19 jul 2015

Everyone remembers... Entrada número 100 del Blog.

(Si se acaba, ponerla de nuevo)

Cerca del Bosque de los Inquietos:

Un soldado corría a toda prisa entre la multitud. Ascendía y ascendía por la montaña de Cima Svale para alcanzar el cuartel. Una vez allí, buscó a su capitán pero no lo encontró, le dijeron que se encontraba en la taberna MEH tomándose un descanso. Sin previo avisó abandonó el edificio para recorrer las calles dirección a la taberna. Cuando por fin entró vio a su capitán sentado tranquilamente en una mesa con unos cuantos soldados más mientras tomaban cerveza y charlaban sobre diversos temas ajenos al trabajo. El Capitán de los Exploradores de Svale avistó al soldado y su urgencia.

- ¿Qué ocurre, soldado? -. Preguntó con algo de preocupación.

- No se... preocupe...señor... No pasa... Nada... -. Decía entre jadeos y sin poder articular más de dos palabras sin perder el aliento, le ofreció un periódico a su capitán.


El Capitán cogió y leyó la cabecera.

- Vaya... Así que están de vuelta.

Uno de los soldados que estaba sentado a su lado se arrimó un poco para leer por encima.

- Esos tres jajaja, señor, usted estuvo con ellos ¿Verdad?

- Así es. Por fin vuelven a Taneir y por fin lograron solucionar aquello por lo que se quedaron, ya fuese de una forma u otra.

- ¿Y cómo eran? -. Preguntó otro.

- Eran... Incansables. Allí dentro nos tendieron trampas, una tras otras. Y ellos siempre iban hacía delante, sin parar. Hasta se separaron del escuadrón principal para ponernos a salvo... Estoy seguro de que les irán bien en su regreso.

Dentro del Bosque de los Inquietos:

- Hermana ¿Lo sientes?

- Me lo acaban de comunicar los árboles... La calma en el norte.

- Aquellos que te salvaron, hermana, los presiento. Se encuentran bien y vuelven a su casa. Me lo comunica el viento, me lo cuentan los animales.

- Luchaste por ellos y perdiste mucho, hermana.

Las dos dríadas caminaban por el claro del bosque, cerca de sus robles guardianes. La hermana pequeña ayudaba a la mayor a caminar, guiándola con los brazos.

- He perdido mi vista pero no es nada comparado con lo que hubiese sido perderte a tí, hermana. Les debo todo y más. Perder mis ojos es algo menor si con eso conseguí que huyeran de aquel peligro.

Finalmente se sentaron en un tronco hueco y ambas se quedaron allí, esperando.

- ¿Los volveremos a ver? -. Preguntó la menor.

- No lo se. Ojalá -. Contestó la mayor.

En la capital de Aldmet:

La prensa se repartía allí con más asco que orgullo. A pesar de que habían cambiado el contenido de la noticia para que pareciese que todo se había solucionado gracias a las tropas del rey Barlis, algunas personas conocían la verdad oculta bajo las mentiras del Tilos Times.

- Mira, no los mencionan pero se contradicen a ellos mismos en varios puntos. Deben de ser ellos, los que me dijiste.

- Sí, seguramente...

- ¿No te preocupas por ellos, Daniel? -. Preguntó la joven chica en el parque de la ciudad.

- ¿Preocuparme? Al revés. Les debo más de lo que nadie imagina. Gracias a ellos la verdad de los Barlis ha salido a la luz. Gracias a ellos se sabe como es realmente el rey Barlis y que él es lo que obstaculiza el camino a la verdadera prosperidad del reino.

- Y todo por un beso ¿Quién lo iba a decir?

- Si defienden todo lo que creen como lo hicieron en el torneo... Yo luché a su lado, contra Ryan y los demás. Seguramente ni se acuerden de mí pero me da igual, yo sí de ellos. Han cambiado un reino entero y cuando pase toda esta tormenta, se les deberá mucho a ellos y a Taneir en general.

- Hablando de Taneir... Se rumorea que será allí la siguiente edición de Las Artes de Sangre.

- Habrá que viajar entonces.

En un poblado no muy lejos de Tilos:

- ¡Mira esto, Darz! -. Gritó Bronkerc tirandole el contenido de una carta a la cara de su dormido amigo.

- ¿Qué ocurre? -. Se despertó con un espasmo Darz, asustado al principio. Se espabiló e incorporó y leyó la carta.

- ¡Tengo amigos en la costa, en la isla! Les escribí para que me comentaran la situación de...

- De Evolution -. Comentó triste Darz mientras continuaba leyendo la carta.

- No te culpes, Darz. Permaneciste demasiado tiempo en coma. De hecho es un milagro que hayas despertado ¡Gracias a Muradin, joder!

- Están... Están bien. Se acabó... Lograron llegar a El Primer Puño... -. Dijo Darz entre algunos sollozos que no pudo reprimir.

- Vengaaa, no te pongas tan triste, Darz.

- Vuelven a Taneir. Nunca más los volveré a ver...

- ¡Qué no digas esooo! Venga, lo importante es que están bien. Celebremoslo bebiendo un poco de cerveza en la taberna. Venga va, yo invito.

Mientras ambos enanos salían del taller para dirigirse a la taberna del poblado... Uno de ellos, Darz, miraba al cielo y se hacía una promesa a sí mismo.

- ¡Os volveré a ver, Evolution!

En una ciudad en reconstrucción:

Granja Fertl ya casi no presentaba signos de contaminación en el entorno. El cielo verdoso por las emanaciones tóxicas de las industrias Fertl ya tenía un aspecto mejorado y casi azulado. Las tierras de los alrededores ya no tenian charcas de residuos ni barriles acumulados. Las chabolas habían sido mejoradas por los recursos de los almacenes; Sus calles mejoradas y sus habitantes comían correctamente y eran sanados de sus enfermedades.

Un hombretón llamó a la puerta del presidente de la ciudad.

- ¿Sí? ¿Quién es? Pase, pase -.Preguntaba alguien dentro y el hombretón abrió la puerta-. Ah, Mudito ¿Qué ocurre? -. Mudito le tendió el periódico a Noz para que este lo leyera, pero no se trataba del Tilos Times que tanta mierda contenía sobre sus artículos falsos para darle credibilidad a un rey que no la tenía -. - Periódico del Oeste... A ver de qué se trata...

Noz leyó dejando a un lado sus actuales táreas.

- Vaya... Debería de sentir celos. Granja Fertl ya no es la única ciudad salvada por ellos ¡Hemos perdido nuestra hegemonía, Mudito! -. Comentó Noz con una sonrisa en el rostro. Se alegraba de todo lo que ponía en el periódico sobre Evolution.

En el artículo principal había una entrevista al capitán Maraad, que estuvo en contacto con ellos y en dicha entrevista decía que había sido un orgullo haber hablado con los salvadores de la ciudad, pero que le hubiese gustado que su charla hubiese sido más extensa, pero un horrible incendio lo cortó todo antes de tiempo.

- Madre mía, espero que en el incendio no pasara nada de gravedad. Pero conociendo a esos... ¡Seguro que también lo solucionaron y todo!

Al Noroeste, en una pequeña villa:

- Jefee, jefeeeeeeee...

Un miembro de la banda gritaba por encima de toda la música del lugar. Big Bag Boss tuvo que apagara para que este pudiera hablar y fuese escuchado de forma correcta.

- ¿Quéeeee pasaaaa? No me digas que has jodido otra entrega a los Boixers... No, no... No me digas... Otro kilo perdido... ¿HAS PERDIDO OTRO KILO DE DROGA, CABRÓN? -. Preguntó gritando mientras se levantaba a darle una paliza al que acababa de llegar.

- ¡No, no, no! Jefe, jefe... Tranquilo. No es eso... Mire -. Y le entregó el periódico del Oeste a Big Bag Boss. Este leyó y gritó.

- ¡ME CAGO EN LA OSTIA! Y pensar que el otro subnormal... El... ¿Cómo se llamaba? Bah, da igual. Pensar que ese gilipollas les robó a estos tíos. MÍRADLOS, SON PUTOS HÉROES COÑOOO - Gritó de nuevo enseñando el periódico como si fuese un trofeo -. HEMOS NEGOCIADO CON HÉROES, NOSOTROS, LOS BIG BAG BOSS JODEEER. SOMO HÉROES TAMBIÉN.

- ¡Y que no se olviden quién les devolvió las cosas! -. Comentó uno. Big Bag Boss se detuvo y le miró extrañado.

- ¿Cómo has dicho?

- Pues... Que no se les olvide tu generosidad, jefe.

- ¿Les estás llamando retrasados, eh? ¿Crees que... CREES QUE SE VAN A OLVIDAR DE ESO?

Lo siguiente que ocurrió allí mejor lo omitimos. Supongo que ya sabréis cómo acabó todo.

En un poblado entre las montañas:

Los guardias terminaron de hablar con el escuadrón que llegó hasta allí. Ya era seguro volver a la costa. La noticia alegraría a todo el mundo.

- ¡Señores ciudadanoooos! -. Gritó el Capitán Roberto -. ¡Volvemos a Villa Asta!

Hubo un grito conjunto de alegría entre los aldeanos. Estaban hartos del frío de las montañas y por fin podrían volver a su querido pueblo pesquero a continuar con su habitual vida.

- ¡Y todo esto gracias en primer lugar a la guardia del Capitán Maraad! Pero sobretodoooooo ¡Gracias a los salvadores que permitieron que escapáramos de nuestro pueblooo. Aquellos que nos salvaron han salvado toda la costa de los piratas. Así que, antes de partir de vuelta a nuestro pueblo... ¡FIESTA EN SU HONOR!

Hubo abucheo general, no por el hecho de hacer o no la fiesta sino el cuando. Roberto lo entendió rápidamente y rectificó.

- VALEE, VALEEE... ENTONCES, FIESTA EN SU HONOR CUANDO REGRESEMOS A VILLA ASTAAA.

Y el abucheo se convirtió en gritos y aplausos.

- No sabía que pudiera haber tanta nobleza en una persona, capitán Roberto -. Le comentó alguien que se acercaba al Capitán.

- ¡Padre Cortencio! ¡Cierto! Tú también te encontraste con ellos.

- Sí... Y si no fuera por ellos ahora sería un muerto viviente.

En la isla del Oeste del Reino:

- ¡Benkir, no corras!

- ¡No te preocupes, abuelooo! He estado al lado de guerreros, de piratas, de héroes... ¡Lo que estoy haciendo es entrenar duro para ser como ellos!

- Pero no tienes que tener tanta prisa, Benkir. A este paso te matas.

- ¡Un héroe nunca muere, abuelo! ¡Algún día seré tan fuerte como ellos y podré ayudarles como ellos lo hicieron! ¡Seré el mejor soldado!

- La verdad... Es que le debemos mucho. Ya pensaba que jamás volveríamos a nuestras casas. Esos malditos piratas... Menos mal que te topaste con ellos, Saliste corriendo a cazar y eso nos ayudó a todos. Pero no debes correr ahora, si quieres luchar hablaré con el Capitán Maraad. Me dijo que cualquier petición que tuviera se la comunicase directamente a él.

- ¿¿EL CAPITÁN MARAAD?? BIEEEEN -. Y Benkir se fue corriendo gritando y dando saltos de alegría. Su abuelo entonces susurró para sí mismo con una gran sonrisa en su rostro:

- Estoy seguro de que te convertirás en un buen soldado.

También más allá, en algún sitio lejos de Aldmet:

- 1, 2...¡3! El ganadoooor y aúuuuuun campeón de las Artes de Sangreeeee, The Miiiiiiiz.

The Miz salió del pequeño escenario de pelea sin celebrar nada. Tan solo estaba deseando cobrar el premio cuanto antes para así estar un paso más cerca de tener el dinero suficiente como para salir de aquel sitio. Quería viajar poco a poco para volver al reino y para ello tenía que sacar fondos de cualquier forma, aunque fuese poniendo su título en juego.

- The Miiiiz, The Miiiiz -. Le llamaba su "escudero" rápidamente.

- ¿Qué ocurre? -. Preguntó mientras bebía para reponer un poco de fuerzas de su combate.

- ¿Has visto esto? -. Y el joven le ofreció un periódico.

- Je, claro que lo he visto ¿Por qué te crees que he puesto mi título en juego en un combate de 6 personas todos contra todos? Necesito dinero y lo necesito YA para regresar.

La princesa a la que juró proteger, el grupo al que estuvo orgulloso de pertenecer, la casa noble cuyos ejércitos posee. Todo estaba allí y se aseguraría de volver. De volver a casa.

En otro sitio lejano, más lejano:

- ¡Venga, trae otro! -. Decía un joven al otro.

- ¡Vooy! -. El otro joven llevaba un periódico que le dio al cabezilla de la panda para hacer un balón de fútbol con ellos y fisito. Pero cuando estaba a punto de dárselo, una sombra surgía detrás suya, un sujeto que llamó la atención del joven tocándole el hombro.

- Perdona... ¿Me puedes dar ese periódico si eres tan amable?

- ¿Qué coño? Lárgate anda -. Dijo y todos se disponían a irse con bastante prisa lejos de ese extraño tipo.

- Creo... Que no he sido del todo claro... Quise decir... Que me vas a dar ese periódico... Si o sí.

Los chavales se asustaron cuando el tipo se llevó la mano a la espalda pero lo que sacó no fue un arma si no un laud eléctrico. El extraño hombre realizó un extraño cántico e inmediatamente todos cayeron al suelo sumidos en un profundo sueño. Cantando casi literalmente victoria, fue a coger el periódico pero entonces escuchó una voz.

- ¡Eh, tú! ¿Qué coño le has hecho a mi hermano? -. Cuando se giró vio a un grandullón con un par de dagas amenazando al cantante que había dejado dormido a los chavales.

- ¿Dagas? Qué mala suerte para ti pero estoy más que acostumbrado a pelear con y/o contra alguien que lleva dagas. Anda tío retírate antes de que me arrepienta.

Pero el grandullón, iracundo por la provocación de aquel tío se lanzó a por él para apuñalarlo. Aunque con un movimiento magistral logró esquivar el golpe y quedarse en su espalda. Justo antes de golpearle le dijo:

- Te avisé... ¡Te enseñaré mi nuevo movimiento! -. Y le dio una patada en la cara, pero en lugar de dejarlo inconsciente como un golpe así haría, le dejó dormido en el suelo. Por fin, sin nadie que pudiese de tenerle, cogió el periódico y lo leyó.

- THE MARAAD TIMES -
PAZ EN EL REINO DE ALDMET GRACIAS A LA AYUDA DE AKSHAEL OINOTNA, RAENIA JAEGER, IKE BLUEFIRE Y LA PRINCESA ALANNE.

Y Raeric Maeger no pudo evitar que se le escapase una lágrima de alegría y nostalgia al mismo tiempo.

- Ni os imagináis cuanto os echo de menos -. Le habló al periódico como si ellos pudiesen escucharle -. Y esta vez no hay bombas para compensarlo... Pero volveré. Lo juro.

Salió algo más contento y seguro de sí mismo a la calle principal y entonces escuchó a un niño gritando sobre el reparto de periódicos gratuitos.

- Ah, coño ¿Era gratis? Haberlo dicho antes que anda la que he liado.

Y, finalmente, en un lugar desconocido:

- Así que... ¿Estáis... bien? -. Y no solo una lágrima de felicidad como a Raeric, sino cientos, surgieron en ese rostro malherido.

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