18 sept 2015

La fusión perfecta

-- Hace un mes --

- Hemos llegado... Ciudad Reouhnuo... -. El capitán desplegó un pergamino mientras bajaba del barco -. Recordad a lo que hemos venido aquí. Buscamos a esa persona...

- ¡Si, señor! -. Afirmaron sus hombres mientras permanecían firmes saludando a su capitán. Bajaron del barco tras él.

- Esta ciudad forma un enclave perfecto entre Bargskan y Gran Hiullal -. Comentó el capitán -. Y su localización cercana al río Teilisis y al Mar Blanco lo colocan como referencia para las rutas comerciales no solo de ambos reinos, sino prácticamente de toda la zona oriental del mundo. Tened cuidado, soldados, buscamos a "esa" persona... Traten de no dañar ninguna infraestructura.

Todos llegaron al muelle cercano al gran puente que conectaba la mitad norte de la ciudad con la sur. Las personas, habitantes de Reouhnuo que paseaban por allí se echaron hacia un lado tras ver semejante "espectáculo" tan extraño para ellos. Pero unos pocos se sorprendieron más que se extrañaron, reconocieron a esos hombres.

- Protectores... ¿Qué estarán haciendo aquí? -. Se preguntaban mientras les dejaban pasar.

Una vez subieron las escaleras de piedra que permitían estar a la misma altura que la zona más baja de la ciudad, el capitán dio la orden:

- ¡Dispersensé! ¡Encontradlo y capturadlo! -. Y todos se fueron en grupos de cuatro personas entre las distintas calles principales de la ciudad.

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- Joder, casi quince minutos para que salga el puto barco.. ¿Qué hago mientras? -. Se preguntó mientras se estiraba y bostezaba en el banco donde estaba sentado, que daba de cara al puerto de la mitad sur de Reouhnuo -. No... Noooooo... No aguanto más, joder.

Pero no tenía más remedio. Observaba mientras a unos niños que jugaban con una pelota hecha por ellos mismos. Obviamente la pelota dejaba mucho que desear y se notaba por sus caras que se sentían algo decepcionados e impotentes por no poder divertirse con algo mejor.

El daño colateral de una ciudad tan importante comercialmente. La visitan tanta gente y se producen tantos negocios aquí que la distancia entre ricos y pobres se acrecenta todavía más.

Se levantó y fue hacia ellos. En uno de los tiros de los chavales, interceptó el balón con las manos. Los niños quedaron intimidados al ver lo que sucedía, incluso algunos se asustaron y se fueron a esconder.

- Eh, eh... Parad. No voy a quitaros el balón -. Lo puso en el suelo y efectúo su conjuro. Eso asustó aún más a los chavales pero tras unos segundos se dieron cuenta de lo que había pasado. El balón cambió su forma hasta ser uno con el que se podía jugar perfectamente -. Aquí tenéis... Jugad y divertíos -. Y les devolvió la pelota.

Uno de ellos dijo timidamente.

- Gra...Gracias, señor.

- No es nada -. Comentó él sonriendo. Pero rápidamente borró su sonrisa del rostro. Había advertido algo inusual. Unos hombres con uniforme distinto al que usaban los guardias de la ciudad pasaron corriendo por una calle que se encontraba en un tramo superior al donde se encontraba. Se pegó a la pared todo lo que pudo para conseguir así que con el ángulo de visión no tuviesen forma de avistarle.

- Protectores...

Los niños se quedaron mirándole de forma extraña.

- Seguid, seguid jugando... -. Sugirió él como si no estuviese pasando nada.

- Curiosa forma de esconderte de nosotros... -. La voz provenía de su derecha -. Te encontré... Raeric Maeger.

- Vaya... -. Dijo Raeric separándose de la pared -. Tú... Por tus ropas... Debes de ser el capitán del escuadrón ¿Cómo has dado conmigo?

- Es sencillo... -. El capitán, cuya ropa no difería del estándar de los Protectores (túnica azul oscura con adornos de diversos colores según la preferencia de cada uno, en este caso rojo), alzó la mano hasta llevarla a su nariz -. El olor...

- Joder... Que anoche no me pude duchar porque la posada donde me hospedé tenía baños comunes y como que no, abe.

- No... No ese tipo de olor... He captado tu aroma de... Querer huir. -. El capitán, a diferencia de lo que Raeric estaba acostumbrado a ver, llevaba un arma extraña en su espalda. Parecía una maza metálica pero era alargada hasta parecer casi una lanza y la zona de golpeo, la más ancha, comenzaba desde la mitad de la vara.

- ¿Qué... coño? En fin... Ya estoy acostumbrado a tipos raros... -. Raeric empezó a estirarse, calentando para su inminente enfrentamiento -. Total... Esto no durará mucho.

- No seas arrogante. No vencerás en poco tiempo -. Aclaró el capitán de los Protectores mientras cogía de su espalda su extraña maza.

- No... Te logre vencer o no... Cogeré ese barco.


- ¡Eso será si puedes! -. Y su enemigo cargó sujetando su maza con ambas manos. Los niños corrieron tras ver al extraño hombre cargar a toda prisa hacia Raeric.

El Capitán saltó y efectúo un ataque vertical. Raeric consiguió esquivarlo sin problemas y el ataque impactó en el suelo ocasionando un buen destrozo que levantó una capa de polvo.

- Con ese tipo de ataques, no me lograrás vencer -. Se confió Raeric. Pero en ese momento ocurrió algo inesperado -. ¿Qué cojones....

- Je... Lo importante de mis ataques no es el impactar o no... ¡Lo que importa es si lo escuchas! -. Raeric cayó de rodillas mientras se apretaba sus oidos -. Soy Gared, Capitán de los Protectores del Ojo y mi especialización son los sentidos... Vista, Olfato, Oído, Gusto, Tacto... Puedo manipularlos todos... ¡Estás acabado! -. Y fue a cargar una vez más para dejar K.O. a su oponente.

- Ya veo... Así que manipular los sentidos ¿Eh? -. Escuchó Gared detrás suya. Se giró sorprendido y allí estaba Raeric -. Entonces no es diferente de lo que hago yo, en parte...

- ¿Qué... -. Gared se giró para ver al Raeric que estaba sufriendo en el suelo, este desapareció en un instante -. ¿Una ilusión? ¿Pero cuándo?

- No, no, no... Un artista jamás desvela su secreto para crear arte... -. Y esta vez fue Raeric el que cargó contra su oponente.

Gared lanzó un ataque horizontal que el bardo esquivó fácilmente para ubicarse en su espalda. Aprovechándose de que gracias a la inercia, su rival no iba a poder defenderse, Raeric preparó su bota izquierda, la cual brilló tenuemente.

- Es el fin... Capitán de los Protectores -. Y efectuó una patada que impactó en toda su cabeza con la bota que brillaba -. Duerme y déjame en paz...

Pero Gared no cayó al suelo. En el último momento logró sacar fuerzas de flaqueza para seguir de pie.

- No me tomes a la ligera... No voy a caer con un ataque tan simple... ¡No me subestimes!

Raeric se quedó bloqueado por un segundo. No por la capacidad que tuvo su rival para bloquear el efecto somnífero de su hechizo, sino porque recordó que no podía cometer más fallos así de cara a un futuro. El barco que tenía que coger emitió un ruido grave indicando que quedaba poco para que partiera.



- Ya veo... Lo siento, Gared. Tienes razón, no debería subestimarte... -. Raeric sacó el laud que llevaba en la espalda. Un laud que portaba con cariño y orgullo, regalo de la persona más importante para él. Pero su aspecto era ligeramente diferente... -. Mis dos aficiones principales en el mundo son la música y los explosivos. Pero era un coñazo tener que ir cargado de bombas. Tenía sus desventajas ¿Sabes? No podía entrar en la mayoría de establecimientos, por ejemplo... Así que he dedicado los últimos meses a desarrollar mi propio invento, mi gran fusión... Je -. Raeric preparó el laud para tocarlo.

- ¿Qué cojones me estás contando? ¡Te voy a aplastar! -. Gared cargó de nuevo.

- No... Estás acabado... -. Raeric tocó una simple nota y eso desencadenó una pequeña explosión en la cabeza de su rival, que cayó al suelo instantáneamente por inconsciencia. Raeric se puso a su lado -. Tengo un futuro combate que disputar... Es una promesa. Así que no me puedo permitir cometer fallos ni contenerme más...

Raeric miró al barco que iba a partir y se fue a toda prisa antes de que lo perdiera. Pero a medio camino del muelle escuchó una voz, una voz familiar.

- Parece que no voy a aburrirme en el viaje... Ha pasado mucho tiempo, Raeric.

Raeric se giró sin creerse lo que escuchaba.

- No me lo puedo creer... Tú eres...

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