Una vez llegaron todos, siendo Michelle la última de todos, transcurrió la cena con muchas risas y referencias a Aicul y Eille. Más tarde, durante el postre, la presidenta de Blackoinotna declaró lo que iba a hacer durante las pruebas, ya que ella no iba a participar, así que viajaría a Toril para poder buscar una buena localización para otra sede de la empresa. Así pues, entregó los contratos de David, Summer y Ellie a esta última, a la que también le dio las llaves de la sede en Reposo de Taliyah por si tenía que ocuparse de algo.
A la mañana siguiente, los alumnos se reunieron en la plaza central para ser llevados al lugar de la primera prueba. Muchos estaban nerviosos, como David, Elisabeth y Lucía; y otros mantenían la serenidad, como Ellie, Eva o Summer. El lugar al que les llevaron fue a la costa del lago Jann'zir y tendrían una prueba muy parecida a la de pre-selección que hicieron para el equipo del Festival Deportivo. El profesor Jhin les dio todos los detalles de cómo transcurriría en la prueba; formarían equipos de cinco personas de manera aleatoria y tendrían que estar en la Isla del Eco, en un entorno simulado, durante un lapso de cinco días; allí tendrían que conseguir un total de dieciocho puntos entre las bandanas que portaban propias, las que podrían conseguir de equipos enemigos y la obtención de emblemas heroicos. Posteriormente, Florence transmitió un mensaje de motivación para que todos actuasen como lo que quieren ser, como héroes.
El equipo catorce estaba formado por Andrei, Dafne, David, Ellie y Summer. Tras adquirir el equipamiento que permitía el personal docente, fueron a un punto de la isla llevados por la profesora Sarayu y desembarcaron. Comenzaba la prueba.
Lo primero que hicieron fue explorar un poco más allá, aunque Summer y Andrei se quedaron talando madera para construir un bote improvisado. El resto vieron en un pequeño bosque a un grupo de curiosos lagartos electrizantes. Tras interactuar un poco con ellos y con la comida que los animalillos ofrecieron, siguieron adelante y vieron un camino por el que pasaba un carro de un comerciante. Como todos los aldeanos y demás personal de la isla, estos estaban representados por marionetas adornadas y encantadas por el personal de la Academia. El comerciante les ofrecía productos, a la vez que llevaba a una mujer con su bebé a refugiarse. Esta les pedía una moneda para que tuviesen con qué comer, a lo que Ellie acabó comprándole al mercader algo de comida para que madre e hija pudiesen subsistir. Esta les contó que las aldeas estaban siendo atacadas por las fuerzas del Demonio Ogro, el cual también controlaba el camino principal hacia el norte y no tardaría mucho en controlar por el que iban también. Los aldeanos que podían se refugiaban en el castillo de Zitzalaha, al norte cerca de las montañas.
El grupo volvió y transmitieron la información. Antes de ponerse en movimiento, decidieron crear un campamento base y conseguir comida. Como la madera que habían conseguido Summer y Andrei ya no era necesaria para el bote, pues no tenían esa intención, la usaron como pilares para colocar una lona encima ya que empezó a llover con intensidad. El siguiente objetivo antes de partir hacia una ubicación en concreto fue la de asegurarse tener comida suficiente para al menos los dos primeros días. David y Summer se fueron a pescar, con la desagradable sorpresa de que fueron atacados por unas tortugas monstruosas conocidas como Tojánidas, las cuales dejaron muy herido al chico. Tras volver sin nada, Dafne se encargó de conseguir unas bayas, aunque en su desvío para hacerlo, hallaron una zona carente de vegetación donde había una refinería petrolífera. David mandó a Lexy a explorar los alrededores y tras tener una idea vaga de lo que tenían cerca (por culpa de las frases en clave que recitaba la mascota). Al final decidieron optar por adentrarse en la madriguera de los lagartos electrizantes, a ver si había algo en su interior. Efectivamente, había un maniquí cadáver que resultaba que era de la guardia de Zitzalaha y tenía varias posesiones consigo; entre ellas, una nota avisando de que había algo peligroso en la refinería junto con la despedida de su esposa.
Tras un viaje arduo debido a la lluvia llegaron al castillo de Zitzalaha. Allí fueron informados por la guardia de que no podrían entrar debido a la escasez de comida que había en el interior, pero que si les llevaba alimento podrían entrar encantados. También les informaron sobre los detalles del Demonio Ogro, como que controla tribus de varias razas: orcos, huargos, atachs y arpias. Para poder coordinar ataque y defensa, usaba un enorme cuerno y enseguida contaba con refuerzos. El grupo aseguró que los refugiados tendrían comida y, pronto, la amenaza del Demonio Ogro eliminada, ya que ellos eran los Defensores del Eco. Se desviaron aún más al norte para conseguir comida, hasta que Summer rastreó las huellas de Desgarradores Grises, descubriendo que estos trasladaban cabras aturdidas de vuelta a su refugio.
Diseñaron un plan de acción para poder conseguir las cabras sin mayor esfuerzo, e incluso avistaron a alguien de otro grupo que les estaba vigilando, provocando que este se marchase aboliendo el plan. Con el terreno despejado, procedieron a atacar a los Desgarradores Grises, aunque Andrei actuó con imprudencia y encima, resbalándose. Igualmente, no hubo mayor incidente y pudieron conseguir la comida sin problemas e incluso iban con la intención de cargar con uno de los Desgarradores para poder disponer de más comida. El cansancio de transportar tanto peso hizo mella en el grupo y todavía faltaba afrontar un último problema antes de volver al castillo. Se encontraron con el equipo de Elisabeth y Tea, que tenían la intención tan sólo de negociar para poder conseguir un poco de comida. Tras unos inicios de desconfianza, acabaron ambos bandos dándose información mutua y concertando una hora para poder reunirse y enfrentarse al Demonio Ogro.
Tras regresar, pudieron entrar gracias a la obtención de comida y descansar. El grupo tuvo una pequeña reunión donde hablaron para poder corregir errores y mejorar. Cenaron y se dispusieron a recuperar fuerzas yéndose a dormir. Pero entonces, un grito les alertó; llegaban los orcos cuando ni siquiera habían podido tener un sueño reparador.
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