Sin nada más que hacer ni ningún peligro que les acechara, se adentraron en la marisma del territorio Blackfen. A pesar de ser un lugar tranquilo y hermoso, rápidamente se dieron cuenta de los peligros que acontecía entre su flora y fauna: extrañas y enormes flores que arrojaban esporas paralizantes, frutos desconocidos muy coloridos que tenían pinta de ser muy venenosos y para nada comestibles, tarántulas de colores que no dudaban en asaltar al grupo en busca de suculenta comida y lacerantes enredaderas que se agitaban como peligrosos látigos, hiriendo a Andrei de forma que sus heridas eran incapaces de cerrarse. Con esos apuros, llegaron al campamento de Blackfen, una aldea que se alzaba sobre plataformas de madera en medio de la marisma. Enseguida, le dieron a Andrei el tratamiento necesario, aunque se tendría que quedar un par de horas en reposo hasta que le hiciese efecto del todo. Mientras tanto, Ellie y, posteriormente, David también, acabaron dando una vuelta a la aldea entera mientras la chica cantaba 'un elefante se balanceaba' y el chico se desnudaba y caminaba a sus aires, todo debido a un malentendido con unos niños.
Pero volvieron a centrarse en los asuntos que importaban; viajar hacia el norte. Debido a incidentes pasados, el Guardián encargado de la protección de Blackfen había bloqueado el acceso hacia el norte, de manera que no podrían pasar con los caballos y el carro, así que irían a hablar con él para pedirle que les desbloquease el acceso a ellos. Pero el Guardián, sobre su monte, no les dejaría pasar así como así. Necesitarían completar unos retos para poder conseguir su objetivo, a los que le sumó la posibilidad de conseguir suculentos emblemas heroicos. David cayó en la avaricia, queriendo conseguir ambas cosas en un sólo reto, pero el Guardián le doblegó de manera rotunda, obligando al chico a rendirse. Summer consiguió desbloquear el acceso al norte, pidiendo eso tan sólo en su reto, pero Ellie no pudo sobreponerse en su reto ante la superioridad enemiga. Más tarde, cuando Andrei y Dafne se incorporaron también, pudieron superar los retos y volver a conseguir los emblemas que les había sido arrebatados en los retos, volviendo al punto de partida en cuanto a puntos, pero al menos con el camino desbloqueado.
Regresaron a Blackfen y le hicieron varios favores a la población. Anteriormente, para poder viajar hacia donde estaba el Guardián, habían entregado dos rubies que encontraron en el templo élfico del islote; uno al barquero elfo que les llevó y otro al poblado en general, para que pudiesen afrontar sus problemas de suministros debido a lo que habían sufrido en los últimos días. Con todo eso, partieron hacia el norte, donde se enfrentaron a unas criaturas conocidas como Behires, sin demasiados problemas. Tampoco hubieron problemas mayores cuando decidieron ir por el camino más corto por las montañas, enfrentándose a los enigmas de la Esfinge. Con cuatro aciertos sobre cinco, pudieron pasar por aquel camino, además de ganar otro emblema heroico, justo el que les faltaba para llegar a los dieciocho.
Por aquel camino montañoso, se dieron cuenta con el paso de las horas de que algo extraño había en el ambiente. Ellie se sentía observada y el grupo en general avistó que había tierra removida en las inmediaciones del camino. Después de largo rato y numerosas hipotesis, llegaron a la conclusión de que la tierra removida era debido a que habían quitado elementos del camino, ya fuesen árboles o rocas. Decidieron avanzar y entonces, la trampa se perpetuó. Una hilera de troncos de árboles fueron desprendidos y bloquearon el camino. Resultaba que Marty y su equipo había acorralado al grupo en una situación extrema, ya que necesitaban descansar. Si luchaban contra ellos, seguramente podrían llegar a perder y no se podían permitir eso a estas alturas, ya que estaban tan cerca de poder pasar la prueba. Sólo quedaba una opción y Andrei la sabía muy bien.
Entregando su bandana y emblema heroico que llevaba encima a Ellie, Andrei dio un paso hacia delante y se ofreció como cebo para darles tiempo a que huyesen. Era una decisión difícil, pero Ellie acabó aceptando como líder y los cuatro se fueron en los dos caballos, dejando atrás a su compañero como este quería ofrecerse de manera voluntaria, como un escudo para frenar al equipo de Marty. Cabalgaron durante horas y sólo cuando los caballos se detuvieron por el cansancio que acumulaban, decidieron que era suficiente para acampar y descansar.
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