía ante él. Vio a un muerto viviente, un esqueleto que portaba un cetro y se levitaba varios centímetros por encima del suelo. Veía también un enorme destello blanco pero era frenado por una barrera que el esqueleto contenía a duras penas.

- ¿Qué.. Qué me ha pasado? -. Se preguntó Kpim mientras miraba sus propias manos.

- ¡Pensé que habías muerto, humano! - Gritó el muerto viviente con una voz grave y de ultratumba -. ¡Date prisa y sal de aquí con el colgante! ¡Yo le entretendré!

 Kpim seguía sin entender nada. Recordó que había muerto, recordó el dolor de la espada de Christian tras rematarle... Y él no había invocado ningún muerto viviente. Es más, él no podía invocar un muerto viviente con esas capacidades defensivas que estaba usando para detener el ataque de energía del exterior. Y por la sorpresa que había expresado el esqueleto, él no había hecho nada para revivirle.. ¿Qué estaba ocurriendo?

- ¡Rápido! ¡No podré retener su ataque mucho más!

- Tonterías -. Se escuchó decir a Christian y el destello se desvanació. Kpim vio que ya casi no había iglesia, tan solo quedaban unos pequeños muros en lo que era antes la zona trasera. El resto era ahora una montaña de escombros. Christian seguía con su forma celestial y se acercó hasta el esqueleto, el cual aún mantenía su barrera -. Un muerto viviente no va a poder detenerme ahora. Desaparece... -. Y tras hacer un gesto con su mano libre, el muerto viviente se desvaneció en la nada y acto seguido, la barrera también hizo lo mismo -. No se como has podido volver a la vida pero te mataré todas las veces que sean necesaria para llevar a cabo la obra de mi dios.

Alzó de nuevo su espada magna pero cuando ejecutó el ataque Kpim ya no estaba allí, había desaparecido también. El paladín de Hextor volvió a ver al esqueleto que le había ayudado antes. Reckael y él se encontraban en la cima de una de las montañas de la cordillera, probablemente no muy lejos de la iglesia aunque Kpim no la veía en los alrededores.

- Ha faltado poco -. Comentó el esqueleto que acababa de separar su mano huesuda del suelo -. Te he podido traer lejos de aquel... ser.

- ¿Quién eres tú? -. Fue lo primero que comentó Kpim preguntando sobre la identidad de su salvador e ignorando lo que estaba diciendo. El muerto viviente volvió a alzarse sobre el suelo levitando y agarró firmemente su bastón mágico.

- Soy Malthius. Un sirviente de Hextor que ha ido más allá de la vida mortal para seguir su fe ahora en la muerte. Fui liberado de la prisión donde me encontraba e inmediatamente me puse de camino hacia ti tras detectarte.

- ¿Detectarme? ¿Cómo? ¿Y qué sabes del colgante?

- ¡No hay tiempo, mortal! Nos hemos liberado de su amenaza pero él... -, Malthius le tocó con el indice óseo la frente de Kpim y este tuvo una visión de lo que el liche estaba detectando en ese momento: Christian volaba con sus alas divinas a toda velocidad por la cordillera y lo hacía en línea recta, como si ya tuviera un destino marcado.

- Él... viene... -. Kpim se encontraba en blanco. No tenía ninguna forma de responder al poder celestial que había liberado el creyente de Heironeous.

- Él ya conoce la esencia de tu alma, de tu espada, del artefacto... Podrá seguir sus auras allá donde esten. Tenemos que transportarnos lejos de aquí para ganar tiempo...

Kpim estuvo a punto de responder afirmativamente pero hubo algo que le impidió hacerlo. Se quedó dubitativo sobre qué había pasado para que no hablara e intentó responder de nuevo al liche que sí, que efectuara el hechizo... Pero nuevamente no pudo hacerlo.

- ¿Por qué? ¿Por qué no puedo hablar?

- Porque es lo que siempre has sabido hacer... Aceptar, acatar y huir... Siempre has hecho lo mismo.

Kpim cerró los ojos para mirar en su interior y ver de quien se trataba la voz que le había respondido en su subconsciente. Volvía a estar en el lago cristalizado donde reinaba la oscuridad.

- ¿Quién anda ahí?

Una figura se empezó a formar delante suya, como si fuese gaseosa. Kpim aún no distinguía quien era.

- ¿Quién eres? ¿Orek?

- ¿Orek? -. Respondió el sujeto que se estaba formando delante suya -. Qué nombre tan estúpido. La pregunta aquí es ¿Quién eres tú?

- ¿Qué? Yo soy Kpim. Este es mi cuerpo, esta es mi mente, este soy yo.

- ¿K...pim? ¿Lord Ashkael? ¿Quién de los dos eres?

Kpim se sentía confuso. No sabía quien le estaba hablando ni entendía nada, solo quería alejarse de Christian para poner a salvo el artefacto y ese sujeto no le dejaba.

- ¿De qué coño estás hablando? -. Respondió él con otra pregunta.


- Se quien eres. Conozco tu pasado, tu ser, tu esencia. Siempre has huido de los problemas, de las obligaciones, de tus responsabilidades. Desde que eras pequeño hasta hace unos meses cuando estabas con Evolution. Y ahora huirás nuevamente ¿Y tú te haces llamar elegido de Hextor? ¿De verdad? Un elegido que huye y huye y huye...

Kpim había sido golpeado moralmente en su máximo esplendor. Sabía que en el fondo llevaba razón pero...

- Él es más fuerte que yo -. Fue su respuesta.

- "Él es más fuerte que yo" -. Repitió el desconocido imitando su voz -. Claro que es más fuerte que tú. Él lo ha dejado todo por su fe, por ser una espada de su dios...

- ¡Yo también lo he hecho!

- ¿Ah, sí? ¿Lo has dejado... todo? Como ya te he dicho, se todo sobre ti y veo en tu pasado resquicios de tu antigua persona... De tu antiguo tú... Del antiguo Kpim... -. El sujeto borroso movió sus brazos y detrás de él aparecieron recuerdos de Kpim. Recuerdos de cuando él estaba con Evolution, junto a su gran amigo Kpam, su maestro Akshael y todos los demás que le dieron un vuelco a su vida -. Incluso ahí has seguido el mismo camino de siempre. La misma senda de fracaso que conduce tu vida. Te pusiste un nuevo nombre cuando los abandonaste, Ashkael. Pero es solo eso, un nombre. Sigues siendo tu mismo. El mismo niño asustadizo que huye de los problemas en lugar de enfrentarlos. Así normal que pierdas contra él.

Kpim cerró nuevamente los ojos para sumergir sus pensamientos en el pasado. Sintió... felicidad. Estar con Evolution fue de las mejores experiencias que había tenido en su vida. Ellos se enfrentaban a los problemas y salían adelante aunque la situación fuese desesperada o estuviese totalmente en contra. Afrontaban todo con felicidad y optimismo. No había ni un solo día donde no se rieran con alguna de sus bromas.

La verdad... Fue una buena época...

Pero mientras vio toda esa felicidad, alegría, empatía, amistad... También vio a su antiguo yo entre los miembros de Evolution. Vio como él quedaba relegado a un segundo plano mientras Akshael, Raenia e Ike resolvían al final todo. Como más de una vez tuvo que huir aceptando las ordenes de su maestro hasta el tanque para esperar allí a que pasara la tormenta de problemas que tenían encima...

Así... Así nunca... Podré avanzar... Ese ser... Tiene razón...

Kpim abrió los ojos, miró de nuevo a ese desconocido que tenía delante suya. Había aprendido lo suficiente de Orek como para saber que no tenía que fiarse de nadie más.

- ¿Quién...eres?

- ¿Aún no te has dado cuenta? -. Preguntó él. Su forma se estabilizó del todo para revelar su identidad. Kpim se quedó de piedra -. Soy... tú. Pero lo importante es... ¿Quién eres tú?

- Yo...

Kpim se vio a si mismo de pequeño. El niño que era entonces huía de su padre borracho el cual le perseguía para pegarle una paliza por defender a su madre cuando esté volvió a casa. Por aquella huida, su madre murió...

El entorno cambió y se vio ahora de adolescente. Su yo joven corría junto con algunos amigos que conoció en los suburbios de la ciudad. Habían robado comida del mercado y ahora escapaban de la guardia para volver a su escondite. Por su torpeza los guardias hallaron el escondite donde se encontraban sus amigos y amigas. Él pudo escapar pero los demás acabaron apresados o muertos, nunca lo supo.

Se vio cuando fue mercenario de Ganston Fertl. Nunca estuvo de acuerdo con las directrices que aquel hombre tenía sobre la ciudad, creando una desigualdad abrumadura y condenando a cientos, quizás miles de personas a morir de hambre o envenenados por los productos tóxicos de sus fabricas. Pero él nunca tuvo ni la valentía ni el poder necesario para hacer algo como lo que hizo Noz. Nunca se alzó contra el sistema de allí y por culpa de su cobardía murieron más y más cada día.

Ahora estaba en Villa Laneir. Había lo que en Granja Fertl no pudo hacer, un buen acto por el poblado, junto con su amigo Kpam y también Dalsen. Pero entonces aparecía Akshael para recriminarle por sus acciones. Kpim no pudo ni podía actuar por si mismo aunque con ello pudieran ayudar a muchísima gente. Incluso ahí, libre, con Evolution, se sentía cohíbido.

Y por último. Se encontraba en un pasillo que no conocía de nada, corriendo. Esta vez no se veía a si mismo, esta vez todo ocurría en primera persona. Él era quien corría sin parar, huyendo nuevamente de sus problemas, sin dar la cara, como siempre había hecho.

¿Quién eres tú?

Esa pregunta le resonó en su cabeza una y otra vez. Kpim paró y se giró. Vio de lo que estaba huyendo, de Christian. Él era su perseguidor. Él era la representación de todos sus problemas pasados: Su padre, los guardias que acabaron con sus amigos, Ganston Fertl quien le mandaba y maltrataba a los ciudadanos, Akshael que le comandaba como si fuese una herramienta más...

Kpim respondió finalmente a la pregunta.

- Soy... La herramienta de Hextor...

Su otro yo sonrió.

- Una herramienta no siente miedo, no es cobarde, no huye... Una herramienta es usada para su fin, para resolver un problema. Eso es lo que eres tú ahora. Eso es lo que soy yo. A partir de este momento no serás nunca más Kpim, no serás nunca más Ashkael. Tendrás una identidad propia, lejos del pasado de tus antiguos nombres. Ahora.. Ya sabes lo que tienes que hacer.

Sí. Lo sabía. Kpim ya sabía lo que tenía que hacer. Volvió a la cima de la montaña.


- ¿¡A qué esperas, humano!? ¡Rápido! -. Insistía el liche de nuevo para que aceptara el hechizo de teletransporte.

Ahora Kpim se sentía distinto, muy distinto. Ya no sentía sus latidos del corazón en la cabeza debido al estrés, ya no sentía su respiración agitada por los nervios. Ya no sentía el calor de la emoción del momento. Ahora sentía otras cosas. Sentía a Christian acercarse desde el sur. Sentía a Malthius, su esencia, su ser... Su por qué de su existencia.

- Dime, Malthius. Como liche que eres, tienes una filacteria a la que está atada tu alma ¿Verdad? -. Preguntó Kpim con un tono calmado.

- ¿Qué? ¿A qué viene eso ahora, humano? ¡Tenemos que darnos prisa!

- Contesta -. Insistió sin quitarle la mirada de encima.

- S...Sí... Tengo mi filacteria aquí -. Mostró una gema que sacó del interior de su caja torácica -. Si no me la hubiera traído no hubiese podido viajar hasta aquí.

- Bien... Gracias -. Kpim empuñó su Noche Carmesí y apuñaló a Malthius con ella, asegurándose de atravesar su filacteria. El muerto viviente no tuvo reacción alguna, en cuanto su reliquia fue atravesada se quedó quieto, como una estatua.

 - ¡Señor! ¿¡¡Qué hace!!? -. Preguntó Reckael sumido en la desesperación al ver lo que había hecho Kpim. Pero el paladín de Hextor no se quedó ahí quieto sin hacer nada. Llevó su mano hasta la filacteria y sucedió algo parecido a lo que ocurrió días antes con Orek.

- Tomaré tus servicios como fiel de Hextor para mi, Malthius. Gracias -. Agradeció Kpim al esqueleto inamovible que había allí -. Tranquilo, no destruiré tu esencia. Me encargaré después de hacer que vuelvas a la "vida". Reckael, cógelo y llévatelo lejos. Ahora.

El sacerdote estaba tan acobardado que incluso una orden ilógica como esa la aceptó sin recriminar. Todo lo que fuera salir de allí y alejarse de Kpim era suficiente para él si así se aseguraba de que salía vivo de allí.

- Tengo el poder de Hextor plasmado en mi ser y en mi espada, la Noche Carmesí -. Habló Kpim para si mismo cuando ya se encontró solo en la cima. Clavó su mandoble en la nieve -. También tengo el poder divino clerical que absorbí de Orek -. Y realizando un conjuro apareció una luz oscura en la palma de su mano -. Y el poder arcano que acabo de absorber de Malthius -. Y en su mano izquierda surgió una pequeña esfera que chisporreateaba sin parar -. Y... también...

Ya sabes lo que tienes que hacer -. Resonó en su cabeza como recordatorio.

Kpim rebuscó en su bolsillo y sacó el colgante que por tanto había estado persiguiendo. Esta vez no para observarlo y volver a guardárselo, esta vez se lo puso.

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Como un rayo blanco, aterrizó Christian en la cima de la montaña. Pero ante él ya no estaba Kpim como tal, aquello era algo desconocido para el paladín del bien. El sujeto era la contraparte de Christian. El paladín en su forma celestial tenía su armadura de energía brillante rodeando su cuerpo y el que tenía enfrente así lo tenía también, pero con muchas diferencias. Su esencia era vil, oscura, negra, rojiza, hecha de maldad... No se distinguía si estaba hecha de energía o de una intensa niebla de mal que rodeaba el cuerpo al que protegía. Sus alas no eran estáticas y blancas como las de Christian sino que eran varias hebras largas que se movían por si solas con total independencia.

- ¿Quién eres? -. Preguntó Christian extrañado por su "nuevo" enemigo, pero este no respondió. El paladín pudo ver la Noche Carmesí empuñada en su mano derecha -. ¿Kpim? ¿Pero qué...

- ¿K...pim? -. Respondió él con una voz muchísimo más fría y tenebrosa -. Un nombre del pasado.

- No se que te habrá pasado pero tu amenaza acaba hoy, engendro del mal. Este será tu último combate.

- ¿Com... bate? Ni... Siquiera... Habrá... Combate.

- ¿Qué... -. Pero Christian no pudo acabar la pregunta. Esta vez fue Kpim quien tomó de la cabeza al paladín del bien con una velocidad vertiginosa. Le llevó volando arrastrándolo por el aire hasta que lo tiró hacia arriba. Christian se estabilizó y se encaró con su enemigo que se encontraba debajo, pero cuando miró no había nadie.

- ¿Buscas a alguien? -. Escuchó detrás de él -. Puño de Hextor-. Christian intentó girarse pero casi no lo logró a tiempo. Kpim ejecutó el ataque de onda oscura que realizó en la iglesia pero esta vez sin ningún esfuerzo, sosteniendo la espada con una mano y arrojándolo, más grande y potente, como si fuese un soplo de aire normal y corriente. Christian pudo interceptarlo con su espada para evitar que estallase pero era tan potente que salió despedido junto con el avance de la onda.

- ¿Hechizos de teletransportación? ¿Pero cuándo? -. Se preguntó él con mucho esfuerzo mientras trataba de detener la onda pero no había forma de pararla.

- No es... Suficiente -. Dijo Kpim mientras veía como Christian se alejaba más y más -. Puños de Hextor -. Agitó su espada sin parar y múltiples ondas más rápidas fueron a acompañar la que ya estaba intentando frenar Christian. Cuando el paladín vio como todas ellas se fusionaban en un gran haz de energía reconoció que su poder celestial no era suficiente para frenar eso y tenía que salir de allí cuanto antes para esquivar el ataque. Pero como si lo hubiese escuchado Kpim, reaccionó para su siguiente ataque y repitió -. No es suficiente -. Y desapareció nuevamente.

Christian había sido arrastrado casi dos kilómetros de distancia con el avance del ataque de Kpim pero al menos sabía que si seguía así no estallarían a no ser que chocase con algún obstáculo detrás suya y como estaba volando sabía que no había problema con eso. Se concentró para usar un hechizo de invocación celestial que interceptase el ataque por él y así pudiese escapar. Pero...

- No hay escapatoria -. Volvió a escuchar detrás suya. Giró su cabeza para ver como Kpim se había vuelto a teletransportar con su hechizo arcano tras el paladín y tenía su espada puesta sobre su espalda y dispuesto a hacer lo que Christian pensaba que iba a hacer -. Puño de Hextor.

Una nueva onda surgió y esta vez por el lado contrario, de manera que todas las que había lanzado Kpim anteriormente chocaron con la que acababa de ejecutar y todas estallaron en una cadena de explosiones gigantescas, y todo ello con Christian en el centro. Kpim apareció en la cima de una montaña cercana y siguió observando como la enorme explosión se llevaba a cabo. Pero él sabía que ni eso sería suficiente para acabar con él. Voló para rematarle.

Christian se encontraba cayendo, con la mitad de su armadura disipada donde se vía su brazo desnudo y sangrando sin parar. Su energía divina había amortiguado gran parte del daño pero no lo suficiente y había perdido parte de movilidad. Herido e impresionado por tal nivel mostrado por Kpim, se apresuró por sanarse lo suficiente como para seguir peleando. Afortunadamente para el de Heironeous se dio cuenta de que su enemigo volaba hacía él para atacar de nuevo antes de que se curase pero Christian fue más rápido. Ahora si que pudo conjurar. Sacrificó otra parte de su armadura pero esta vez para potenciar su hechizo: La energía, blanca y pura se juntó en una enorme esfera delante suya para luego estallar y que surgieran cientos de seres celestiales que fueron a por Kpim. Christian sabía que las criaturas celestiales no serían rivales para él pero le darían el tiempo suficiente para sanarse y replantear su estrategia... O incluso huir.

- ¿Piensas que puedes salvarte con eso? -. Preguntó en voz alta el nuevo Kpim o cualquiera que fuese el que estaba en el interior de ese caparazón de oscuridad. El sirviente del mal se detuvo y conjuró con su mano derecha. Cuando ejecutó el hechizo, todas las criaturas celestiales desaparecieron de repente y se quedaron como al principio, los dos solos. Christian estaba totalmente impresionado.

- Eso era... un conjuro de destierro... Un conjuro divino. Pero eso y conjuros arcanos también... ¿¡Quién e... -.Y... De la misma forma que Christian dejó fuera de combate a Kpim en la iglesia, lo hacía esta vez el paladín del mal. Con un ataque que no se vio venir y mientras se curaba, recibió una estocada que atravesó todo su pecho y su rostro, que ya de por si expresaba sorpresa, se exageró aún más.


Christian por fin se dio cuenta de lo que ocurrió. Kpim había atravesado su torso con la Noche Carmesí. Estaba enfrente suya, mirándole con esos ojos del vacio al mismo tiempo que su armadura celestial se disipaba del todo. La sangre surgió de su boca y empezó a caer hacia el suelo ante la perdida de sus alas divinas. Kpim primero vio como cayó en un valle boscoso entre dos montañas y luego fue tras él, para seguirle.

- Sigues vivo -. Observó él al ver el cuerpo maltrecho del paladín en la nieve teñida de rojo a su alrededor por la sangre. La armadura vil comenzó a desaparecer, siendo absorbida por el colgante al final.

- No he podido cumplir... La voluntad de mi dios... He fallado... He... Caído...

- Debo felicitarte, Christian. El antiguo Kpim siempre había huido de los problemas, siempre había sido un cobarde. Tú has sido el primer problema que he afrontado de verdad, como la nueva persona que soy.

- No digas... Tonterias... Seas de Hextor... Seas de la semilla del mal... Tu eres... Kpim...

- No. Ya nunca más lo seré. Kpim ha muerto.

- Pues dame muerte a mi también...

Kpim se quedó allí, quieto, enfrente de Christian, viendo como se desangraba. Disfrutó del momento, de su victoria, de su nuevo ser. La herramienta sirvió a la perfección, tal y como se esperaba de él. Hora de vengarse.

- No... Después de todos los problemas que me has dado, lo último que te daré será la paz de la muerte.

- ¿Qué... No...

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Kpim se encontraba en la iglesia, o más bien lo que quedaba de ella. Pero no estaba solo.

- Espero que me puedas servir bien en tu cometido, Malthius. Incluso ahora con tus poderes mermados.

- No tiene por qué preocuparse de eso, señor -. Decía obedientemente -. Mi alma es suya.

- Buen trabajo por todo, Reckael. De no ser por ti jamás habría conseguido esto -. Kpim cogió el medallón del colgante -. ¿Qué harás ahora?

- Mi señor... Mi futuro lleva siendo incierto desde hace meses. Ahora con usted al menos tengo una meta definida... Deja que le siga y no le fallaré.

- Bien ¿Y qué me dices ti, Christian?

- Allá  donde vayas, allí estaré. Seré tu escudo -. Dijo él con una voz apagada.

- Perfecto. Ahora... Malthius, Reckael, Christian... Nuestro siguiente movimiento será...

Pero Kpim se vio forzado a interrumpir su frase. El colgante empezó a emitir un brillo a la par que un sonido agudo continuo. Kpim fue a coger el colgante igual de extrañado como lo estaba Reckael, pero entonces su cuerpo se retorció de un dolor inimaginable. Tanto que gritó sin parar mientras sus ojos se ponían en blanco.

Kpim vio como miles, millones de imágenes pasaban ante él a una velocidad alarmanete. Millones de vidas, de conocimientos, recuerdos y sucesos entraban en su conciencia y quedaban allí ancladas en el conocimiento del paladín. Todas esas toneladas de información dejarían inconscientes o incluso en coma a una persona normal. Pero Kpim aguantó y "solo" recibió un dolor y fatiga mental que se extendió por el resto de su cuerpo mientras gritaba y aceptaba lo que veía.

(Representación aproximada de lo que le está pasando a Kpim, poner a partir del 0:40)

Y de pronto, paró. 

Kpim se encontraba allí, quieto, sin decir nada. Malthael fue el primero que habló.

- El colgante jamás había presentado una propiedad así ¿Qué has visto, señor?

- He visto... Lo que tengo que hacer... Ya se adonde iremos.

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