23 nov 2014

Y mientras tanto, en Tydoras...

Llamaban a la puerta, era tarde ya y él no tenía ganas de visitas. Con la llegada del Otoño el frío se acentuaba más en las paredes de piedra del Castillo Real, apenas podía concentrarse en terminar de redactar los informes, aún con la hoguera encendida sentía el frío colarse por las rendijas de las bisagras de las ventanas. Pero era su deber atender la llamada, era más importante que su bienestar. Al fin y al cabo él era el Consejero Ponzoñoso, el que se encarga de llevar a cabo todas las tareas que otros no se atreverían a llevar, por moralidad o miedo, pero siempre por el bien del Reino, y del Ojo.

- Pase -. Anunció Fred Marc, al mismo tiempo que guardaba en el cajón su informe a medio terminar.

Se abrió la puerta y el sujeto entró. No se esperó a que Fred le saludara ni le ofreciera asiento, directamente dejó su maletín en el suelo y se sentó.

- Buenas noches ????. Es raro que vengas a visitarme a estas horas. Eso es que ha debido pasar algo.- Preguntó Fred Marc mientras estiraba el brazo hacia la estantería de atrás.- ¿Vino?

- No, gracias. Y sí, si que ha pasado algo. Acaba de llegar un cuervo proveniente de la compañía de soldados que están viajando a Tilos. En la carta, se describe como han perdido la mitad de los hombres y al Capitán Markand...


- Bueno, entonces lo mejor es que se lo envies al Rey y que él decida qué hacer.- Sonrió Fred.- Quizás quiera cancelar la misión.

- ...En la carta-.Continuó el sujeto.-También describen a cierto... Cazador que persigue a los adoptados por Kengrey y solo a ellos. Al parecer, los tiene como objetivos por alguna razón en particular.- Dejó la carta en la mesa y miró directamente a Fred.- ¿Tienes idea de por qué?

- Puede ser-. Contestó él mientras cogía la carta para leerla.

- No te hagas el tonto conmigo Fred. Se de sobra que alguien con las características que se describe en la carta no persigue a esos niños con la intención de robarles el oro. Hay algo más ¿Verdad? No puedes...

- Una carta-. Cortó Fred manteniendo la tranquilidad .- Escribí una carta de suma importancia para que fuera entregada a alguien de Aldmet.

- ¿Una carta? ¿Y por qué no la enviaste por cuervo?

- No se puede mandar un mensaje así por cuervo... Pasa por demasiadas manos y por delante de demasiados ojos antes de llegar a su destinatario. Tampoco se puede enviar a un mensajero por vía marítima, ya conoces el estado de las aguas actualmente. La mejor forma que tenía era enviándola a través de uno de ellos, y precisamente uno de ellos ha resultado ser un alumno de confianza.

- Eso ha sido una locura... Una locura... ¿Qué pasa si cae en malas manos? ¿Qué pasa si ese..Cazador logra atraparles? ¿Por qué no has enviado a alguien fuerte? Quizás el Capitán Goldhiber.

- Demasiadas preguntas ¿No crees? ¿Qué te preocupa tanto? Si se hubiera perdido la carta, ya lo sabríamos. Ese Cazador no dejaría cabos sueltos, si la carta se pierde, es porque los ha matado.

- ¿Tienes idea de quien puede ser? ¿Y para quien está trabajando?

- No, pero con estas noticias se confirma mi primera hipótesis. El Ojo está debilitándose, Aldmet es vulnerable, el Rey está en peligro y quizás, la princesa lo esté aún más. Y hay alguien interesado en todo aquello que suponga una amenaza para sus planes, incluido esa carta. Y no solo eso... Si hay alguien que ha preparado emboscadas de manera tan cuidadosa y minuciosa es que estaba esperando a su presa desde hace muchísimo tiempo, quizás desde antes de que saliera de Tydoras...

Fred se levantó y miró por la ventana mientras fumaba. Las vistas de la ciudad eran preciosas durante la noche, un juego de sombras y luces bastante contrastado.

- ¿Qué quieres decir? -. Preguntó el sujeto.

Sin dejar de mirar la ventana, Fred contestó, dándole la espalda a su invitado.

- Que se confirma mi segunda hipótesis. El enemigo, quienquiera que sea, tiene tan preparado su plan que podríamos estar hablando de que tenemos a alguien de ellos infiltrado en el Castillo Real....

- ¿QUÉ?

- Infiltrado, Agente doble, alguien que ha sido comprado o alguien que ha sido desde un principio un traidor. Podría ser cualquiera de esas opciones pero es imposible que alguien como ese sujeto haya preparado todo aquello de manera tan trivial, debe haber estado tramando todo desde días y días antes de que su presa llegara.

- Y aún habiendo pensado todo eso ¿No le has dejado el encargo a alguien de mayor rango y maestría? Esos niños no tienen nada de especial... ¡Ya sabes por qué los acogió Kengrey! Él no paraba de...

Fred carraspeó interrumpiendo a su invitado, no había motivo para que siguiera contando algo así en un sitio poco indicado.

- Se perfectamente el motivo por el cual ellos han llegado adonde están ahora, es parte de mi trabajo saber todo tipo de información. Puede que fuesen especiales y por eso el Rey Kengrey los acogió, o no, quien sabe. Lo que importa es que ahora ellos si son especiales. Podemos decir que el Capitán Goldhiber es un singular combatiente por todas sus hazañas, pero ellos son jóvenes, aún no han tenido tiempo para demostrar nada.

Fred se giró y se volvió a sentar, respiraba tranquilo, no había motivo para preocuparse.

- Ya lo se, pero...

- Además, casi ninguna otra persona ha recibido el adiestramiento que ellos han recibido. Yo mismo he sido el profesor de Akshael y he aplicado mis artes de la guerra en sus entrenamientos. Pero incluso Raenia e Ike han sido discípulos de Sofia Óster y Suther Swan, no hay nadie mejor en toda Tydoras... No, en todo Taneir para enseñarles a esos chicos. Y esta es su primera misión importante, confío en mi alumno y confío en el resto. La carta llegará a su destino y cuando lo haga cambiarán muchas cosas.

- ¿Y si no lo hace? ¿Y si fracasa?

- Si fracasa, entonces se romperá el Ojo. Vendrán los Protectores del Ojo a saldar cuentas y no con un papel y una pluma precisamente. En cualquier caso -.Sonrio Fred-. todo se está poniendo interesante, quizás haga un viaje hacia el norte, el torneo de las Artes de Sangre pinta bien este año. Y además así podría estar cerca de todo lo que pasase alrededor de este tema ¿Te apuntas al viaje?

- No... No se como consigues mantener ese humor tuyo en situaciones críticas como esta. Bueno, será mejor que me vaya... ¿Debería informar al Rey?

- No, lo haré yo. Y no hay motivo para preocuparse a no ser que tu seas el espía del que hemos estado hablando. En caso de que lo fueras, tendría que matarte cuanto antes. No pongas esa cara, estoy de broma. Anda vamonos, se ha hecho tarde.


Y juntos, abandonaron el despacho. Ya se habían confirmado algunos de sus temores, el resto tendría que descubrirlo por su parte. Quizás se avecinen tiempos oscuros pero por encima de la supervivencia, por encima del honor... Hay que proteger el Ojo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario