24 may 2017

Herencia de dolor



De nuevo me levanté sobresaltado... Era la tercera vez que me desvelaba durante la guardia de Jack. Nuestras manos apunto de rozarse, cuando mi mano se disipaba convirtiéndose en polvo, a la par que sentía como caía en la mas profunda de las oscuridad, su rostro lloroso cada vez más y más lejos de mi; Y por mas que intentaba luchar contra esa caída para no alejarme de ella, al final siempre caía. Era inevitable.

Miraba mi mano, si cerraba mis ojos aun podía recordar su calor, su mirada pidiendo auxilio. Si tan solo hubiese sido mas fuerte... Si tan solo hubiera podido realizar un movimiento más... Ella ahora mismo estaría a nuestro lado. Junto a su familia, Evolution.

Las lágrimas de impotencia surgieron y recorrieron mi rostro ¿Acaso todo el entrenamiento, todas mis vivencias, no habían servido para nada?

Secando mi rostro, miré a mi alrededor. Akshael sin duda alguien increíble y alguien a quien admiraba. Consiguió hacer frente a un ser que tenía un aura similar a la de Albert Lerker. Jhin fue capaz de confiar en mi a la hora de salvar a la persona que amaba y se centró en cumplir la misión, alterando los terminales para rescatar a Alleria. Maief siempre dándolo todo por sus compañeros, y saliendo gravemente herida por nosotros... Y por ultimo Jack, aguantando y manteniendo nuestro medio de huida a salvo, incluso salvándonos cuando caímos al agua.

En el fondo de mi ser sentía que les había fallado, aunque no solo a ellos, a todos. De nuevo miré mi puño y volví a cerrar mis ojos.

- Esto no puede seguir así... -. Me dije mientras lo apretaba, prometiéndome a mi mismo que nunca mas volvería a fallar en una misión. Y por supuesto, la próxima vez me llevaría a Alleria de vuelta a casa.

Todo fue culpa de Lonzu -. Recordé.

Era cierto. Según lo que contó Akshael, fueron sus hombres los que provocaron la explosión y derrumbe del puente junto a los vagones traseros del tren, impidiendo que pudiese llegar hasta la Alleria que según su instinto supo que era la verdadera. Todavía no podía creer toda la historia que le contó días antes cuando se encontró con él mientras viajaba con Iris hacía el norte... Desde luego, era muy difícil de creer que el que fuese su mejor amigo en Gwynt, que murió y que le marcó para su camino para convertirse en Protector fuese realmente el culpable de todo lo que pasó por entonces.

- Y de todo lo que pasó aquel día -. Susurré -. Todo fue por su culpa... 

Y de pensar en él. mi mente se sumergió en una marea de recuerdos que no supe distinguir si era tan solo nostalgia o que había vuelto a quedarme dormido.

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Los rayos del sol empezaron a dar sobre mi rostro, el ultimo día de la semana comenzaba. Bajé de la casa árbol que tenía cerca de Iriaebor. Me acerqué al río cercano para asearme un poco y tras eso, puse rumbo al pueblo, como las ultimas dos semanas, esperanzado porque esta vez encontrara algún grupo de guerreros que no me rechazara; O al menos con unas pocas monedas de cobre para poder comprar equipamiento y empezar a hacer misiones, con una simple daga no llegaría muy lejos.

Era un pueblo donde no había nadie con mayor poder adquisitivo que otro, debido a que cada semana los soldados del fuerte Imlaris venían a por tributos por la defensa de este pueblo. Muchos aldeanos intentaban ir a hablar con el capitán del fuerte, pero todo el que salía, nunca regresaba. Por eso, habían aceptado que todos los lunes, aquel grupo de soldados vendrían a por el tributo y no harían nada para evitarlo.

Las calles estaban sumidas en el silencio de la madrugada, salvo por la presencia de algunas personas que iban a su negocio.

- ¡Anda! Jovenxito Xaineee.

Giré mi cabeza y pude ver a un señor mayor, regordete y sin apenas dientes.

- Buenos días, don Eustaquio -. Saludé cordialmente. Este hombre era el panadero de Iriaebor y por lo que parecía, llevaba tiempo viviendo solo. Lo único que se sabia era que su hija había desaparecido de forma desconocida hacía bastantes años -.Tan madrugador como siempre.

- Aroo ziquillo mieejeje... ¡A quien madruga, Friedor le ayuda! - Dijo riendo mientras seguía su camino. - Xaineee, recuerda paxarte lueo te tendrie un pan riquizimooo.

Este pueblo me hacía recordar como cuando vivía en Gwynt, todos se ayudaban unos a otros. Era más que un pueblo, entre ellos eran una familia. Cada viernes, todos los vecinos quedaban para realizar una hoguera en el centro del pueblo para comer, beber y charlar. Hasta los niños se agrupaban y jugaban entre ellos; Y cuando ya era tarde, se acababa el evento con un baile alrededor de la hoguera.

Proseguí mi camino, mi primer destino el tablón de la taberna. Muchos mercenarios pasaban por este pueblo de camino a la Fortaleza de Imlaris, o hacía la costa para llegar hasta Selgaunt, o cruzaban el río, hacia Praven. En este pueblo sin duda tenia muchas más posibilidades de encontrar a algún aventurero de las que tendría en Suno.

Cuando llegué a la posada, ya había amanecido totalmente. Pude vislumbrar a un grupo de tres personas encapuchadas con túnicas negras, ya marchando directo hacia el Bosque Azuial, fui a rápidamente hacia ellos.

- Disculpen, señores...

- ¡EEEEEEHHHHHH...! -. Gritó alguien que me metió un gran susto -. ¿¡QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA TENER EL ATREVIMIENTO DE HABLAR A LA COMPAÑÍA TANAKA CUANDO ESTA SALIENDO DE CAZERÍA, MOCOOSOOOOOO¡? -. Se trataba de un hombre pelón y con cara de pocos amigos -. ¿¡Y BIEN!? ¿QUÉ TIENES QUE DECIR EN TU DEFENSAAAA?

Me quedé perplejo ante tal energética contestación. Cuando de repente. un encapuchado, el cual lo único que se podía discernir en él eran mechones de cabello blanco platino, habló.

- ¿Conque “Compañia Tanaka”, eh? -. Después de esas palabras, golpeó con un libro sobre la cabeza del que gritó antes.

- Jejeje... Es que me sobresalto al ver a un renacuajo despierto a estas horas... Muajajajaja -. rió a carcajadas.
- No entiendo como puedes tener tanta energía siendo tan temprano... Sin duda, eres increíble. - Bostezando, el tercer miembro hizo acto de presencia, tenia el pelo grisáceo, ojos marrones intensos y un lunar bajo el ojo derecho.

- ¿Qué se te ofrece, chico? -. Preguntó el portador del libro.

- Esto... Mi nombre es Thaine y me gustaría que me llevaran con ustedes, me instruyeran para ser capaz de portar un arma decentemente y así convertirme en un gran guerrero -. Cuando ya había acabado de hablar, caí la en cuenta de que lo había dicho demasiado deprisa. Alcé mi mirada para ver si tenía respuesta.

- Ya veo, con que un joven aventurero... Esta bien, no tengo problema. Ven con nosotros, pero debo decirte algo: si no eres capaz de aguantar nuestro ritmo o nos entorpeces, te dejaremos atrás, joven -. Dijo a lo que inmediatamente asentí con mi cabeza y mantuve mi mirada inquisitiva, hacia la altura de su cabeza, para que se diese cuenta de que iba enserio.
- Jeje... A ver cuanto tiempo dura este... -. Dijo Tanaka.- En fin, joven discípulo... puedes llamarme ¡MAESTRO TANAKA, MUAJAJAJAJAJA!

- Vamos, Tanaka, no te comportes como un crío... Yo soy Sawi, encantado -. Se presentó con una sonrisa bastante amistosa.

- Soy Tidus, el líder de esta escuadrón. Espero que te hagas fuerte en nuestra compañía y en un futuro nos ayudes a acabar con los villanos que azotan este mundo -. Con estas palabras, empezó a girarse en dirección hacia el bosque.

Tanto Tanaka como Sawi, siguieron sus pasos. Y yo antes de dar el primer paso, respiré hondo.

- Al fin me hare mas fuerte, espérame Sumia.


Caminamos por los senderos del bosque Azuial durante dos semanas. En ese tiempo, estuve entrenando con Sawi y Tanaka, ambos con métodos totalmente diferentes entre sí. Mientras que uno me entrenaba para fortalecer mi cuerpo, Sawi invocaba criaturas y me hacia derrotarlas. Pero cada vez que derrotaba una, salia otra con mayor velocidad y fuerza.

- Esta bien, Thaine. Demuestra qué puedes hacer contra esta Vermis del pantano -. Dijo mientras ordeno a la criatura que me atacara.
Rápidamente, desenfunde mi daga y esquivé la carga de la vermis, siendo ahí cuando llegó mi oportunidad. Desde el lateral, conseguí impactarle con dos puñaladas certeras. La vermis desapareció tras eso. La velocidad de aquellos Protectores cuando le hicieron la prueba inicial hacía ya un par de meses, era bastante superior que la de aquel ser, de manera que no supuso ningún reto.

Una nueva vermis salió, pero con diferencia muchísimo mas rápida que todas las anteriores.

- Te confiaste jiji... -. Sonrió Sawi mientras la criatura iba directa a mi.

Por suerte, conseguí parar el ataque de la vermis con mi daga, aun así me hizo retroceder unos palmos. Aun estando desestabilizado, la vermis volvió a cargar contra mi. Entonces cerré mis ojos... Estaba sintiendo lo mismo que sentí cuando ese Protector me humilló en la prueba de acceso... ¡NO! Cambié la daga a mi mano zurda para así, con la diestra, agarrar directamente a la criatura por sus fauces. Aunque aquello provocó que perforase mi mano, pude mantenerla inmóvil el tiempo preciso para rematarla con la daga en la mano libre.

- ¡Guau! Qué habilidad, jovencito. Tienes buenos reflejos. - Elogió sin torcer su sonrisa.

- JEJEJE... ¡SIN DUDA SERÁS UNA GRAN FIGURA EN EL FUTURO, THAINEEEEE! ¡PERO AHORA LLEGA LA VERDADERA PRUEBA DE FUEGO! - Exclamó Tanaka mientras se levantaba de un salto -. ¡DESEARÁS NO HABERTE ENCONTRADO CON NOSOTROS! ¡VAMOS, MOCOSO!

Tras eso, miro a Sawi y este hizo aparecer un reloj de arena con su magia. Tanaka se tiró al suelo y empiezo ha hacer flexiones a una velocidad apabullante. Después de treinta segundos, el reloj de arena desapareció con un sonoro estruendo.

- Jejejeje... Cuarenta y ocho... Maldita sea ¡Aún no logro hacer sesenta! -. Jadeando pero sin dejar de gritar, se tiró al suelo para volver a coger aire. - Esta bien mocoso, te toca a ti... Demuestra de lo que estas hecho.

Tragué saliva y me puse en posición. En el entrenamiento con Elessia había tenido que hacer bastantes flexiones y abdominales, aparte de cargar innumerables cajas y pesas para fortalecerme de cara a la prueba de los Protectores. Sabía que podía hacer un buen numero. Con el sonido del reloj, comencé a hacer flexiones lo mas rápido que podía.

- ¿¡¡QUÉ COÑO TE METES, LOCOOOOO!!? -. Gritó un sorprendido Tanaka mientras se acercaba a mi -. ¡MADRE MIA CHAVALOTEEEE! ¡TREINTA Y OCHO MALDITAS FLEXIONES! ¡Y ESO QUE SOLO ERES UN RENACUAJO MUAJAJAJAJA... ! 

- Como te descuides Tanaka, vas a perder el titulo de MVP de nuestras batallas -. Comentó Sawi.

- Jeje... me dará igual perder... ¡PORQUE ÉL SERÁ RECORDADO COMO MI ALUMNO!.- Orgulloso, levantó la mano y apuntó con el índice al cielo.

Esa misma noche, tuve de nuevo una pesadilla la cual me atormentaba con mucha frecuencia, soñaba como mi pueblo ardía, como intentaba ayudar a mis padres, a mis vecinos y a mi mejor amigo, Lonzu.

- ¿Otra vez esa pesadilla?- Cuando desperté y me giré, vi por primera vez el rostro de nuestro líder, Tenia el cabello largo y blanco, una gran parche en su ojo izquierdo y el único ojo que tenia de un color amarillo miel.

Tidus estaba limpiando su arma, un arma que no había visto nunca. Él debió percatarse de mi mirada porque enseguida se refirió a ella.

- Es una katana, un arma preciosa y la vez letal, usada por samurais. Guerreros que ante todo protegen su honor y el de sus señores nobles -. La melancolía se notaba en esas palabras.

- ¿Es usted entonces un samurai?

- Quizás en una época lo fui... Lo estas haciendo muy bien en los entrenamientos, tienes mucho potencial. Pero ahora descansa, mañana tendrás que darlo todo y aparte avanzaremos más rápido.

Y así pasaron nuestras dos semanas de viaje, entrenando y caminando por el bosque, buscando a un famoso bandido. Hasta que en el día quince de nuestro viaje, cuando nos disponíamos a entrenar.

- Me temo que no podremos descansar hoy... - Puntualizó Tidus y con esas palabras, Tanaka y Sawi empuñaron sus respectivas armas -.  Rápido, poneos en posición, son bastantes... Y tú, chico, escóndete donde puedas y no salgas hasta que te avisemos. Date prisa.

Tras escuchar las ordenes del líder, me escondí entre unos arbustos cercanos mientras mis compañeros se ponían en guardia, Tanaka desenvainó dos espadas cortas, Sawi sacó un bastón y nuestro líder, su katana.

- Lo siento, grupito de mercenarios, pero os habéis equivocado de sitio para descansar...  – Una voz grave, pareciese la de un gigante, surgió del bosque. A medida que iba diciendo la frase, los arbustos se movían, hasta que al final se pudo apreciar la silueta del sujeto.

- Por fin tengo el honor de encontrarte, Padrino. Violador, ladrón y asesino. Tu cabeza tiene un jugoso precio.

Ya bajo la luz del sol pudo discernir por completo a aquel individuo. El tal Padrino medía más de dos metros, su piel era pálida, sus ojos azules y en vez de cabello, tenia cicatrices por toda su cabeza. Algunas cicatrices se podían apreciar como continuaban por su pecho desnudo. Pero lo mas destacable de este hombre era la sádica sonrisa y mirada que tenia.

- Ains... Siempre igual. De verdad, venís a mi bosque y me insultáis. Os buscáis que acabe con todos ustedes... Al menos esta vez se trata de un grupo bastante organizado, tenéis hasta un mago y todo jejejeje...

Acto seguido Sawi, que había estado conjurando un hechizo mientras el Padrino hablaba, lanzó su sortilegio a Tanaka y Tidus, fortaleciéndolos. Acto seguido,  conjuró otro hechizo que creó una gran nube de polvo, Tanaka y el líder se lanzaron a la nube de polvo. El sonido de las espadas chocando era lo único que escuchaba, mientras tanto otro conjuro estaba siendo preparado, pero de repente Sawi fue apuñalado por la espalda, justo en el corazón, por una joven chica morena, de cabello largo negro, y vestida con una armadura de cuero.

La nube de polvo se disperso. Tanaka había sido partido en dos y su cuerpo yacía en el suelo. El hacha a dos manos de Padrino estaba chocando con la katana de Tidus.

- Vamos, vamos, todo tu grupo ha caído. Tira tu arma al suelo y déjate matar.- Se burló entre carcajadas el Padrino.

- Te mataré ahora mismo, Padrino. Todas las atrocidades que has cometido acabarán hoy.- Con estas palabras realizo una maniobra marcial con su katana.- Te enseñaré lo que significa la justicia.

Tidus consiguió que Padrino clavara el hacha en el suelo y realizar un corte horizontal a la altura del abdomen. La pícara se disponía a marchar para ayudar a su jefe, pero tras lo que había visto, mi cuerpo empezó a moverse y saliendo de los arbusto con la daga en la mano, cargué hacía ella. Ella consiguió detectarme rápidamente, y desviar mi ataque. En ese momento, nuestros ojos se cruzaron. Era una mujer preciosa pero por su rostro, parecía que estaba sufriendo, como si estuviera haciendo algo que ella no deseaba. También sentí que la había visto antes, en algún otro lugar.

Igualmente, la vida de Tidus estaba en juego así que continué atacando sin cesar. Pero ella conseguía parar y desviar todos mis golpes, hasta que finalmente habló.

- Tendrías que haberte mantenido escondido hasta que nos hubiéramos marchado... Lo siento Con esas palabras, la joven esquivó mi ataque con un movimiento rápido y acrobático, colocándose en mi espalda y golpeando mi nuca. Todo se volvió negro entonces.
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Y con aquel golpe en la nuca, sentí un vuelco en el corazón y desperté repentinamente. Me alegró el hecho de comprobar que aún seguía descansando en el vehículo, junto a sus compañeros. A pesar de todo quería seguir allí, en el presente... No sumergirse en las tinieblas del pasado.

Porque a cada recuerdo que me venía a la mente, un fuego en mi interior se avivaba y se volvía más y más peligroso. Porque sentía que de alguna forma, las muertes de Tanaka y Sawi fueron por mi culpa, lo mismo que sentía por el hecho de que no estuviesen huyendo en el Raptor tras el rescate de Alleria. 

Pero no... No era su culpa esta vez. Podría ser más fuerte y más rápido en el futuro... Quizás la próxima vez sí que podría coger su mano y llevarla lejos... Pero no mientras Lonzu estuviese siguiéndome y jodiéndome la vida...

Aquello tendría que acabar de una vez. Apreté mi puño y miré hacía el techo del vehículo, jurando que le haría pagar lo que le hizo a mi familia, a mi aldea, y a la única mujer que de verdad había amado.

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