3 jun 2017

Declaración y asimilación


Akshael entró en una habitación, preparado para lo que iban a hacer, allí estaban todos. Una mesa preparada con una sola silla, a la que apuntaba la cámara que Henry había conseguido.

- Bien, hagamos esto rápido para tenerlo listo cuanto antes -. Dijo el paladín, mientras avanzaba por la habitación. Sacó el casco de la armadura de Ryan de su mochila y se lo colocó. Este le tapaba la cara casi por completo.

Se sentó en la silla y sacó el papel con lo que había escrito días atrás, miró hacia la cámara y esperó el listo de Henry. Cuando este asintió y señaló a Akshael, comenzó a leer:

- Saludos, si te hemos enviado este mensaje es porque te consideramos alguien importante, para bien o para mal. Eres capaz de cambiar el mundo, te sientas diminuto o gigantesco, más influyente o menos. Pero lo eres. Quizás te estés preguntando quién soy, pero para eso tenemos que remontarnos unos años atrás.

Akshael tragó saliva y, pese a que nadie podría verlo por el yelmo, endureció el gesto y continuó tras esa pausa de un segundo.

- Un tiempo, un día, en el que el pequeño, defendiendo al maltratado, decidió revelarse contra el grande. Un tiempo, un día, en el que al mundo se le demostró que para cambiar las cosa a mejor había que moverse, había que actuar. Yo estuve ese día allí -. Volvió a tragar saliva -. Yo me rebelé. Y no me rendí, nos vencieron, es verdad. Pero nosotros queremos cambios, no queremos un mundo fracturado, queremos una unidad.

Entonces volvió a pausar, llevó las manos a su yelmo y lo levantó para descubrir a la cámara su rostro serio y firme.

- Volvemos a estar aquí y queremos ese mundo más justo. Ahora no somos unos estúpidos pretendientes a héroes con más orgullo que cabeza, y esa será la perdición de quien nos quiere aplacar. Tenemos una idea, vamos a por ella, para salvar nuestra conciencia. Pero no luchamos por nosotros, luchamos por toda esa gente que ya no está, que podría seguir con nosotros pero la llamada “seguridad” que gobierna el mundo marchitó su voz y apagó su corazón. Si eres parte de nuestros enemigos vete preparando con todo, pues así golpearemos nosotros también esta vez. Pero si estás harto, si quieres actuar y pretendes unirte, muévete con nosotros.
Posiblemente nos convertiremos en los más valientes... del cementerio y dirán que fuimos unos ignorantes queriendo serlo, pero en nuestra lápida habrá un mensaje claro: "No dejaron de luchar, se atrevieron a vivir y salieron a ganar".
Pues si tenemos que luchar solos, lo haremos sacando fuerzas de donde sea, pero estoy seguro de que no lo estaremos, porque ni ahora mismo que aún no ha vuelto a empezar, lo estamos.

Akshael se levantó, conjuntamente a la manipulación de Henry para que el plano de la cámara, que antes solo apuntaba a la silla, a Akshael, apuntase a todo lo que ahora había detrás de él. Todos y cada uno de los miembros de Evolution y R-Evolution que habían pasado estos días atrás juntos estaban mirando a la cámara, desafiantes, aunque no solo ellos. Por petición de Akshael, los lanzadores de conjuros hicieron aparecer mediante ilusiones a los demás miembros que se repartían por las cercanías, los que aún viajaban para reunirse con el grueso que atacaría Ciudad Pétrea y a los que aún había que rescatar, Raeric y Alleria.

Akshael señaló a la cámara.

- Evolution y R-Evolution están listos. ¿De qué bando estás tú? Pronto nos veremos y podrás decírmelo a la cara...

Akshael cerró los ojos una vez acabada la grabación y sonrió mientras apretaba el puño, imaginándose a cada uno que recibiría este mensaje. Entre él, Jack y algunos más habían hecho una enorme lista a quien enviarle el vídeo, pues los miembros de Evolution habían estado seis años sin enterarse de nada nuevo y la gente de R-Evolution sabrían más del mundo actual. Recogió el casco que había dejado en la mesa y se unió a la conversación de motivación que se había creado en el grupo. El mensaje llegaría a su destino mientras Aldmet y Taneir estuviesen siendo liberadas de las garras de los protectores.

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Había pasado tan solo un par de horas y todo el mundo estaba ya liado preparándose para partir cuanto antes. Akshael había terminado rápido y puso la excusa al resto de que tenía que cambiar sus conjuros, que necesitaba rezar una hora para arreglar la selección que supuestamente había hecho en exclusiva para su encuentro con Maief. Parecía que había funcionado, sin llamar más la atención se alejó de todos, lo máximo que le permitían las defensas que aún seguían levantadas.

Se dejó caer sobre el suelo sobre sus rodillas, con tanta desgana que incluso se hizo daño, algo que pese a sufrirlo, no le importó. Mantuvo la posición y se llevó las manos a la cintura, haciendo que se distrajese con su brazo, con los arreglos que le habían hecho hacía un rato entre él y Henry para reparar los daños del combate por el título.

Cerró los ojos e inspiró, dejó caer su cuerpo hacia delante y puso las palmas de sus manos robóticas en el suelo, para segundos después, lentamente, rendirse ante la gravedad y apoyar también su cabeza, que volvía a tener el yelmo. Pasaron unos segundos, quería quedarse allí eternamente, ignorando todo su alrededor y con los ojos cerrados. Pero no aguantó más lo que pretendía esconder. Las lágrimas comenzaron a surgir de sus ojos, provocando un leve tintineo cuando estas chocaban con el metal de su armadura. Apretó las manos sobre el suelo, hundiendo los dedos en este, como si arrancar el suelo fuese a consolarle, como cuando se desahogó con el río tras perder la oportunidad de salvar a Alleria. Apretó la mandíbula, pues intentaba evitar que esta le temblase.

Pese a las lágrimas, quería estar furioso, perder de tal manera contra Maief, sin una mísera oportunidad después de la fanfarronería que había provocado tal combate le estaba haciendo sentir subnormal.

Se incorporó un poco, provocando que las lágrimas comenzaran a aparecer por la parte inferior del casco, desapareciendo entre el resto de su equipo. Hincó los puños en los pequeños montículos de tierra que había provocado con sus manos y miró al cielo, perdiendo el control de su llanto aunque sin perder de vista el ruido que podría estar haciendo, mirando a veces de reojo donde se encontraba el resto del grupo.

Si todo hubiese sido normal, si me hubiese enfrentado a Alanne y le hubiese vencido, ahí se habría acabado todo, Kpam y Zerock jamás hubiesen sido revividos gracias a mí...”

Además de perder la opción de ser recordado como el campeón de la edición, perdí el récord justo y precisamente contra la que me ha arrebatado el mayor logro que creía haberme ganado luchando...

Entonces se le vino a la cabeza el momento justo después de ser reanimado tras el combate. Maief desesperada, abrazándole mientras le elogiaba y eso desesperó aún más a Akshael.

Maldita gilipollas, maldita sea, ¿por qué no me dejó enfadarme? ¿Por qué me pone en ese aprieto? Yo solo hubiese querido desahogarme, destrozar el maldito campo que habíamos utilizado para luchar, cada maldita pieza de mi equipo que no me había servido para nada, el maldito título que ahora es suyo... 

El llanto de Akshael le empezaba consumido por completo y abrió la boca de una forma exagerada mientras cerraba los ojos, como si quisiese gritar hasta perder la voz, pero se quedó así, como un grito sordo, el grito que tan solo estaba escuchando él en su imaginación.

¿Por qué tengo esta responsabilidad? He conocido a decenas de paladines y ninguno tiene por qué ser el símbolo que debo ser yo, ninguno parece preocupado por cada persona con la que se encuentra y yo tengo que ser el único tonto que sí.

Akshael volvió a apoyar la cabeza sobre el suelo, pasados unos segundos más intentó parar con el llanto, mientras se concentraba en tranquilizarse.

Tengo que ser quien soy, Kpam y Zerock no hubiesen conseguido revivir gracias a mí por ganar la final pero lo que importa es que lo están, y que me están esperando. He recorrido mucho camino y aún me queda ponerle la guinda... Soy Akshael Oinotna. Soy Akshael y nadie podrá superar eso, nadie podrá igualarlo.

A su cabeza comenzaron a llegar imágenes: partes de los recuerdos que habían visto Candy y Rezjorvaiyan; los momentos en los que se abría la votación por liderar Evolution y sus compañeros habían confiado en él; momentos del combate contra Argoth incluyendo el final, en el que se vio obligado a patear el cadáver del estúpido de su hermano que no se había preocupado por echarle cuenta; Luriel señalando el palco, eligiéndole a él y a Raenia como sus compañeros para su tan importante combate; a Alanne besándole a escondidas en aquel callejón cercano al museo de Tilos; a Jhin y a Janna ante él, escuchando cada una de sus palabras y haciéndoles crecer con sus palabras una llama de motivación en ellos...

Nadie ha vivido los triunfos que yo he conseguido, nadie. Yo he estado ahí. Annie y Jayce sabrán quién es su padre, conseguiré que porten mi apellido y el de Alanne con un orgullo que jamás nadie podrá igualar. No voy a defraudar a nadie, mi infancia acaba aquí.

Apretando los dientes y sacando fuerzas que minutos atrás no había tenido para mantenerse en pie y evitar caer de rodillas, se levantó, dejó caer su casco tras quitárselo pues le estaba agobiando y se secó las lágrimas que aún quedaban en su rostro.

Soy Akshael Oinotna, soy miembro de Evolution... 

Y Evolution tiene una ciudad que asaltar, unos compañeros que recuperar...

Y una guerra que volver a reanudar y ganar. 

Hora de ponerse las pilas.

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